«Que no salga a la luz el tema que ya lo vamos a solucionar», fue la orden de funcionarios de la cartera educativa que conduce Soledad Acuña a la supervisión escolar del distrito 17. «Pasó mucho tiempo y no depende de nosotros porque la situación ahora está en manos de las familias», fue la respuesta de las autoridades de la Escuela N° 1 DE 17 «Antonio Dellepiane», de Villa del Parque, según pudo reconstruir Tiempo. Hace dos meses y medio que la escuela padece la presencia de ratas en todo su edificio.

Lo que ocurre en la escuela Dellepiane es un caso testigo de un hecho que se repite en varias instituciones educativas porteñas: hasta el momento suman al menos una docena las escuelas que en dos meses denunciaron la presencia de ratas, aunque sostienen que podrían ser muchos más pero que el ministerio de Educación porteño prohíbe que se informe sobre este tema. La situación preocupa a miles de familias, algunas de ellas decidieron no enviar a sus hijos hasta que se solucione la plaga.

La escuela Antonio Dellepiane está ubicada en la calle Baigorria al 3100, a media cuadra de la plaza Aristóbulo del Valle, en plena zona residencial, rodeada de casas y edificios de hasta 7 pisos de altura. En comparación con otros establecimientos escolares, es un inmueble de pequeñas dimensiones al que asisten alrededor de 350 estudiantes, entre jardín y primaria, sin contar a quienes concurren a la escuela de música a contraturno. La escuela tiene comedor propio manejado, como en el 99% de los casos, por las empresas concesionarias contratadas por el ministerio de Educación porteño.

«Ya venimos con varios problemas con la concesión del comedor que maneja la empresa Treggio SRL porque durante mucho tiempo estaba todo sucio, las heladeras no funcionaban, los mosquiteros estaban llenos de grasa y la comida estaba toda tirada», detalló a Tiempo Marcelo Solodovnik, vocal de la cooperadora y padre de dos alumnos de 1ro y 3er grado de la escuela. Marcelo, junto a otra mamá de la cooperadora, son los que se encargan del control del comedor y de las becas del concesionario.

Tras muchos encuentros entre la cooperadora y la empresa concesionaria, fueron solucionando el problema de la mugre y el estado de abandono del comedor. «Hasta hace un tiempo las ratas aparecían cada tanto y supuestamente se fumigaba, no se desratizaba porque nos decían desde el gobierno que el colegio no se puede desratizar sin darnos mayores detalles, aunque la escuela durante mucho tiempo estuvo libre para que puedan desratizar», agregó el padre.

Últimamente, las ratas comenzaron a aparecer más seguido y en medio del horario de clases. Los roedores deambulan en el patio, en las aulas, en la cocina, en el baño. El equipo de conducción de la escuela elevó todos los pedidos correspondientes y la cartera educativa no autoriza a hacer la desratización. «La única solución que nos dieron desde el concesionario del comedor es no cocinar más en la escuela y enviar viandas, con lo cual a la invasión de ratas se le suma el problema de bajar la calidad de la comida que de por sí ya es muy mala», advierte Solodovnik.

La situación empeoró cuando en los últimos días aparecieron también ratas en el jardín de infantes y los chicos están teniendo clases en el patio. «Es todo muy desesperante, las ratas hasta se comieron las colchonetas de los chicos. Estamos unificando el reclamo entre las tres escuelas del edificio: el jardín, la primaria y el colegio de música para exigir que el gobierno tome medidas urgentes», agregó el integrante de la cooperadora y terminó: «Hay una desidia total por parte de la ministra Soledad Acuña, que deja al descubierto que claramente la educación pública no es prioridad para ellos y nosotros y nosotras no estamos dispuestos a que nuestros hijos convivan con ratas en la escuela».

A inicios de septiembre, Tiempo realizó un informe sobre la aparición de ratas en escuelas públicas porteñas. En los últimos dos meses, 12 establecimientos educativos denunciaron la presencia masiva de roedores: la Escuela Nº 26 DE 6 República de Colombia, del barrio de San Telmo; la Primaria N° 01 Delfín Gallo y el Jardín de Infantes N° 03 DE 16 Mafalda, ambas del barrio de Devoto; y la escuela N° 2 D.E. 21, Eduardo Luis Vicente, de Lugano; fueron las primeras en denunciar pública y oficialmente la aparición de ratas.

A la lista se sumaron la N° 6 DE 10 Manuel Dorrego, del barrio de Saavedra; la Escuela N° 16 DE 8 Dr. José María Ramos Mejía, de Almagro; la Escuela Primaria N° 12 DE 19, de Bajo Flores; la Escuela N° 4 DE 16 Álvarez Thomas, del barrio de Agronomía; la Escuela Primaria N.º 17 Blas Parera, de Palermo; y el Jardín de Infantes Integral N.º 4 DE 9, entre otros.

La subejecución en el mantenimiento de las escuelas

De la Dirección General de Servicios a las Escuelas dependiente del ministerio de Educación que comanda Soledad Acuña, por ejemplo, hasta el tercer trimestre del 2022, la Ciudad sólo ejecutó el 32,9 por ciento en Infraestructura Escolar, mientras que la ejecución de Mantenimiento alcanzó apenas el 33,7%. La baja inversión en áreas que, por ejemplo, podrían erradicar las plagas de ratas en las escuelas porteñas se opone a la exorbitante suma de dinero que el gobierno porteño invierte en pauta y publicidad.

Un informe del observatorio del Derecho a la Ciudad asegura que el GCBA ya gastó 29 millones de pesos por día destinados a Publicidad y Propaganda, pasando de 12 millones en el primer trimestre a 29 millones en estos últimos tres meses. El informe precisa que de casi 3.500 millones que tenía de presupuesto para todo el año, «el GCBA ya utilizó el 108 por ciento: 3.802 millones»; es decir, superó ampliamente las partidas designadas a ese sector.