Viruela del simio. Las palabras, que hacen presumir algo malo como casi toda la terminología en Salud, empiezan a repetirse con frecuencia en los últimos días en Gran Bretaña, donde hay siete personas oficialmente infectadas por esta patología rara emergente y en casos puntuales potencialmente mortal, que suele aparecer en África y que tiene la capacidad de propagarse a los humanos.

En África occidental y central la viruela del simio ahora es endémica. Pero hay diferencias entre ambas zonas. “Todos los pacientes de Inglaterra que necesitan atención médica se encuentran en unidades especializadas en enfermedades infecciosas. Por suerte, los individuos tienen el clado de África occidental del virus, que es leve en comparación con el clado de África central”, comenta al sitio de divulgación científica The Conversation el catedrático de Microbiología, Raúl Rivas González.

La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) aseguró en un comunicado que el primer caso, a principios de mes, fue de una persona que había viajado recientemente a Nigeria. Como medida de precaución, se pusieron en contacto con los pasajeros que viajaron cerca del paciente en el mismo vuelo al Reino Unido. “Estamos contactando con personas que han estado cerca para garantizar que, si se enferman, puedan ser tratadas rápidamente”, declararon. Pero luego vinieron seis casos más. Casi todos ellos de Londres.

El problema es que los últimos cuatro casos no habían viajado a países donde la viruela del mono es endémica y siguen investigando exactamente dónde y cómo se infectaron. Incluso si tienen más vínculos entre sí. «Los cuatro nuevos casos se auto identifican como homosexuales, bisexuales, algo extraño», afirmó la doctora Susan Hopkins, asesora médica jefe de la UKHSA.

«La UKHSA está investigando rápidamente el origen de estas infecciones porque las pruebas sugieren que puede haber transmisión del virus de la viruela del mono en la comunidad, propagado por contacto estrecho», agregó. La agencia instó a los hombres homosexuales y bisexuales a estar atentos a cualquier erupción o lesión inusual y a ponerse en contacto con un servicio de salud sexual sin demora.

El origen

La enfermedad fue descubierta en 1958, cuando ocurrieron dos brotes de una patología similar a la viruela en colonias de monos mantenidos para labores de investigación. De ahí su nombre de “viruela del mono” o “viruela del simio”, aunque también se vio presencia de esta infección en roedores y hasta en perros.

La mayoría de los casos de viruela del simio en humanos son zoonóticos. Las personas se contagian cuando entran en contacto con líquidos corporales de los animales infectados; por ejemplo, si un animal infectado muerde a una persona o si una persona inhala gotas que contienen el virus. También por contacto directo con lesiones de la viruela del mono, o hasta con materiales contaminados, como la ropa.

En general, los síntomas son similares a los de la viruela: incluyen fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, fatiga extrema y, a diferencia de la viruela, ganglios linfáticos inflamados y prominentes. En algunos casos, como en Norteamérica, se informaron náuseas, vómitos y conjuntivitis.

Primero aparece la fiebre, y de uno a tres días surge una erupción que suele comenzar en la cara y después se extiende a otras partes del cuerpo. En los primeros días consiste en manchas planas y rojas que después se convierten en ampollas de pus que forman pústulas. Al cabo de varios días, generan una costra que luego se cae.

Si bien algunas personas pueden desarrollar síntomas más graves, por lo general la mayoría mejora por sí sola, pasadas de dos a cuatro semanas. Las lesiones duran unos 21 días.

Cómo nos relacionamos con los animales

“El primer caso humano de viruela del simio fue notificado en agosto de 1970 en Bokenda, una aldea remota en la provincia ecuatorial de la República Democrática del Congo. El infectado fue un niño de 9 meses que ingresó en el Hospital Basankusu con sospecha de haber contraído viruela. Una muestra, enviada al Centro de Referencia de Viruela de la OMS en Moscú, reveló que los síntomas eran causados por el virus de la viruela del mono”, relata Rivas González.

En ese momento la familia del paciente sostuvo que en ocasiones comían monos como un manjar, aunque no podían recordar si lo habían hecho durante el último mes o si el niño estuvo en contacto con un mono antes de presentar síntomas. Luego se demostró que el niño era el único de la familia que no había sido vacunado contra la viruela humana.

En 2017 Nigeria tuvo su mayor brote. «El continente africano se enfrenta en esta última década a un resurgimiento de la viruela del simio. Han sido diagnosticados más casos confirmados de viruela símica desde el año 2016 que en los 40 años anteriores», apunta el especialista español, y lo aduce a cuatro variables: el cese de la vacunación contra la viruela en los ’80; la mayor exposición y contacto con los animales, que son reservorios del virus; el aumento de la tasa de transmisión de persona a persona, particularmente en anfitriones inmunocomprometidos; y una mayor capacidad de diagnóstico y educación sanitaria.

En 2003 Estados Unidos también tuvo un brote por importar roedores infectados desde África que iban a ser utilizados como mascotas. Esos animales transmitieron el virus a perros de las praderas domésticos, y de ahí pasó a 70 humanos. Un origen similar a la mayoría de los virus que tienen su origen en animales, por ejemplo el SARS-CoV–19. Por eso los brotes, virus y pandemias no hablan solo de lo sanitario sino también de lo social, de cómo se vive, de prácticas culturales y de hábitat contraproducentes y de cambios urgentes que se necesitan para evitar próximas epidemias.