«Al gran pueblo argentino salud», se podía leer en el cartel hecho a mano que sostenía una de las miles de personas que participaron del abrazo al viejo edificio del Ministerio de Obras Públicas, donde funcionaba hasta el lunes el Ministerio de Salud de la Nación. Desde entonces lo único que saben sus trabajadores es que por decreto presidencial su cartera tiene el rango de Secretaría, lo que implica no solo una degradación simbólica, sino también un recorte de recursos que en los hechos ya se percibe desde hace varios meses. La noticia movilizó a los distintos profesionales del área que acordaron una serie de medidas en defensa de la salud pública. La primera de ellas, el abrazo de este miércoles.

“Vivimos esta noticia con mucha preocupación”, explica a Tiempo Liliana Ongaro, psiquiatra infanto-juvenil del Hospital Garrahán. “El año pasado recibimos el 80% del presupuesto en el Hospital y sabemos que este año va a haber un nuevo ajuste. Por trascendidos sabemos que se está hablando de un 25%. El tema es que ya hay sectores en el hospital sin insumos porque los proveedores prefieren pagar una multa por no entregar antes que entregarlos con los precios de hoy. Los pacientes están en una situación jorobada. Escuchamos que no tienen para comer, que tienen dificultades para recibir la insulina u otras medicaciones o que no tienen para el pasaje para venir al hospital”, añade sin soltar la bandera del Hospital que ocupa todo un carril de la avenida 9 de julio.  

A metros de Ongaro está Sonia Dominguez, cuyo ambo lleva bordado “Cobertura Universal de Salud” (CUS), el nombre con el que el ex ministro Jorge Lemus rebautizó el programa Remediar con la intención de darle una impronta propia. Esa impronta se reveló rápidamente y fue la del desfinanciamiento. “Yo trabajo puntualmente en el programa Cuidarse en Salud que lleva la vacunación al territorio y cada vez tenemos menos insumos. Nos sacaron una vacuna muy importante que protegía a los chicos de 11 años contra la meningitis y se ve cómo esto afecta a los más vulnerables. Por eso decimos que la pérdida de rango no es algo simbólico”, explica.

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El diagnóstico es compartido por los trabajadores de los Centros de Salud y Acción Comunitaria (CeSAC) que operan en el primer nivel de atención en zonas donde se concentra la población que más depende del sistema público. “Nosotros lo que vemos es que cada vez tenemos más gente que se acerca a los Centros y que solicita medicamentos que antes quizás compraba. Los pacientes cada vez demuestran mayor dificultad para tener una dieta nutritiva o hasta para comer”, cuentan al tiempo que piden no ser identificados para no poner en riesgo su trabajo. “Sabemos también que los Promotores de Salud, que son los que están recorriendo los barrios y trabajando en el territorio, hace tres meses que no cobran”, detallan.

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El masivo abrazo en defensa de la Salud Pública cortó media avenida 9 de julio a la altura de Moreno.

(Foto: Pedro Pérez)

Mucho más que un rango
Los carteles blancos sobresalen entre la marea de guardapolvos, ambos y banderas. La mayoría repite una misma estructura “Sin Ministerio de Salud no hay” y luego cada uno detalla un elemento distinto: justicia social, leche para prematuros, vacunas, regulación a las prepagas y anticonceptivos. Lamentablemente, reconocen quienes llevan los carteles, las falencias arrancaron antes de que el gobierno cristalizara el vaciamiento en la pérdida de jerarquía.

“Transformar el Ministerio en Secretaría no es un tema de organigrama, sino que viene acompañado de un tema presupuestario que transforma el derecho a la salud en un privilegio para pocos y los trabajadores del área, que somos los que garantizamos el acceso a la salud, no estamos de acuerdo”, se suma Martina, residente de Epidemiologia de primer año, que cumple tareas en el ex Ministerio. Con su ambo puesto, Martina sostiene la bandera de los residentes y habla con Tiempo sobre la situación de sus compañeros. “A la protesta contra el pase a Secretaría se suma el reclamo específico de que los residentes de primer año de Nación, que somos aproximadamente 1500 en todo el país. Todavía no tenemos nuestros contratos firmados y con este cambio no sabemos qué va a pasar”, añade.

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“No hemos tenido comunicación oficial tras el anuncio del lunes, pero el proceso de ajuste lo venimos sintiendo desde hace bastante tiempo”, relata con preocupación Victoria, de la Dirección de Desarrollo de la Salud Sexual y la Procreación Responsable del Ministerio. A su área solo le llegó el 31,72% del presupuesto asignado en este año, según la última información disponible del Ministerio de Hacienda. “Hay quienes creen que la inversión social es un gasto, pero nosotros no pensamos eso”, concluye.

«Al gran pueblo argentino salud», se podía leer en el cartel hecho a mano sostenido por una de las miles de personas que abrazaron el viejo edificio del Ministerio de Obras Públicas donde funcionaba hasta el lunes el Ministerio de Salud de la Nación, que desde entonces tiene el rango de Secretaría. Distintos profesionales que trabajan en la cartera se manifestaron en contra de esta decisión del Poder Ejecutivo que, según denunciaron, cristaliza un vaciamiento en el área que viene desde el inicio de la gestión de Cambiemos.