El papa Francisco reiteró este viernes su «voluntad» de visitar la Argentina y afirmó que, entre otros factores, ese viaje depende de la «coyuntura sociopolítica» del país y que su presencia «no sea usada ni para un lado ni para el otro». «Yo estoy abierto a que se dé la oportunidad», dijo el papa argentino Jorge Bergolgio en una entrevista publicada hoy por Infobae, con motivo de los 10 años de pontificado que se cumplen el próximo lunes 13.

«Yo quiero ir a la Argentina. La voluntad está», afirmó el pontífice al ser consultado sobre su deseo de venir al país y añadió que esa posibilidad depende de varios factores. «Primero la voluntad que yo vaya. Creo que eso está. Segundo, la coyuntura sociopolítica. A veces la visita de un Papa puede ser usada, en todos los lugares. Que no sea usada ni para un lado ni para otro», aclaró.

También dijo que «después de una elección ciertamente sí podría pasar» pero aseguró que el viaje depende de «miles de factores» y no pudo estimar «en cuánto tiempo será posible». «Después de una elección ciertamente que sí. Por eso en tiempo electoral no se hacen viajes en los países, para evitar que la presencia sea usada por el partido gobernante para una reelección o algo por el estilo. Yo quiero ir a Argentina», ratificó Bergoglio.

Asimismo recordó que una visita a la Argentina «estaba planeada en diciembre de 2017» en conjunto con Chile y Uruguay. «El plan era ese. ¿Pero qué sucedió? Que [Michelle] Bachelet terminaba su gobierno y las elecciones eran precisamente por esa época. Entonces tuvimos que pasar Chile a diciembre y ya ir en enero a Argentina y a Uruguay. En enero no encontrás ni al gato, ¿viste? Entonces se cambió el programa y se hizo Chile y Perú. Y quedaron Argentina y Uruguay para después», rememoró. En esa línea ratificó, que «no hay una negación de ir. No, de ninguna manera. Estuvo planeado el viaje» y sostuvo que está «abierto a que se dé la oportunidad».

En la entrevista, el Papa también admitió que extraña deambular por las calles de Buenos Aires debido a que eso le permitía el «contacto continuo con la gente» y «muy variado». «Cosas que me quedan muy grabadas y que me cambiaron a veces la actitud. Cuando tenía que tomar el colectivo que pasaba por la cárcel de Devoto -tenía que ir a una parroquia por Devoto- varias veces me sucedió esto: estaba en la cola y casi todas eran madres», recordó.

«Casi todas eran madres. Entonces pensaba siempre sobre la madre de un recluso, lo que siente esa mujer, lo que siente ese hijo. Y eso fomentó en mí una especial cercanía a los presos. Yo todos los años para el Jueves Santo voy a lavar pies a una cárcel», completó el Sumo Pontífice.

El papa Francisco sobre Nicaragua

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Foto: Marvin Recinos / AFP

Por otra parte, Francisco también comparó al Gobierno de Nicaragua con las «dictaduras» comunistas o el régimen nazi de Adolf Hitler, al tiempo que criticó el encarcelamiento del obispo Rolando Álvarez en el país centroamericano y lo atribuyó al «desequilibrio» del presidente Daniel Ortega. «Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige. Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio», planteó el pontífice en una entrevista que publica hoy Infobae sobre el prelado condenado el mes pasado a 26 años de prisión.

Para el Papa, la situación en Nicaragua «es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera a traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas». «Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas. Guarangas», calificó Jorge Bergoglio, en medio de las persecuciones que han sufrido miembros e instituciones de la Iglesia y otros sectores políticos y sociales de parte del gobierno de Ortega.

En febrero, Francisco había recordado a Álvarez apenas fue condenado a 26 años de prisión, y reclamó un «ejercicio paciente del diálogo» en el país latinoamericano para alcanzar la paz al tiempo que pidió soluciones a los «responsables políticos» de la crisis. «Las noticias que llegan de Nicaragua me han entristecido no poco. Y no puedo no recordar aquí con preocupación al obispo de Matagalpa, monseñor Roland Álvarez, a quien quiero tanto, condenado a 26 años de cárcel», planteó el pontífice en aquella oportunidad tras pronunciar la oración dominical del Ángelus en el Vaticano.

El mes pasado, Álvarez fue condenado en Nicaragua a 26 años y cuatro meses de prisión imputado con cargos de conspiración, propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a las autoridades. Álvarez estaba detenido por las autoridades desde el pasado 19 de agosto en arresto domiciliario, y desde el 9 de febrero en la cárcel La Modelo de Tipitapa, luego de negarse a abordar el avión junto a otros presos políticos que fueron deportados a los Estados Unidos.

En 2018, monseñor Rolando Álvarez había formado parte de la comisión de diálogo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua que buscaba mediar entre el gobierno y los opositores a las políticas ejercidas en la Nación. En 2022, el gobierno de Nicaragua también expulsó del país al nuncio apostólico y a 18 religiosas de la Orden de las Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta. Además, cerró diversos medios de comunicación católicos. Y el pasado 8 de febrero quitó la ciudadanía y desterró a seis sacerdotes, y aún permanecen encarcelados otros dos presbíteros.

Revisar el celibato

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Foto: AFP

Por otra parte, el Pontífice aseguró que sería posible revisar la disciplina del celibato, al considerar a la norma en la iglesia occidental como «una prescripción temporal». «En la Iglesia Católica hay sacerdotes casados: todo el rito oriental es casado. Todo. Todo el rito oriental. Acá en la Curia tenemos uno, hoy mismo me lo crucé, que tiene su señora, su hijo», planteó el pontífice en una entrevista con Infobae al ser consultado sobre el celibato.

Si bien el Papa considero que «no» cree que revisar la norma pueda hacer que más gente se sume al sacerdocio, sí sostuvo que «no hay ninguna contradicción para que un sacerdote se pueda casar.» «El celibato en la iglesia occidental es una prescripción temporal: no sé si se resuelve de un modo o de otro, pero es provisoria en este sentido; no es eterna como la ordenación sacerdotal, que es para siempre, te guste o no te guste. Que dejes o no dejes es otro tema, pero es para siempre», amplió Francisco.

Así, en un marco en el que aseveró que «en cambio el celibato es una disciplina», respondió que «sí, sí» podría revisarse. «De hecho todos los de la iglesia oriental están casados. O los que quieren. Ahí hacen una opción. Antes de la ordenación la opción por casarse o por ser célibes», argumentó.

En otro pasaje de la entrevista, al condenar actitudes machistas, el Papa agregó que «a veces el celibato te puede llevar al machismo». En enero de 2019, en una conferencia de prensa al regreso de un viaje a Panamá, Bergoglio parafraseó una frase del santo Pablo VI: «Prefiero dar la vida antes de cambiar la del celibato».

De todos modos, Francisco sí admitió la posibilidad de alguna apertura «en las localidades más remotas», entre las que incluyó a «las islas del Pacífico». El pedido para la revisión del celibato es encabezado por la Iglesia alemana, que en su Asamblea Sinodal de esta semana votó casi por unanimidad del texto de acción «El celibato de los sacerdotes – confirmación y apertura», incluidos 44 de los 60 obispos que participaron del denominado Sínodo de la institución germana.