Al caballo hay que acariciarlo, no sacarle lustre”, repetía Jorge Cúneo quien desde su establecimiento bonaerense Los Santos Inocentes, hizo escuela y dejó escuela de Amanse. Un grande, se refería a que un mimo está bien pero tampoco tanto. “Ayude al animal que él sabrá compensarlo”, también decía. Nada que ver con la jineteada, esa donde se enceguece al potro y se lo castiga duramente. Acá, la doma india o como le dicen los yankees el método Imprinting. Si nos habremos reído con Don Cúneo y el método Imprinting. Pero fíjense, que es como el aprendizaje en el ser humano que hasta los tres años, hay cosas que se le fijan para siempre. “Si un potrillo recibe algún golpe o castigo, de pequeño, la idea no se le va a borrar más. Algunos dicen que en su afán de defenderse de los tigres de la antigüedad o del puma de ahora, los potros siguen saltando y encorvándose”, solía comentar el experto.
Lo cierto que, para quienes aman los animales, ver una escena de mansedumbre o doma india, como muchos le llaman, es mágico. Con suavidad, buen y trato, la no violencia, el bicho hace de todo.
Son, quizás, pocas las ocasiones de ver en vivo y en directo estas escenas de “manejo”, los “métodos de amanse” que en este caso Martín Hardoy desarrolla, exhibe y muestra. En este caso, hay un rincón en el mundo que se llama Nibepo Aike, una estancia con su historia familiar de 120 años, cerca de El calafate, Santa Cruz, en el Parque Nacional Los Glaciares. Ya el lugar es único.
Es en la Patagonia, la que expresa un paisaje infinito, junto a la cordillera de Los Andes, a donde se asentó a orillas del Lago Argentino la familia Jansma, de origen croata. No había caminos por el campo, ni los hay ahora. El suelo pedregoso de la estepa y la cordillera, imponen andar de a caballo para conocer sus secretos. son 12000 hectáreas de campo que abarca Nibepo Aike. Y es un sitio clásico y tradicional donde se cría y amansa la tropilla de caballos de Nibepo.
Es una estancia histórica, y si bien hoy está abierta al turismo tiene su majada de ovejas y también ganado Hereford, el más grande a esta altura del mapa. Desde un sector del campo se adivina el Glaciar Perito Moreno. Y se convierte en un lugar ideal para kos amantes d ela naturaleza que quieren conocer la experiencia de vivir por unos días en una estancia en este puntito del mapa.
Hay propuestas de cabalgar una hora o hasta tres días para los más experimentados jinetes, o simplemente caminar y ver el trabajo de campo Un lugar ideal para cabalgar por primera vez o hacer cabalgatas de varios días para jinetes experimentados.
La oportunidad que brinda la estancia entre el 6 al 8 de mayo es que Nibepo Aike congregó a Martin Hardoy con un programa de dos jornadas sobre su metié y un tercer día a puro andar a caballo y pasar un día completo en uno de los puestos rurales en medio de la inmensidad.
En el curso se verán temas varios como quita de vicios, bienestar del caballo, lomos y monturas, entre otras temáticas. Se aprende mucho al compartir tiempo con Martín Hardoy, quien trasmite en todo momento su pasión por los caballos a la vez que enseña su método, basado en el cariño y la ciencia.
Quienes se encuentren por estos lares a fines de abril, también en Nibepo Aike, está planificado el “Gran Arreo” (28 abril al 1 de mayo), un programa imperdible para quienes disfrutan de la vida en el campo. La cabaña de vacas Hereford debe pasar el invierno en los campos bajos: la tarea es arrearlas desde lo alto de la cordillera, donde pasaron el verano. Los caballos, los perros, los gauchos y los visitantes en trabajo conjunto logran arrear la hacienda y guiarla hacia los corrales. Se aprovecha la llegada a los corrales para realizar apartes u otras atenciones que la hacienda requiera antes de soltarlas a los pastizales a orillas del Lago Argentino. El gran arreo se lleva a cabo durante una jornada exacta: el 29 de abril. El resto de los días del programa permiten recorrer otros rincones del Parque Nacional Los Glaciares y la estancia.
El Calafate en pleno otoño, tiene en mayo un mes imperdible de colores otoñales intensos. Y este lugar se convierte en un anclaje para quienes sueñan con sentir el infinito. Aquí está.
