Entre los mensajes de texto que le llegaron al WhatsApp, hubo uno que particularmente le llamó la atención y que estaba perdido entre cientos. Lo leyó con asombro y no podía entender cómo un tema tan importante sea tratado con tanto desprecio. Al principio creyó que era una fake, pero ese mensaje había llegado al grupo oficial de asesores de cooperadoras escolares del ministerio de Educación de la Ciudad. “No podía creerlo, éste medio no es el más indicado para abordar un proceso de participación en un tema tan sensible como este. Y después pensé, a quién le consultaron sobre este tema, si nunca hubo contacto con otras cooperadoras, ni con el cuerpo de delegados de las mismas, ni con otros colectivos de la comunidad educativa”, cuenta a Tiempo Patricia Figueira, Presidenta de la Cooperadora de la Escuela Primaria Nº 16 DE 8 José María Ramos Mejía.

Con tres o cuatro preguntas enviadas por mensajes de WhatsApp, el ministerio de Educación de la Ciudad quiere “discutir” su propia Ley de Cooperadoras Escolares. Es la misma modalidad que implementó para abordar la polémica modificación del estatuto docente que en menos de 6 semanas, desde su entrada en comisiones, logró sanción en la legislatura sólo con los votos del oficialismo porteño y con el rechazo de toda la comunidad educativa.

“Si la idea es que participen todos los integrantes de las familias de la comunidad educativa, cómo puede ser que nos envíen este mensaje. El proceso para llevar la mayor participación de las personas debería ser mediante otro medio y no por 3 o 4 preguntas. Daría la sensación que ya está todo escrito y con estas preguntas hacen de cuenta que invitaron a participar”, termina Figueira.

Mensaje de texto que el ministerio de Educación de la Ciudad, envió a las y los integrantes de las cooperadoras.

En agosto de 2012, el Gobierno Nacional aprobó por amplia mayoría la Ley de Cooperadoras Escolares. Hace 10 años que, tanto la última gestión de Mauricio Macri como jefe de gobierno, como las dos administraciones de Horacio Rodríguez Larreta al frente del ejecutivo porteño, se niegan sistemática a adherir a esta ley que, entre otros puntos generales, garantiza la integración de la comunidad y la democratización de la gestión educativa; y en su artículo 6, estipula que las cooperadoras escolares podrán: “Recibir aportes y subsidios que otorguen las autoridades nacionales, provinciales o municipales; Recibir contribuciones de sus integrantes, las que en ningún caso serán obligatorias para éstos; y recaudar fondos a través de la realización de actividades organizadas con el consentimiento de las autoridades escolares, así como recibir contribuciones y/o donaciones de particulares, empresas y organizaciones de la sociedad civil”.

Este último punto es vedado por el gobierno porteño, dejando relegada la realización de eventos (artísticos, culturales, festivos) para que las cooperadoras de escuelas porteñas puedan recaudar fondos. “En tantos años nunca hubo ninguna reunión previa, ni un encuentro para hablar de este tema, y parece que tampoco lo habrá, Soledad Acuña nos sorprende nuevamente a discutir un tema tan importante por un mensaje de WhatsApp”, dice a Tiempo Pablo Cesaroni, titular de la organización Cooperadores en Movimiento. “Lo que venimos reclamando desde hace años es que la Ciudad debe adherir a la Ley Nacional de Cooperadoras y que abra un verdadero canal de diálogo donde las cooperadoras sean las protagonistas y no que una Ley nazca de consignas del gobierno porteño. Tiene que ser una construcción colectiva”, agrega Cesaroni y remata: “Con estas preguntas que enviaron por mensaje de texto, evidentemente el ministerio de Educación de la Ciudad no quiere adherir a la Ley Nacional, quieren aprovechar la mayoría que tienen en la legislatura y hacer su propia Ley”.

Las preguntas enviadas por la cartera educativa rozan con el desconocimiento de que ya existe una norma nacional, o intentan ignorarla por completo: ¿Cuál creés que es el rol de la cooperadora en la escuela? ¿Qué nueva función te gustaría que reciba la cooperadora con la ley? ¿Considerás necesaria la Ley de Cooperadoras? y ¿Qué temas no pueden faltar?; contiene el cuestionario enviado.

“La verdad que las escuelas serían un desastre sin la presencia de las cooperadoras, el fondo que baja el ministerio de la Ciudad (FUDE) lo pagan con atraso, y pensar en hacer cosas de esta manera es muy complicado”, explica a Tiempo Diego Pérez, Presidente de la Cooperadora de la Escuela 14 DE 9 «Provincia de Río Negro». Pérez considera que uno de los puntos fuertes del debate, si es que verdaderamente quieren hacer una buena Ley de Cooperadoras Escolares de CABA, se refiere a la autonomía de las mismas. “Nosotros como familias que integramos las cooperadoras no podemos hacer nada de manera autónoma, todo tiene que ser explicitado, documentado, como pidiendo permiso; hay que trabajar para el gobierno. Nosotros terminamos siendo como empleados del ministerio de Educación, pero son las familias las que hacen todo el trabajo y  ellos después se llenan la boca”.

Los parches de la normativa de cooperadoras en CABA

La falta de legislación sobre las cooperadoras escolares en CABA, determina muchas arbitrariedades por parte del ejecutivo porteño que van en detrimento de un funcionamiento ágil de las asociaciones cooperadoras. Esto ocurre pese a que hace diez años ya existe una legislación nacional sobre el tema. El gobierno de la Ciudad prefiere seguir emitiendo resoluciones, y volcarlas todas en una normativa general que va cambiando según los deseos de la gestión de Larreta, pero sin participación de las cooperadoras escolares. “Se tienen que dar mesas de diálogo y entre todos y todas buscar los mejor para las cooperadoras, ya que somos laburantes ad honorem que ponemos mucho de nuestro tiempo y trabajo, y siempre para defender a la educación pública”, señala Carla Martínez, presidenta la Esc. Normal Superior N° 04 Estanislao Severo Zeballos. “La ministra de Educación Soledad Acuña, comentó este tema solo una vez en la reunión del Cooperar frente a directivos y cooperadores; pero jamás nos convocó para entablar las líneas generales. Estas preguntas no son una convocatoria al diálogo”, termina.