Un oficial de la Policía de la Ciudad es señalado por varios de los efectivos imputados como uno de los primeros en llegar a la escena, tras el ataque cometido contra Lucas González en Barracas. Según los otros imputados, es quien insultó a los amigos de la víctima y tiró al piso y esposó a uno de ellos. En las últimas horas, se puso a disposición judicial y los investigadores del caso evalúan acusarlo de encubrimiento, privación ilegal de la libertad, amenazas y odio racial, informaron fuentes judiciales.

Se trata del oficial Sebastián Baidón, quien se desempeña en la Comisaría Vecinal 4 D de la Policía de la Ciudad y es chofer del principal Héctor Cuevas, uno de los seis efectivos detenidos e imputados por el encubrimiento del hecho, a quienes se les atribuye haber modificado la escena y «plantar» un arma para simular un tiroteo entre los chicos y la Policía, entre otros delitos.

Baidón fue mencionado por la mayoría de los policías acusados como «el chofer tatuado» de Cuevas que llegó al lugar instantes después del ataque policial, según las declaraciones indagatorias a las que accedió Télam.

También, según algunos de los acusados, fue quien insultó a los jóvenes y tiró al suelo y esposó a uno de ellos cuando Lucas estaba aún baleado adentro del auto.

Los voceros dijeron a Télam que precisamente en razón de haber sido mencionado en el expediente, el oficial se presentó ayer ante la Justicia junto a su abogada y se puso a disposición del fiscal que instruye la causa, Leonel Gómez Barbella.

Uno de quiénes lo ubicó en la escena fue el propio Cuevas, que al declarar como acusado recordó que el 17 pasado estaba con Baidón a bordo del móvil bancario de la comisaría y que cerca de las 9.45 horas fue al lugar tras escuchar por la frecuencia policial que «una brigada de la comuna mantenía un enfrentamiento armado».

«Atento a ello, le pido a mi chofer, el oficial Baidón, que concurramos al lugar», agregó Cuevas, quien recordó que al llegar se encontró con las policías Lorena Miño y a Micaela Fariña que estaban con dos menores al lado.

«El contexto de que veníamos de escuchar que era un enfrentamiento armado le pido que aseguren a los jóvenes», agregó Cuevas, quien al ser preguntado concretamente sobre quién esposó a los adolescentes respondió: «El personal femenino no esposó a los jóvenes, fueron el oficial Martínez y el oficial Baidón».

Por su parte, la oficial Fariña, quien junto con su compañera Miño fueron las primeras en llegar hasta el auto de las víctimas tras la balacera policial, dijo que detrás de ellas llegó «el principal Cuevas con su chofer», que «asegura a ambos masculinos».

Antes de finalizar su indagatoria y al ser consultada sobre si quería agregar algo, Fariña dijo; «Sí, solo quiero decir que mi abogado leyó la causa y me manifestó que de la declaración testimonial de uno de los chicos surge que los dichos discriminatorios fueron manifestados por un hombre, a quien describieron como alto y con tatuajes».

Por su parte Miño, otra de las oficiales acusadas, al ser consultada en su indagatoria sobre si podía describir al chofer de Cuevas, dijo que era «alto, blanco con tatuajes en ambos brazos, con uniforme de Policía de la Ciudad».

Asimismo, cuando se refirió a lo que hizo ese chofer en la escena del hecho, describió que «reduce a uno de los chicos».

«El chofer fue quien lo esposó y lo tiró al piso y el personal del Dir (un policía motorizado que también llegó luego al lugar) también al otro chico lo esposó y tiró al piso».

Mientras que el comisario Juan Romero, a cargo de la División Sumarios y Brigadas de la Comisaría Comunal 4, al declarar como acusado también se refirió a Baidón como al policía que tiene tatuajes.

«Quiero agregar que uno de los chicos damnificados describió, en relación a los insultos raciales que recibieron, que se trataba de un hombre alto, delgado, con tatuajes en los brazos y yo quiero dejar en claro que no reúno esas características, no tengo tatuajes», expresó.

En base a todas esas declaraciones y demás elementos de prueba, los investigadores analizaban por estas horas si pedirán la detención de Biadón para indagarlo por los delitos de falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional, encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave, amenazas y odio racial, todos ellos en concurso ideal, añadieron los voceros.

Bajo esa imputación se encuentran actualmente apresados el comisario Romero, el subcomisario Roberto Inca -ambos a cargo de la División Sumarios y Brigadas de la Comisaría Comunal 4-; el comisario Fabián Du Santos, el principal Cuevas y las oficiales Fariña y Miño, de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad.

En tanto por el homicidio agravado de Lucas y la tentativa de homicidio agravado de sus amigos, están detenidos los policías Juan José Nieva, Fabián Andrés López y Gabriel Alejandro Issasi, integrantes de la Brigada de la Comuna 4 de la Policía de la Cuidad, a quienes se les atribuye haber interceptado con un auto sin identificar y luego baleado a los cuatro jóvenes de 17 años que acababan de salir de entrenar del club Baracas Central, el 17 de noviembre pasado.