Pasaron tres años y siete meses de esa fatídica noche en la que Facundo Ferreira, de 12 años, fuera asesinado de un disparo en la nuca. Después de soportar las mentiras que las fuerzas policiales construyeron en torno al hecho y tolerar el hostigamiento durante todo este tiempo, la familia del niño espera la decisión que este martes dará a conocer el tribunal.

Durante su alegato, la fiscala Marta Jerez Rivadeneira pidió la pena perpetua para Nicolás Montes de Oca (quien está preso por haber cometido un arrebato en moto) y Mauro Díaz Cáceres (el autor del disparo a Facundo), quien sigue dentro de la institución cumpliendo tareas administrativas.

“No hubo agresión por parte de la víctima, por el contrario, la agresión partió siempre por parte de quienes perseguían a la moto de menor porte que era la de los chicos”, dijo Jerez Rivadeneira. “Estaban huyendo, no había ningún peligro para los imputados, con detener la marcha ya estaban defendiendo su vida”, destacó.

Para la fiscalía, los policías “deben ser condenados ambos en las mismas condiciones por el fallecimiento del joven Ferreira como autores voluntarios y responsables”. Jerez Rivadeneira apeló inciso 2 del artículo 80 del Código Penal considerando que los acusados actuaron con alevosía. También se apoyó para este pedido en el inciso 9 del mismo artículo “por haberse abusado del uso de su cargo y haber utilizado todos los elementos que la sociedad les otorga para defendernos, para agredir a dos miembros de la sociedad”.

La fiscalía pidió además que se dicte la prisión preventiva al momento en que se pronuncie la sentencia.

La querella encabezada por Carlos Garmendia coincidió con el pedido de la fiscalía, pero agregó la solicitud de que se abra una investigación sobre Diego Darío Lescano (otro policía involucrado en el hecho) por encubrimiento. En ese sentido, destacó la labor de la fiscala Adriana Giannoni quien estuvo a cargo en la primera etapa de la investigación. “Esta causa ha conmocionado la sociedad, hubo una maniobra por parte de algunos policías para disfrazar la realidad de lo sucedido, y hubo una actividad para instalar en la prensa que un niño de 12 años era un delincuente. Y lo lograron en buena parte de la sociedad tener ese efecto porque buena parte de la sociedad sigue diciendo que, si hoy Facundo estuviera vivo, sería un delincuente”, dijo el abogado durante su alegato.

Desde la querella se puso énfasis en que los ninguno de los dos chicos que iban en la moto dispararon, tal como lo señalaron los dos imputados en la primera jornada del debate. “Facundo no disparó ningún arma de fuego”, insistió Garmendia. La acción civil pidió $ 6 millones de pesos como indemnización para la familia por todo el daño sufrido desde el asesinato del niño.

La Defensa pidió la absolución completa de ambos acusados. Afirman que actuaron para proteger su vida.

El martes la decisión final estará en manos de las juezas Wendy Adela Kassar y María Fernanda Bahler y el juez Emilio Páez de la Torre, integrantes del Tribunal.

“Los policías ahora van a saber qué les va a pasar si gatillan a un pibe”

Facundo vivía en el Barrio Juan XXIII de la capital tucumana.

La solicitud de condena perpetua por parte de la fiscalía desprendió lágrimas de Romina, Malvina, Rita y Mercedes, mamá, tías y abuela de Facundo, quienes estuvieron presenciando el juicio, luego de declarar.

“Estoy muy nerviosa, nunca anduve en estas cosas”, dice a Tiempo Argentino, Mercedes Ferreira, la abuela de Facundo, con quien vivía el nene. Mercedes declaró en la primera jornada del juicio, el 20 de septiembre. “He dicho la verdad de cómo era mi hijo, estoy tranquila porque sé que dije la verdad de cómo era. Después que terminé de declarar me sentí tranquila, porque dije la verdad de cómo era él”.

Durante su declaración, Mercedes relató cómo el ministro de Seguridad, Claudio Maley, la convocó a una reunión en Casa de Gobierno en la que le ofreció instalar una panadería en su casa con el fin de que la familia levantara la denuncia.

“Me siento muy emocionada, me dan ganas de llorar cuando hablo de él. Acá cuando estoy en mi casa veo las fotos de él y es tremendo”, expresa la mujer. “Me siento agradecida y protegida por la gente que nos apoya, es mucha gente, esperamos tener suerte con la condena”, agregó.

La familia esperaba con ansias este juicio. A lo largo de esa espera, pusieron un merendero en homenaje a Facundo para asistir a los chicos del Barrio Juan XXIII. “Sentimos alivio, pero también tristeza, aunque yo creo en Dios y creo que va a haber justicia”.

“Lo primero que les pediría a los jueces es que se pongan las manos en el corazón y piensen en todo lo que se ha dicho, lo que se ha declarado. Yo siento que ellos son culpables, que lo mataron a Facundo quisiera que también se pongan la mano en el corazón porque también son padres, son abuelos. Espero que haya perpetua para ellos para que sea un ejemplo para otros policías que van a tener que pensar antes de dispararles a un chico”.

Rita Ferreira, la tía de Facundo fue quien descubrió los tiros en la cabeza de su sobrino. “Nunca se me va a ir ese recuerdo”, dice la joven. “Me quebré cuando empecé a declarar porque es muy triste, cuando hablo de Facundo se me hace un nudo en la garganta, pero tomé fuerzas y le pedí fuerzas a Facundo, le pedí a Dios por este juicio. Y a él también le pedí”, dijo.

En los días del juicio, los familiares de los acusados insultaron a la familia de Facundo que estuvieron todas las jornadas a puertas de tribunales. “Dijeron muchas cosas de Facundo que nos duele mucho”.

“Sé que Dios va a hacer justicia por él. Uno se pone mal, todos los días desde que empezó el juicio uno no duerme pensando y esperando que llegue la condena a ellos. Ahora a Facundo tenemos que dejarlo ir porque él se va a ir tranquilo con su justicia. “Los policías ahora van a saber qué les va a pasar si gatillan a un pibe, a una criatura. Facundo va a quedar en eso también”.

Algunos puntos clave del caso

El 8 de marzo alrededor de la 1.20 de la madrugada los oficiales Mauro Díaz Cáceres y Nicolás Montes de Oca quienes iban a bordo de una moto de la División de Motorista del 911, cruzaron la avenida Benjamín Araoz para perseguir a otra moto conducida por un adolescente de 15 años que llevaba como acompañante a Facundo.

Desde la fiscalía indicaron que la misma bala que mató a Facundo podría haber matado al joven que conducía la moto.  

Durante el debate oral, ambos imputados hablaron de legítima defensa e insistieron en que los chicos estaban armados.

En la escena se encontró un arma de fuego y jamás se comprobó que el arma perteneciera a J. el adolescente que conducía la moto.

Las pruebas de barrido electrónico dieron como resultado negativo en la prueba de pólvora, es decir que Facundo jamás disparó el arma.

Los testimonios de los policías evidenciaron el armado de la escena posterior al hecho.

Uno de los acusados permanece en las fuerzas policiales cumpliendo tareas administrativas. El otro cumple una condena por haber intentado arrebatar una cartera en la vía pública.

La fiscala Adriana Giannoni quien inició la investigación comprobó, a través de un examen toxicológico, que Montes de Oca consumía cocaína.  

Desde el asesinato de Facundo, la policía hostigó en varias oportunidades a la familia y hasta asesinaron al perro del niño.

El ministro de Seguridad justificó el accionar policial y criticó a la familia. Meses después la convocó a una reunión para tratar de que desistieran de la denuncia.

En la sesión número 78 del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, miembros expertos y expertas del Comité consultaron al Estado argentino por las principales vulneraciones de los derechos de los niños y niñas y tomó como caso testigo el caso Facundo Ferreira.