Un estudio sobre las políticas de reparto de libros en las escuelas durante la última década evidenció el impacto del macrismo en la materia. Entre 2011 y 2015, el promedio anual fue de 7,4 millones de libros distribuidos. El pico fue en 2014, con el reparto de 9,8 millones de ejemplares escolares. En 2016, en cambio, no se distribuyeron libros. Y 2019 fue uno de los años con menor inversión de la última década, sólo superado por el pandémico 2020.

El año pasado hubo una recuperación del proceso, con la entrega de dos millones y medio de ejemplares. Pero aún no se alcanzan los períodos previos al gobierno de Mauricio Macri.

Los datos se desprenden del informe “¿Cómo evolucionó la distribución de libros a nivel nacional?”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Javier Curcio (UBA y CONICET), Martín Nistal y Víctor Volman (director del Observatorio). Entre quienes integran el equipo de Argentinos por la Educación se encuentran especialistas como Mariano Nadorowski, ex ministro de Educación porteño cuando Macri gobernaba la Ciudad. El Consejo Asesor lo componen figuras como el CEO de Despegar, Roberto Souviron, y el fundador de Pampa Energía, Ricardo Torres.

“El presente informe muestra con claridad los vaivenes y discontinuidades de su ejecución, tanto financiera como física, según los distintos gobiernos de turno. Frente a esto, es imperioso que la provisión de libros de texto y literatura se institucionalice en una política de Estado, para que su democratización no quede librada a la buena voluntad de un ministro de Educación pasajero”, dijo Damián Fresolone, editor y diplomado en Políticas Editoriales.

Sin hacer referencia alguna al macrismo, el documento muestra que “el programa presupuestario a cargo de la provisión de libros de texto tuvo un comportamiento volátil a lo largo de los últimos 10 años, con crecimiento de 2011 a 2015, cuando alcanzó un pico de 19.941 millones de pesos”. Otra de las conclusiones indica que “esta política tuvo más fuerza en algunos años que en otros: en el año 2014 se entregaron 9,8 millones de libros y manuales escolares; en el otro extremo, en 2016 y 2020 no se registró entrega de libros”.

En cuanto al presupuesto, se apunta que los años de menor inversión fueron 2020 y 2019. Durante el primer año de la pandemia de coronavirus, y primer año de gobierno de Alberto Fernández, no se destinaron recursos a la provisión de libros, en el marco de la emergencia sanitaria y con las clases presenciales interrumpidas. En 2019, sin pandemia, el macrismo sólo destino 380 millones de pesos a este fin.

En 2021 se invirtieron 3.436 millones de pesos. Esto es “nueve veces más que lo gastado en 2019. Todos los valores están expresados en pesos constantes de 2021”, aclararon los autores del informe. Para este ciclo lectivo 2022, el Ministerio de Educación de la Nación anunció el programa Libros para Aprender, que prevé la entrega de 8,2 millones de libros de texto.

Cabe recordar que en octubre de 2019 fueron encontradas decenas de cajas con libros tiradas en contenedores de basura junto al Ministerio de Educación de la Nación, por entonces a cargo de Alejandro Finocchiaro. Entre ese material había ediciones del programa Educación y Memoria y del Plan Nacional de Lectura, desmantelado en 2016. Cuando fue denunciado ese desmantelamiento, la justificación del secretario de Gestión Educativa, Max Gulmanelli, fue: “Se han repartido muchos libros pero se ha leído poco”.