Las medidas de fuerza del gremio docente continúan. Los maestros nucleados en el Frente de Unidad Docente Bonaerense realizaron el jueves y viernes un paro de 48 horas pidiendo que el gobierno provincial mejore su oferta salarial. Al mismo tiempo, anunciaron su adhesión a la protesta a nivel nacional que lanzó Ctera para el miércoles 24, fecha en que se tratará el Presupuesto en el Congreso. El gremio con alcance en todo el país sostiene que la norma que se intenta aprobar contiene un «ajuste en los recursos asignados a educación» (ver página 11).

En Buenos Aires, donde ya se acumulan 24 días sin clases en lo que va del año, la distancia entre las partes es cada vez mayor. Pareció que se achicaba hace dos semanas, cuando la administración de María Eugenia Vidal ofreció un aumento de salarios del 30%, pero la falta de retroactividad y de garantías sobre futuras actualizaciones hizo naufragar el acuerdo. El jueves, los docentes se movilizaron junto con los estatales, judiciales y médicos de la provincia hacia la Casa de Gobierno, en La Plata.

De manera insólita, Fabián Perechodnik, secretario general de la gobernación, dijo que «el paro docente no tiene mucha explicación». Mirta Petrocini, titular de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), respondió que reclaman «no sólo por salarios dignos sino por escuelas seguras, por un servicio alimentario de calidad, por cobertura de cargos, por la defensa de los equipos de orientación escolar y por formación profesional, entre otros pedidos». La medida obligó a postergar las pruebas Aprender que se iban a realizar en las escuelas primarias.

El paro desató la habitual pelea mediática para destacar o relativizar la adhesión de los trabajadores. La FEB dijo que el acatamiento fue del 90%. En cambio, fuentes oficiales señalaron que el ausentismo en cada una de las dos jornadas fue del 43% y 42% y que los colegios que no abrieron en toda la provincia fueron 132 y 89, respectivamente. «