A fin de este mes quedarán sin efecto más de 1.500 becas doctorales y post doctorales dependientes del CONICET y de otros organismos de creación y divulgación científica como la UBA, la UNLP y otras universidades e institutos nacionales.

Las autoridades del CONICET, en declaraciones de su presidenta Ana María Franchi al diario La Nación, aseguran que no se trata de despidos porque “las becas son a término” y que, por su parte, ya ofrecieron dos prórrogas extraordinarias por un período de cuatro meses que expiran a fin de este mes y que ya no serán renovadas. Para Franchi “el organismo hizo todo el esfuerzo posible” y resaltó que, además, garantizarán hasta fin de año el acceso a la obra social.

Los trabajadores de la ciencia reconocen que se trata de contratos a término pero reclaman una nueva prórroga hasta diciembre para poder empalmar con los concursos que permiten el ingreso a la carrera de investigador y acceder a los beneficios de la planta permanente.

Por eso, este lunes realizarán un paro virtual y una movilización al Polo Científico Tecnológico “como última medida para frenar una decisión que se pretende imponer desde el 1 de julio”. Los jóvenes científicos aseguran que allí tomarán «todas las medidas sanitarias necesarias empezando por un riguroso distanciamiento social».

Es que, aseguran, en condiciones normales, los investigadores que no hubiera ingresado a la planta en la convocatoria del año anterior transitan este período entre el vencimiento del contrato y el posible ingreso a la carrera accediendo a cargos docentes en la universidad o, en otros muchos casos, aplicando para becas post doctorales en el exterior. La cuarentena y la pandemia impiden que los investigadores puedan transitar ese camino que, si bien resulta precario, les garantiza un ingreso para sus hogares.

Pedro Cataldi, becario doctoral del CONICET que se desempeña en el Instituto de Física y Astronomía del Espacio y uno de los referentes de Jóvenes Científicos Precarizados explicó a Tiempo: “La realidad es que el presupuesto para la Ciencia está muy lejos de llegar al 1% del PBI y los trabajadores y trabajadoras científicas no contamos con derechos laborales mínimos. Eso es lo que se pone de manifiesto ahora con la pandemia y la cuarentena”.

El investigador, además aseguró: “El CONICET y otros organismos tomaron la decisión de despedir al menos a 1500 becarios y becarias. Son muchas familias en la calle e implica un recorte de líneas de investigación. Es un gran revés a la manera que tenemos de solucionar problemáticas del país que es a través de la ciencia y la investigación. Aún más en una crisis sanitaria y humanitaria como la que estamos padeciendo”.

Para Cataldi, uno de los motivos de fondo por el cual el organismo no puede dar respuesta al reclamo de los investigadores es que están trabajando con el presupuesto 2019. “Ya ocurrió algo similar en 2016 y logramos revertirlo con la movilización. Todos los años el CONICET busca sacarse de encima una camada grande de compañeros. La situación extrema de este año vuelve a plantear la necesidad de una respuesta de los institutos que se verifica en un fuerte proceso de organización y de voluntad de lucha”, agregó.