El paisaje de Colegiales, más precisamente la manzana comprendida por las calles Dorrego, Enrique Martínez, Concepción Arenal y Conde, frente al Mercado de las Pulgas, ha sido ocupado por operarios y maquinaria pesada. Son los trabajos de limpieza que anticipan la construcción de un shopping, para indignación de los vecinos, puesto que en ese predio debía levantarse, por ley, la Plaza Clemente, un homenaje merecido a su creador, el dibujante Caloi, y una reparación, además, a la falta de espacios verdes en la zona. Para justificar el incumplimiento, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ya adelantó que decorará este emprendimiento comercial con «terrazas verdes».

Hace diez años y como respuesta al reclamo insistente de los vecinos, la Legislatura porteña aprobó –con la sanción de la Ley 2567– la creación de la Plaza Clemente, que en el Código de Planeamiento Urbano está catalogada como urbanización parque o zona UP. Sin embargo, mediante un decreto firmado hace dos años, el Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología de la Ciudad avaló la licitación pública para la construcción de una playa de estacionamiento subterránea en ese predio. Además de las 250 unidades de cocheras, el proyecto contempla «la creación de dos taludes, que progresivamente van ganando altura, rematando con una cubierta verde, favoreciendo la realización de proyecciones abiertas vinculadas con actividades culturales y sociales».

La puesta en marcha de la obra generó el repudio y la organización de los habitantes del barrio. La petición en la plataforma Change.org titulada «Espacios verdes: no al shopping ilegal de Colegiales» ya reunió más de 6600 firmas.

«Me parece una berretada y algo simbólico, tratándose de Clemente, que siempre bregó por la cultura popular. Clemente estaría del lado de la plaza pública, de que los padres vayan con sus hijos a matear. Mi viejo dejó asentado en sus más de 10 mil tiras la importancia de las plazas», se queja Tute, hijo de Carlos Loiseau, el célebre Caloi, e historietista como él, quien ya había mostrado su apoyo a la resistencia de los vecinos pese a no residir en Colegiales.

«Me involucro en este tema –continúa– fundamentalmente porque la plaza que se tiene que construir lleva el nombre del personaje de mi viejo. Pasaron muchísimos años y no sólo no hicieron la plaza, sino que además empezaron unas obras muy sospechosas y fuera de la ley. Además, debería ser un espacio verde público en un barrio que prácticamente no respira. Y cada vez es peor porque a la falta de verde se le agregan cada vez más torres».

En ese sentido, según los datos de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad, la Comuna 13 –que incluye los barrios de Núñez, Belgrano y Colegiales– tiene 4,8 metros cuadrados de espacio verde por habitante. A su vez, Colegiales en particular cuenta con 0,7 m2 de espacio verde por habitante, ubicándose muy lejos de los estándares internacionales de la OMS, que recomienda 10 m2 por habitante en las grandes urbes.

«Cuando empezó el boom de los shopping –cuenta Tute–, a fines de los ’80 y a inicios de los ’90, Clemente aparecía como férreo defensor de los almacenes y comercios de barrio. Eso está en mi memoria. Cualquiera que leyó a Clemente, sabe que su espíritu es proplaza y antishopping. Es un personaje de la cultura popular. Me pareció muy bien en su momento que quisieran homenajearlo, y sería una pena que no se hiciera así. Una gran injusticia en muchos sentidos».

–¿Se comunicó alguien del Gobierno de la Ciudad para darte una explicación?

–A mí nadie me llamó. Lo que se sabe es que no se sabe. Lo que suele hacer el gobierno en estos casos es correrse y no dar una respuesta ni aclarar cómo es la situación. Espero que se haga justicia. Para los vecinos y por el homenaje a mi viejo.

Entre Canal 9 y el Mercado de las Pulgas

Desde 1991 hasta 2004, el lote donde se pretende construir un shopping a cielo abierto estuvo usurpado por la Fundación Romay, que la utilizaba como depósito de Canal 9. Luego se recuperó y, en 2007, la Legislatura porteña aprobó la Ley 2567 y ordenó la creación de una plaza. También funcionó allí durante poco más de cinco años el Mercado de las Pulgas, mientras se reacondicionaba su histórico predio a la normativa vigente. Quedó desocupado nuevamente en 2011. Tras el decreto que habilitaba la construcción de un emprendimiento comercial, el sociólogo y vecino Carlos Wilkinson y Romina Braga, miembro de la Junta Comunal Nº 13 por la Coalición Cívica, promovieron una acción de amparo colectivo en la que solicitaron una medida cautelar urgente que frene las obras. En diciembre último, las máquinas comenzaron a trabajar. «