Por segundo año consecutivo, las clases no arrancarán mañana en la Provincia de Buenos Aires. Los gremios docentes convocaron a un paro por 48 horas en rechazo a la oferta salarial del gobierno de María Eugenia Vidal y en el marco de un plan de lucha nacional de CTERA para pedir que se reabra la paritaria nacional que, hasta la firma del decreto 52, fijaba el sueldo mínimo en todo el país.

El conflicto vino madurando en las últimas dos semanas y explotó en los últimos días tras la tercera oferta del gobierno provincial –que volvió a insistir con un incremento salarial del 15% en tres cuotas y sin cláusula gatillo–, el cierre de escuelas del Delta y el duro discurso de Vidal ante la asamblea legislativa, criticando a los maestros «por poner una fecha límite», tomar de «rehenes» a los alumnos y no querer discutir el ausentismo. En 2017, las clases tampoco empezaron a término, el conflicto duró hasta el mes de julio y hubo 17 días de paro.

El viernes, con el paro de Suteba, la FEB, Udocba y Sadop ya sobre la mesa, el gobierno hizo una oferta extraoficial en un último intento por revertir la medida: propuso pagar ya un 5% a cuenta del futuro acuerdo con la condición de que mañana hubiera clases. Fue rechazada. Desde la gobernación se anunció que se descontará el día a los que paren y se depositó el «premio» de $ 4500 a los 35 mil maestros que no faltaron, y por ende tampoco pararon, ni un día del año pasado.

Las posiciones están hoy muy lejos: los gremios nucleados en el Frente de Unidad Docente piden un aumento del 20% con cláusula gatillo. Vidal no se mueve del 15%, en línea con la improbable meta inflacionaria nacional, y acepta revisar los salarios en octubre descartando la actualización automática por inflación. Propone compensar con un plus anual por presentismo de hasta 6000 pesos que los gremios rechazan por considerar que es «un premio a la salud» y no puede ser una variable salarial.

Buenos Aires es el distrito educativo más importante del país con 4,7 millones de alumnos en los tres niveles de escuelas públicas y privadas, 16 mil escuelas, 282 mil docentes y 80 mil auxiliares. El paro, no obstante, también se replicará en la mayoría de las provincias donde tampoco hubo acuerdo salarial, entre ellas Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Río Negro, Chaco, Chubut, Catamarca y San Luis. Tampoco habrá clases en CABA. Sólo Misiones, San Juan, Salta, Santiago del Estero y Tucumán cerraron la paritaria e iniciarán el ciclo lectivo con normalidad.

Tras el anuncio del paro que también incluirá mañana una movilización, el jefe de Gabinete Marcos Peña criticó la medida y dijo que responde a una «mezquindad política» de los gremios ya que «no hay motivo para un paro nacional cuando no hay docentes nacionales», desestimando así el reclamo de la CTERA. La titular de esa central, Sonia Alesso, replicó que el gobierno busca «estigmatizar a los docentes y no resolver el problema de fondo», y precisó que la suba que propuso Vidal «significa un aumento de 600 pesos para un maestro que gana el salario mínimo». «