Tras los reclamos de especialistas, padres y autoridades hacia la Sociedad Argentina de Pediatría por su falta de promoción de la inmunización infantil contra el Covid–19, y ante las campañas mediáticas estos últimos días nuevamente en contra de la Sinopharm, la SAP finalmente salió a apoyar con énfasis la vacunación pediátrica, y calificó a las dosis aplicadas como «seguras y eficaces».

“La SAP ha jerarquizado siempre la importancia de las vacunas en la población pediátrica y ha trabajado de manera constante en la mejora del calendario de vacunación del país y en su cumplimiento. Las vacunas son un derecho», expresaron este martes en un comunicado, en el que recordaron que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) es el organismo regulatorio nacional responsable de la autorización y recomendaciones de uso de las vacunas existentes. Y acotaron: «las vacunas contra Covid-19 han demostrado ser seguras y eficaces».

En el comunicado enumeraron cuatro razones por las que se debe vacunar a las y los niños, priorizando a aquellos con enfermedades crónicas:

  1. El riesgo en niñas/os existe

La SAP informó que la población pediátrica representa el 8,8% del total de los casos confirmados desde el inicio de la pandemia en nuestro país. Y el número va en ascenso: «cabe destacar que, desde el mes de agosto de 2020 a la fecha se observa una tendencia creciente de esta enfermedad en niñas, niños y adolescentes, tanto que actualmente 1 de cada 4 casos confirmados ocurre en menores de 18 años».

Afirman que, si bien es poco frecuente, esta enfermedad puede manifestarse en niñas, niños y adolescentes como cuadros respiratorios moderados o graves, «así como una nueva entidad denominada SIM-C (Síndrome Inflamatorio Multisistémico temporalmente relacionado a COVID-19), 2 a 6 semanas después de haber padecido la infección por SARS-CoV-2».

Otro aspecto que destacan es el relativo a las secuelas a largo plazo «que pueden desarrollar hasta el 10-15 % de los niñas, niños y adolescentes que han padecido Covid–19, según
publicaciones internacionales». Este “COVID prolongado”, fue mejor caracterizado en
adultos y aún se desconoce aún su impacto en la población pediátrica.

2. Su transmisión y la posibilidad de integrar actividades

Si bien la carga de enfermedad en la niñez es menor a la de los adultos, también pueden infectarse y transmitir el virus a otras personas. «En el contexto de las adecuadas coberturas de vacunación contra Covid-19 en adultos, los niñas, niños y adolescentes aparecen como el grupo susceptible de contraer la infección teniendo en cuenta las múltiples interacciones sociales», sostienen.

«La protección activa con vacunas seguras y eficaces permitirá también, proteger a los
niños ante la emergencia de nuevas variantes, Delta o Gamma entre otras, que se
están propagando más fácilmente en la población pediátrica, que al momento no está
completamente vacunada –completan–. Resulta entonces lógico considerar la vacunación pediátrica como una herramienta necesaria en el corto plazo para afianzar otros beneficios secundarios claramente relacionados, tales como: proteger a las familias, facilitar una presencialidad escolar más segura, permitir otras actividades deportivas, lúdicas y sociales de los niños, y disminuir la ansiedad y preocupación de los padres».

3. Inmunidad colectiva

Este es el punto más contextual del comunicado, y el más esperado por el gobierno. Días atrás, La Nación y Clarín salieron con notas de tapa a criticar que la Argentina comenzó a vacunar antes que China con la Sinopharm. El periodista Pablo Sigal de Clarín llegó a decir «cómo el kirchnerismo transformó la ciencia en una cuestión de fe». Finalmente, la SAP salió a apoyar a Sinopharm, fundamentalmente por su contenido y forma de realización, muy similar a la mayoría de las vacunas pediátricas.

«Todas las vacunas contra COVID-19 en uso en nuestro país contienen virus
inactivados o material genético viral, por lo que no tienen la capacidad de inducir
inmunidad a nivel de las mucosas, como ocurre con otras que poseen virus atenuados.
Es por ello fundamental alcanzar a nivel poblacional una alta cobertura de vacunación
que construya una barrera epidemiológica que dificulte la trasmisión de SARS-CoV-2.
Se necesita vacunar a los niñas, niños y adolescentes para alcanzar dicha cobertura,
y de esta forma protegerlos y lograr inmunidad colectiva», remarcaron en la Sociedad de Pediatría.

4. Vacunas disponibles

«Las vacunas aplicadas en nuestro país contra el COVID-19 son seguras y efectivas», subrayaron en la SAP. Y relatan que en agosto de 2021 comenzó en la Argentina la vacunación de niñas, niños y adolescentes entre 12 a 17 años con comorbilidades, luego se continuó vacunando al mismo grupo etario sin comorbilidades con vacunas de RNA mensajero (Spikevax de Moderna y Comirnaty de Pfizer) y en octubre se inició la vacunación en niñas y niños de 3 a 11 años con vacuna Sinopharm.
Las y los niños deberán recibir esquemas completos de vacunación (dos dosis con el intervalo correspondiente al esquema de vacunación de cada tipo de vacuna). «Es decir que aquellos que han recibido su primera dosis deberían completar su esquema y aquellos que aún no han comenzado la serie de vacunación, sería fundamental que lo hagan.»
«Es necesario mantener una cuidadosa vigilancia de la seguridad y eficacia de las vacunas que están en uso en niñas, niños y adolescentes (Sinopharm, Comirnaty de Pfizer y Spikevax de Moderna). Se debe seguir avanzando con la vacunación de adolescentes con enfermedades crónicas, así como con adolescentes sanos. La vacunación pediátrica debería seguir avanzando programadamente en niños de menor edad priorizando siempre a los niños con enfermedades crónicas», acotaron.

A modo de conclusión, manifestaron que la vacuna es «una herramienta que no sólo
beneficia a quienes la reciben, sino que contribuye a lograr protección comunitaria. Demostró ser segura y efectiva en estos grupos, en particular la vacuna Sinopharm utiliza una plataforma conocida (virus inactivado), similar a otras vacunas de Calendario». Y acotan que la vacunación contribuye a disminuir las poco frecuentes pero posibles formas graves de enfermedad y la mortalidad por coronavirus en este grupo, así como el número de personas susceptibles, «y de esta forma evitar contagios y favorecer la presencialidad escolar y actividades sociales, culturales y deportivas necesarias para el normal desarrollo de los niñas, niños y adolescentes».

Tendencia

El último domingo, especialistas advirtieron a Tiempo la necesidad de que las instituciones que abordan el tema sigan promoviendo la vacunación pediátrica. Oscar Trotta, referente del Hospital Garrahan, contó que en ese centro de salud de referencia ya recibió vacunas “casi el 100% de los pacientes de 13 a 17 años y un número importante de 3 a 11. Y no tuvimos ni un efecto secundario grave. Cero”. Y alertó sobre “un aumento de casos Delta en la población infantil. Es preocupante, ahí queda un reservorio del virus para generar quizás otra mutación más agresiva”.

El grupo Ciencia Rosarina, que elabora informes en base a datos públicos de la pandemia, publicó que desde agosto, y sobre todo en septiembre y octubre, creció en Santa Fe la proporción de niños y niñas que se contagian en relación a la población total. “En todo el año menos del 10% eran casos infantiles. Desde agosto está subiendo y ahora supera el 20%”, alertó Lucas de Candia, médico y magíster en Salud Pública.

El informe mostró también un incremento en la proporción de “casos índice” menores de 18 años. Es decir, los que llevan los contagios a las casas. El porcentaje “era del orden del 6%, pero llegó a 10% en julio y empezó a levantar. En septiembre casi llega al 30%. El virus está circulando en la población no vacunada, como la infantil, y que tiene una actividad fija en espacios cerrados: la escuela”. De Candia remarcó la importancia de que se mantengan el tapabocas y la ventilación, algo que viene menguando: “dejar que el virus circule en la población infantil es un riesgo para toda la comunidad. Hay una tendencia que es importante frenar”.

“Conocidos, pacientes, preguntan: ‘Mi pediatra dijo que espere, ¿qué hago?’. Les digo ‘sacá turno ya’. La gente espera el empujoncito de confianza. Creo que a corto plazo van a avanzar con la vacunación, porque es la mejor herramienta y hay dosis disponibles. No tendría sentido dilatar la campaña por dudas sin fundamento sanitario, amplificadas por algunos medios”, concluyó De Candia.