Los tres efectivos de la Policía de la Ciudad acusados del crimen de Lucas González se presentaron ante la Justicia y quedaron formalmente detenidos, informaron fuentes judiciales. Se trata del el inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nieva, quienes se desempeñaban en la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad.

Antes, los fiscales que investigan el crimen de Lucas González habían solicitado la detención de los tres efectivos de la Policía de la Ciudad que participaron del operativo en el que fue asesinado el adolescente el miércoles último en Barracas.

Los tres quedaron acusados del delito de «homicidio agravado por haber sido perpetrado por miembros de las fuerzas policiales abusando de sus funciones», el cual prevé la pena de prisión perpetua en un futuro juicio oral.

El pedido fue firmado anoche por los fiscales Leonel Gómez Barbella, a cargo de la fiscalía nacional en lo Criminal y Correccional 32, y el fiscal Andrés Heim, a cargo de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin). El juez Martín Carlos Del Viso había delegado en ellos la instrucción de la causa.

«En solo cinco horas se solicitó una batería de medidas y se pidió la detención de los tres policías», dijo a Télam una fuente judicial, que confió que ahora el juez Del Viso debe avalar lo solicitado por el fiscal. Además, los fiscales pidieron que se dicte el secreto de sumario y rechazaron las eximiciones de prisión que habían solicitado los tres policías involucrados a través de su abogado, Alfredo Oliván.

Para rechazar ese planteo, el fiscal Gómez Barbella y el fiscal Heim consideraron que los imputados «tergiversaron los hechos al momento de informarlos a la autoridad judicial para mejorar su situación procesal, circunstancia que daría cuenta no solo de su voluntad de sustraerse del proceso penal que se le sigue, sino también entorpecer la investigación».

También, entendieron que, estando en libertad, los policías pueden «amedrentar y hostigar a testigos y familiares, mas aún conociendo los pormenores de un proceso penal por la función propia».

Foto: Sergio Pisani

«Cabe destacar que este riesgo se torna especialmente grave en investigaciones vinculadas a delitos como los que nos convocan, en los cuales no pueden descartarse que, por su entidad, haya causado repercusiones psíquicas en las víctimas, que impacten negativamente sobre su voluntad de colaborar y testimoniar en el marco de la investigación, en caso de que la libertad de los imputados no sea restringida de momento», señalaron.

En tanto, el fiscal Gómez Barbella se comunicó con Cintia, la madre de Lucas, para darle su apoyo y comunicarle todas las novedades de la causa. Además, puso a disposición de las familias a los profesionales de la Dirección de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC) del Ministerio Público Fiscal.

Tras conocerse el pedido de detención de los policías, Mario, padre del adolescente, dijo a Télam que espera que «se cumpla eso», ya que la única forma que su hijo «descanse en paz va a ser cuando estén presos y condenados», por lo que continuará «la lucha el lunes con la marcha a Tribunales y el reclamo de cárcel para los asesinos».

«Vamos a seguir peleando hasta el final porque han destruido a una familia, mi hijo no se merecía eso», expresó «Peka» y añadió: «Estamos muy agradecidos por toda la ayuda de los medios de comunicación y del pueblo de (Florencio) Varela y de todos los lugares por el apoyo que nos dan».

Al igual que Mario, su esposa Cintia también se mostró «agradecida de todo corazón con todos los medios de comunicación».

«Ojalá me puedan seguir apoyando y seguir estando, el lunes vamos a ir la marcha porque esto recién empieza y yo no voy a parar hasta que todas las personas, inclusive los que encubrieron, paguen por lo que le hicieron a mi hijo», afirmó a Télam la mujer.

La familia esperaba esta mañana que el cuerpo de Lucas sea entregado para asistir al velatorio a realizarse en una sala de ese partido de la zona sur del conurbano.

«Esperamos que entreguen el cuerpo de mi sobrino para darle una buena despedida como se merece», dijo Sebastián Santillán, un tío del joven, quien aseguró que «ya no pueden tapar más a los policías asesinos».