La “Campaña Comunidad” surgió tras la tragedia que se desató a raíz de la cocaína adulterada, que dejó un saldo de veinticuatro fallecimientos en los partidos bonaerenses de San Martín y Tres de Febrero. Este hecho conmovió a la comunidad, que se unió a organizaciones sociales, religiosas y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) para trabajar en el abordaje de personas con situaciones de consumos problemáticos de drogas.

“Intentamos construir una lógica que tiene que ver con la articulación comunitaria”, explicó Leonardo Grosso, diputado nacional y referente del Movimiento Evita, participante de la iniciativa. Continuó diciendo que «desde nuestra concepción, una salida a la situación de consumo está en reforzar los lazos comunitarios”.

El legislador contó que “por eso construimos una alternativa con el Estado nacional, las organizaciones sociales, religiosas, la universidad y el Municipio. Lo hicimos para generar espacios de capacitación que fomenten esta práctica comunitaria del abordaje a estas situaciones de consumos problemáticos”.

“Fue una experiencia muy buena porque participó muchísima gente y las organizaciones sociales. Fueron cuatro jornadas, armamos una agenda de talleres que se estarán dando en los distintos barrios” aseguró Grosso, a Tiempo. Ahondó en que “vamos a profundizar el trabajo en red de articulaciones que nos permitan llegar a otros lugares”.

“Se abrieron discusiones en la Jefatura Distrital por el abordaje en las escuelas y demás comunidades educativas”, dijo el diputado, y agregó que no solo hay que pensar en “los pibes y las pibas, sino también en las madres, los padres, todo en su conjunto”. También están pensando en “una estrategia para el abordaje de los estudiantes universitarios, que muchas veces son parte de esta problemática y no son tenidos en cuenta”.

“Desde que ocurrió esta tragedia, la comunidad se sensibilizó y se movilizó para salir a trabajar para encontrar una salida colectiva”, aseguró. Es un trabajo que “va a dar resultados concretos en un mediano y largo plazo”. Lo que se pretende “es formar políticas de largo alcance, no buscamos salidas urgentes porque no existen”, cerró Grosso.  

“Es una problemática que nos atraviesa hace mucho tiempo en nuestros barrios, que también es nuestro lugar de trabajo, son nuestras familias”, expresó Manuela Orellano, miembro de la Casa Convivencial Comunitaria La Marabunta ubicada en Villa Lynch. El espacio está destinado al alojamiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans en situación de consumos problemáticos de drogas. 

«Desde las organizaciones sociales estamos convencidas y convencidas conceptual y políticamente que la tragedia no puede quedar en la nada. Entre todes tenemos que construir colectivamente un antes y un después a lo ocurrido”, remarcó.

“Estamos fortaleciendo las redes de cuidado que ya existen y creando otras nuevas, que nos permitan hacer frente a esta problemática que es estructural”, explicó Manuela. El mismo día que ocurrió la tragedia, “fuimos dando respuesta a situaciones que se nos presentaban, acompañando a personas y sus familias a los hospitales de la zona”, agregó. Además contó que armaron un “mensaje para circular en nuestros contactos y en grupos de whatsapp para alertar de la situación, tomar precauciones e indicar direcciones de donde poder acudir”. 

“Algunas semanas después de los veinticuatro fallecimientos nos juntamos en la recicladora de la Juventud Peronista ubicada en el barrio Libertador”, recordó Manuela. En ese momento lo hicieron junto a muchas organizaciones sociales, políticas, sindicatos, escuelas, vecinos, vecinas y “también se hicieron presentes la secretaria del Sedronar, Gabriela Torres, y funcionarios del Municipio”. Agregó que tuvieron que “reflexionar urgente, pero sobre todo accionar en forma directa”.

“Una semana más tarde marchamos todas las organizaciones sociales junto a la Iglesia católica, evangelista y luterana. En la estación de Suárez realizamos una oración ecuménica” repasó Manuela. Continuó contando que comenzaron con la formación de acompañantes comunitarios junto a Sedronar en el Campus de la Universidad Nacional de San Martín. La militante detalló a este diario que “se inscribieron más de 160 personas, con quienes durante cuatro encuentros intercambiamos saberes, debatimos y construimos nuevas estrategias para acompañar situaciones en nuestros barrios”.

“Celebramos que el Estado acompañe y forme parte esta iniciativa para fortalecer la mirada comunitaria, que la UNSAM siga articulando y abriendo sus puertas a las organizaciones políticas, sociales y comunitarias”, enfatizó Manuela en que eso es “muy importante”. La tarea hacia adelante es realizar talleres de “sensibilización en todos los espacios comunitarios, escuelas, sindicatos, clubes de barrio para que estén informados y formados en prevención del consumo problemático”, agregó. 

“Somos organizaciones autoconvocadas de la comunidad que hace años venimos construyendo en el territorio una respuesta integral a esta situación”, aseveró Manuela. “Nos merecemos vivir con acceso a la salud integral, en paz y con trabajo digno. Vamos a trabajar arduamente para la prevención del consumo, el acceso a la salud, paz y trabajo en nuestros barrios”, finalizó la militante.