El proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) retorna al Congreso en plena campaña electoral, la primera posterior al debate legislativo que habilitó la masiva discusión social por el derecho al aborto. Los precandidatos presidenciales Alberto Fernández, Daniel Scioli y Nicolás del Caño se pronunciaron a favor. Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey proponen la «despenalización», mientras que Roberto Lavagna está en contra. Mauricio Macri y su eventual plan B, María Eugenia Vidal, también están en contra.

La izquierda, en todas sus variantes electorales, fue pionera en la incorporación programática de este derecho. Ya en 2011 el FIT convocó a la lucha por el aborto legal en su plataforma al constituirse como frente. Las demás fuerzas políticas tuvieron más contradicciones a la hora de definirse.

En su primera actividad proselitista, el lunes en Río Gallegos, Alberto Fernández ratificó su posición: «Hace 20 años enseño Derecho Penal y hace 20 años que despotrico contra la idea de que el aborto sea un delito. Es un problema de la salud pública y hay que encontrarle una solución». Apeló, sin embargo, a la inconveniencia electoral de su tratamiento, y propuso «trabajar sin necesidad de avanzar tan rápidamente en la legalización», porque «es un tema que divide a los argentinos». Su especulación tiempista le acarreó críticas desde el movimiento feminista.

Es que los movimientos sociales ligados al Papa como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que lidera Juan Grabois, integran el frente electoral que lleva la fórmula de «#LesFernández». Hacia ellos fue la referencia de Cristina Kirchner en su discurso en Clacso, en noviembre del año pasado cuando habló de «pañuelos verdes y también celestes», con clara intención contenedora. Pero a la hora de definir, la senadora votó a favor. Lo mismo hizo Scioli, no como gobernador sino como diputado. Es que las contradicciones también están en las bases: Grabois convive en el Frente Grande con la referenta feminista surgida de la lucha de los secundarios y ahora precandidata a legisladora Ofelia Fernández, y con la abogada feminista de Milagro Sala, Elizabeth Gómez Alcorta.

En tanto, Urtubey y Massa siempre se mantuvieron a favor de la despenalización al argumentar en contra de que las mujeres que abortan vayan a la cárcel, pero evitaron dar respuesta al vacío legal en el que quedaría ubicado el aborto como práctica médica no garantizada por un derecho. Dentro del massismo, milita activamente a favor Malena Galmarini.

Lavagna se pronunció en contra, pero a favor de una consulta popular. Sin embargo, el Partido Socialista, parte de su alianza electoral, se ha pronunciado de manera institucional a favor y hasta echó al diputado Luis Contigiani, que en 2018 se opuso.

Inoportuno e incómodo, el proyecto de IVE vuelve a irrumpir en la arena política en plena campaña. Para algunos será piantavotos; para otres, una bandera política.