El mundo cooperativista no escapa a las violencias patriarcales y capitalistas aun cuando sus bases promueven una economía de base social y solidaria. Por tal motivo, en marzo de 2019, la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (FECOOTRA) puso en marcha un Proyecto para la Equidad de Géneros en el Cooperativismo, financiado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y llevado a cabo por el Comité de Equidad de Géneros de FECOOTRA, que es a su vez integrante de la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados (CONARCOOP), y personas consonantes al tratamiento profesional de la temática.

“Teniendo en cuenta las desigualdades a nivel mundial que enfrentan las mujeres, lesbianas, trans, travestis y personas no binaries en las esferas culturales, sociales, políticas y económicas; desde FECOOTRA afirmamos que la equidad de géneros y en consecuencia, la erradicación de las violencias hacia las mujeres e identidades femeninas debe ser parte de los objetivos de mayor relevancia para las cooperativas”, sostuvo Sofía Imeroni, referente del Comité de Género y vicepresidenta de FECOOTRA.

De esta forma, se llevó a cabo la primera etapa de la investigación, la cual abarcó 64 cooperativas de trabajo asociadas a FECOOTRA de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Según comunicaron desde la entidad, “se pudo evidenciar y documentar la existencia de múltiples violencias. Entre las más manifiestas se hallaron numerosos ejemplos de violencia psicológica y simbólica”. El informe describe este tipo de violencias de la siguiente forma:

La violencia psicológica “se juega en las relaciones interpersonales, en los vínculos, que son la base de las relaciones laborales”. Allí, se observó “cómo se perpetúan valores machistas generados por el orden patriarcal, en la forma de vincularse, en el trato cotidiano, en la forma en la que se toman decisiones”.

La violencia simbólica, “base de todos los tipos de violencias, se visualiza en la asimetría de poder, los roles y estereotipos de géneros”. Uno de los casos evidentes “es la desigualdad en el prejuicio sobre las capacidades de varones y mujeres para el desempeño de determinadas actividades”.

En cuanto a la violencia económica, “la economía del cuidado juega un papel importante a la hora de que las identidades femeninas asuman cargos de gestión y liderazgo, inclusive dificulta también la presencia en reuniones, asambleas, capacitaciones y militancia en otros espacios de participación, por ejemplo actividades de los comités de géneros cooperativos”. La sociedad “sigue considerando que son básicamente las mujeres las que tienen que hacer frente a las exigencias de ocupación y responsabilidades familiares”.

Este proyecto busca impulsar desde la economía social y solidaria estrategias y acciones para la promoción de los derechos socioeconómicos y culturales de las identidades femeninas; con el objetivo de resolver la desigualdad de géneros en nuestros lugares de trabajo y erradicar los diversos tipos de violencias patriarcales.

El proyecto aborda 3 ejes específicos:

Capacitación: capacitación en perspectiva de géneros a las y los actores de la economía solidaria.

Piezas de comunicación: realización de campañas institucionales y materiales de difusión y sensibilización sobre la temática. Audiovisuales, flyer y folletos gráficos, micros radiales, obra de teatro, página web, entre otras acciones de comunicación de uso masivo.

Observatorio de las Violencias de Géneros dentro del cooperativismo y ESS: donde un equipo interdisciplinario tiene como principal objetivo investigar y brindar información válida y fiable acerca de las distintas formas que asumen las violencias de géneros dentro del sector y a su vez ofrecer datos actualizados que reflejen estadísticamente la participación, la representatividad, y las condiciones de las mujeres y varones en sus cooperativas. Para luego proponer herramientas que permitan a las cooperativas la implementación de políticas propias y públicas que promuevan la participación de las identidades femeninas en condición de equidad, promoviendo en sus territorios la igualdad de derechos económicos, sociales y culturales.

“Los valores, principios y sistema de gobernanza que sustentan la ideología del cooperativismo, se hacen visibles en las prácticas cotidianas de las empresas que forman parte del sector y generan múltiples posibilidad para implementar cambios que permitan alcanzar la equidad de géneros”, finalizó el informe.