60.988 dólares. Esa fue la suma exacta. Nicolás Pachelo nunca olvidará los primeros días del año 2012, cuando se consagró campeón del Mantra Grand Slam, uno de los clásicos torneos de póker organizados en hoteles de lujo de Punta del Este. Sin embargo, por aquel entonces el celoso ambiente de póker lo miraba de soslayo porque, según las palabras de un organizador de estos glamorosos eventos, no tenían muchas ganas de que “se los involucre con un sospechoso de asesinato”.

El ex juez de instrucción Mariano Bergés logró procesar y detener a Pachelo a mediados de la década pasada por diferentes delitos, principalmente hurtos y estelionato, es decir, llevarse cosas que no eran suyas sin mediar violencia y venderlas luego. Las víctimas predilectas del eterno sospechoso del caso García Belsunce eran amigos o conocidos.

Según los investigadores, Pachelo solía emplear el mismo “modus operandi”: sustraía las llaves de sus “objetivos” en eventos sociales, averiguaba cuándo no había nadie en los domicilios, y entraba o mandaba a robar.
Pero Pachelo tuvo un gesto que aparentemente habría sido bien considerado por los investigadores del homicidio de María Marta. Y es que este vecino de El Carmel aceptó someterse a los cotejos de las muestras de ADN levantadas de la escena del crimen, y los resultados fueron negativos. Sin embargo, quien era su mujer, Ines Dávalos, no aceptó que le realizaran el peritaje. A ella apuntan los familiares de la víctima como la autora del asesinato.

“Hace 12 años que venimos solicitando ese ADN. María Marta la encontró robando en su casa y no le quedó otra opción que matarla. Pensaban que Carlos tenía guardada mucha plata porque había vendido unas acciones», explicó esta semana un convencido Horacio García Belsunce.

Mientras la justicia de San Isidro cerraba sus sospechas en la familia de la víctima, Pachelo se alejaba cada vez más del caso. Sin embargo, no pudo despegarse del todo del mundo del delito. En diciembre del año pasado, se quedó sin coartadas cuando fue arrestado acusado de ser el encargado de vender drogas sintéticas en fiestas y eventos privados.

Una de las primeras muestras de gestión del Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich fue el desbaratamiento de las denominadas Florio Fest, lideradas por Javier Florio Lenartowicz, un reconocido fisicoculturista que proveía de drogas sintéticas al público asistente a fiestas electrónicas en quintas privadas o en discos porteñas.

Tiempo pudo saber que en julio de este año, el juez federal 3 de Morón, Juan Pablo Salas, le fijó a Pachelo una caución real de 200.000 pesos y lo dejó en libertad. En el mundo carcelario se comenta que el jugador de póker se ganó el derecho a su libertad tras revelarle a los investigadores los pormenores del negocio de la droga, la noche y la música electrónica.

En diálogo con la prensa, el juez de Casación Penal Marcelo Violini, se quejó de que el fiscal Diego Molina Pico «olvidó u obvio otras líneas de investigación», en clara referencia a la del robo, e insistió: «Existen elementos probatorios en la causa que no están investigados. Hay líneas investigativas alternativas que pueden seguir los fiscales y llegar a buen puerto». En ese sentido, el fallo que absuelve al viudo Carlos Carrascosa destaca que Pachelo tenía asignada por las autoridades del country una custodia permanente, dadas sus actitudes sospechosas. Además, puntualiza, el hombre indicó en la instrucción no haber estado en el barrio en el momento del crimen, cuando luego se comprobó que lo vieron en las inmediaciones de la casa de la víctima y, más tarde, cuando se fue por la puerta de proveedores de El Carmel. «