“Más de la mitad del personal está contagiado y no se puede cubrir la guardia mínima”, dijo la titular de la delegación Rosario de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), Sandra Maiorana, sobre la situación de la maternidad del Hospital Roque Sáenz Peña, en el sur de esa ciudad. Por eso, el gremio reclamó el cierre del sector.

El nivel de contagios y de contactos estrechos en el área de salud “es monstruoso”, definió Maiorana ante la prensa local. “Estamos mandando a la Municipalidad el pedido del cierre de la maternidad del Hospital Roque Sáenz Peña. Más de la mitad del personal está contagiado. No pueden cubrir las guardias mínimas. Están en riesgo ellos y las embarazadas que se van a atender”.

“No puedo hablar de porcentajes claros. En cada lugar es distinto pero estamos recibiendo que tenemos un promedio no menor al 50% de personal de salud o infectado o que ha tenido un contacto estrecho y debe aislarse, de acuerdo a lo que dice la norma nacional. Y corresponde y tiene derecho a aislarse, por él y por su familia, por los compañeros”, remarcó en diálogo con Tiempo. E insistió: “La maternidad del Roque Sáenz Peña tenemos muy en claro que no puede seguir funcionando. Solamente puede atender la emergencia obstétrica que llegue caminando. Todo el resto hay que derivarlo. Si tienen una cesárea no la pueden hacer porque les falta la gente. Entonces, es imposible que funcione así”.

Maiorana agregó que “en la mayoría de los efectores, tanto en los centros de salud como en los hospitales, hay un alto porcentaje de personal de salud o infectado o contacto estrecho. Con lo cual, no se están pudiendo sostener los lugares mínimos de atención. Y lo que pedimos a la población es que se cuide, porque en este desastre en que se permitió la apertura total y en este momento este virus está circulando, es imposible sostener todos los lugares de atención”.

La profesional de la salud contrastó que “si bien hay diferencia con la segunda ola, porque ahora sí hay camas -porque los que están en terapia, muchos y jóvenes y sin comorbilidades: son los que no se quieren vacunar-, el problema es que no hay quién atienda porque están todos enfermos o infectados. Entre ellos el personal de salud, que tiene que aislarse. Esta es la realidad que estamos viviendo hoy. Mientras todo el mundo está disfrutando, el personal de salud está siendo usado como carne de cañón”.

El reclamo se enmarca en medio del conflicto entre los gremios y las autoridades sanitarias locales. Porque si bien el Ministerio de Salud provincial dio marcha atrás con la decisión de eliminar los cinco días de aislamiento para contactos estrechos entre el personal, en Rosario la medida aún rige.

«La norma nacional reconoce al personal de salud el derecho de aislarse si han sido contacto estrecho de personas contagiadas, por lo cual no hay ningún motivo para que se les retaceen las licencias”, sostuvo Maiorana. Y remarcó, en diálogo con LT8, que “lo que hace la Municipalidad es ilegal. Va en contra de una disposición nacional. Además manda a trabajar a su gente con posibilidad de estar infectada”.