“Es un día muy triste”, reconoce con angustia Andrea Uboldi, ministra de Salud de Santa Fe. “Estuvimos muy preocupados por esta situación y ahora que se confirmó, todavía más”, se resigna Rossana Chahla, también ministra pero de la provincia de Tucumán. Ambas hacen alusión a la decisión del gobierno nacional de degradar el Ministerio de Salud de la Nación al rango de Secretaría bajo la órbita de Desarrollo Social. 

La información filtrada el fin de semana encendió la alerta en todo el país y generó inédita reacción entre los responsables provinciales que emitieron un comunicado conjunto el domingo para manifestar su rechazo. Ante la temida confirmación del lunes, Tiempo se comunicó con dos ministras para conocer su opinión.

Un retroceso

“Primero que nada esto me parece un retroceso”, explica Uboldi, que asumió en diciembre de 2017 como titular de Salud del gobierno socialista de Santa Fe. “Cuando uno trabaja o habla con otros profesionales en Latinoamérica se da cuenta de cuenta de cómo siguen nuestra experiencia en otros países. Y eso se logró por la existencia de un Estado presente y articulador de una relación con las provincias. Eso se pierde en este contexto de no entender la importancia de la Salud. Porque no es un ministerio más. Se fue construyendo priorizando la salud en distintos escenarios. Porque no tenemos provincias iguales. Tienen distinta infraestructura, desarrollo, diferencias en los planes y el Ministerio colaboraba para paliar esas diferencias”, agrega. Por eso destaca el valor del comunicado conjunto del domingo: “Cuando hacemos el reclamo, pensamos como argentinos sin importar en qué provincia estoy. Nosotros en Santa Fe tenemos recursos adecuados al territorio y hay una decisión política del gobernador de no recortar en salud. Pero este contexto no es igual en todas las provincias. Y uno sabe que el que más pierde es el que menos tiene”.

En los 10 meses de gestión al frente de la cartera santafesina, Uboldi tuvo que lidiar con varios indicios del vaciamiento financiero que ahora se cristalizaron en una pérdida de jerarquía de la cartera nacional. “Yo pasé la falta de vacunas de meningococo y desde el área Comunicación del Gobierno se dijo que mentía. Ahora sabemos que no van a llegar los refuerzos para los chicos de 11 años y que tiene que ver con un recorte presupuestario. Incluso no sabemos si van a alcanzar para los de 2 años porque las dosis están por debajo de lo que necesitamos”, precisa.

“Ahora estamos entrando en fecha de la campaña nacional de vacunación de Sarampión y Rubeola para la que Nación siempre aportó fondos y a esta altura ninguna provincia los recibió. Así que todas las campañas serán esfuerzos de las provincias y no corresponde”, añade. Pero “lo que más ruido hace es el desfinanciamiento del programa de Incluir Salud, que cubre traslados, diálisis y drogas oncológicas de alta generación, además de medicación de patología reumatológica. Esto estaba en Salud y el año pasado lo pasaron a una agencia a cargo de la vicepresidencia. Pensábamos que iba a ser más ágil, pero en este momento nos trae mucho dolor de cabeza. Desde abril no se le paga a las prestadoras que realizan diálisis. Para los remedios oncológicos mandamos los pedidos con el formulario que nos piden tres o cuatro meses antes pero terminamos comprando nosotros porque igual no llegan. No están pagando los servicios de traslados de pacientes con discapacidad y ya nos informaron que no van a pagar las deudas del año pasador”, detalla.

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“Vamos a empezar con un tercer ministro en esta gestión. Pasamos por Lemus, después por Rubinstein y ahora vendrá Carolina Stanley. Hasta que este tercer interlocutor nos conozca, conozca los procesos, tenga firma para los expedientes, vamos a tener retroceso respecto de cómo veníamos trabajando”, añade para dar una dimensión de lo que viene. Y reclama por la falta de transparencia y consulta en la decisión: “Ni el presidente ni el ministro anunciaron cómo iba a ser el recorte”.

Enorme preocupaciòn

“No sólo nos preocupa lo que hagan con el Ministerio de Salud, sino por lo que pasa en el país”, plantea Chahla, ministra de Salud del gobierno peronista de Tucumán. “Sabemos que es una autonomía del presidente subordinar el Ministerio a Desarrollo Social, pero no queremos que se pierda la mirada de rectoría que había para planificar en Salud, para consensuar, dialogar, mostrar la problemática de cada provincia y ver cuáles podrían ser las mejores políticas para toda la Argentina”, detalla.

“Se han fusionado dos ministerios muy importantes que abarcan áreas muy amplias, por lo que me imagino que será muy difícil la coordinación”, se anticipa. Y ante ese panorama espera que el el ex ministro Adolfo Rubinstein no renuncie en su nueva función de secretario. “Veníamos trabajando con él y todo sería más fácil si se quedara”

En su provincia, Nación también tiene importantes deudas en la provisión de recursos que deberían garantizar. “Nos preocupa el programa Incluir Salud donde tenemos una deuda muy importante, como todas las provincias. En nuestro caso es de 136 millones. Y las cápitas, que son muy bajas (216 pesos), se han pagado por última vez en abril”.

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En Tucumán también se siente fuerte el desfinanciamiento en el área de medicamentos. Puntualmente en el programa de Cobertura Universal de Salud (CUS), reemplazante del Remediar. “Entre enero y junio de 2018, Tucumán recibió 3.365 botiquines. Pero nosotros estamos poniendo además mil por mes. Así que en ese período pusimos unos 6000 botiquines”, detalla. “En leche también es terrible. Necesitamos entre 250 y 300 mil kilos de leche por mes. Y estamos recibiendo menos del 50%. Lo demás lo compra la provincia. Nosotros lo hemos planteado en confianza, pero es una inquietud de todos los ministros”, finaliza.