Los aplausos que recibían cada noche trabajadores y trabajadoras de la salud durante la primera etapa de la pandemia de coronavirus no se tradujeron en un reconocimiento formal a su labor. A un año y medio de estar en la primera línea de batalla contra el virus, salen a la calle y realizan un paro para exigir mejoras salariales y laborales.

Desde la agrupación Hospitales de la Ciudad, de ATE, comenzaron este lunes 48 horas de paro en los 34 hospitales porteños. La segunda jornada de paro, este martes, coincide con un paro más general en salud convocado desde la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad, la Asociación de Licenciados en Enfermería, la Asamblea de Residentes y Concurrentes del distrito, el Sindicato de Enfermería, junto con ATE. Durante el paro solo habrá guardias mínimas y atención de urgencias.

“Hoy empieza el paro de trabajadores de la salud del escalafón general: técnicos, camilleros, enfermeros. Mañana para la salud completa, con los médicos”, detalló Héctor Ortiz, delegado de ATE en el Hospital Durand, donde este mediodía se concentraban referentes de los distintos hospitales para visibilizar los motivos de la protesta. Otro foco de protesta estaba en el playón del Moyano, cuestionando la pérdida de trabajadores y trabajadoras, la falta de licencias por estrés y vacaciones y la necesidad de mejoras salariales.

“Con un 30% de aumento en tres cuotas no alcanza. Por eso pedimos un 45%. Para que más o menos podamos llegar a mitad de mes. Es una vergüenza: Indec dice que una familia tipo necesita 139 mil pesos por mes, pero se gana entre 45 y 65 mil pesos para enfermeros licenciados. Un camillero gana 40 mil o menos”, lamentó Ortiz en diálogo con Tiempo.

Alertó, asimismo, que peligran los puestos de enfermería sumados en el marco de la pandemia. “En la pandemia ingresaron alrededor de 2000 enfermeras. Cerca de 1000 se han ido, porque con 45 mil pesos, exposición y cansancio, prefirieron irse. De las 1000 que quedaron, amenazan con no renovar contratos. Ya han dejado a cuatro sin contrato aduciendo que presentaron certificados médicos incorrectos. Buscan cualquier excusa”, criticó.

Además de la apertura de paritarias y el pase a planta permanente para contratados y contratadas durante la pandemia, la protesta reflota el pedido de que la enfermería sea incluida dentro de la carrera de profesionales de la salud, tras ser dejada fuera de ese sector por una ley del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.

“Hoy escuchaba que los controladores aéreos tienen salario promedio de 135 mil pesos y hacen reclamos –y está perfecto-, pero el promedio nuestro es de 45 mil. Es una locura. Es un poco para visibilizar eso. Dejar de manifiesto estos sueldos de miseria. Enfermeros, radiólogos, instrumentadores cobran mucho menos que quienes están en carrera profesional. Ellos tienen un salario promedio de 110 mil pesos. Estas cosas suceden en la Ciudad de Buenos Aires. Es un despropósito, por eso la manifestación tiene que ver también con el pase a la carrera profesional”, dijo Walter Benítez, delegado del Hospital Pirovano, y consideró que constituye una “discriminación” y una “arbitrariedad” que hayan sido dejados afuera. Por este reclamo se prepara también una olla popular para el 16 de julio, desde las 9 de la mañana en Plaza de Mayo.

Terapistas arrasados

Mientras el personal de la salud protesta por mejoras salariales y laborales, el último informe de la Sociedad Argentina de Terapias Intensivas (SATI) reveló que casi el 40% de las y los médicos de terapia piensan en dejar de trabajar en esa área cuando pase la pandemia.

La SATI realiza informes semanales para evaluar la ocupación de las terapias pero también distintos aspectos relacionados con la especialidad en el marco de la pandemia. En el informe difundido este domingo mostraron los resultados de una nueva pregunta incorporada al relevamiento: si seguirían con la especialidad de Terapia Intensiva después de la pandemia. El 39% piensa dejar o “tal vez” deje el sector.

Así, el 61% respondió que elegirá seguir trabajando en las salas de casos más graves, mientras que el 9% ya piensa dejar y el 30% “tal vez” deje. El 95% de quienes piensan en no seguir en el área argumentó que se iría por los bajos salarios.

Entre los otros motivos esgrimidos, plantearon las malas condiciones laborales (47%), bajo reconocimiento (76%), agotamiento (76%), mala representación (47%) y pasar más tiempo con la familia (67%). El informe es de carácter voluntario y se realizó sobre 138 unidades de terapia intensiva públicas y privadas.