“Yo no estaba en mi casa. Me llamó mi hermano diciéndome que habían entrado a robar a mi casa, que estaba la policía en la puerta y que tenía que ir. Aproximadamente una hora después de llegar un policía de civil me apuntó y me increpó: que les abriera la puerta para ingresar a mi domicilio. Ante la situación que me presentaron del supuesto robo acepté. Una vez adentro de la casa y luego de confirmar la ausencia de personas, los policías se quedaron chusmeando. Ante el hallazgo de unas ramitas en una de las habitaciones el mismo policía me increpó nuevamente diciéndome que le diga si tenía más marihuana y en dónde, que de lo contrario iba a comenzar un allanamiento. Les indiqué unas cajas donde tenía flores. Al final Allanaron la casa, buscaron un testigo, cargaron las cajas, me pidieron que los acompañe a la comisaría y desde ese momento quedé detenido”. Así cuenta Damián Raña lo que sucedió el 27 de julio, el último día que pasó en libertad, en una entrevista que le realizó la revista THC.

Damián pronto se dio cuenta que nunca existió una denuncia por robo en su domicilio y que en realidad se trató de una excusa de la policía para ingresar a su casa. Acusado de infligir la Ley de Drogas, primero estuvo detenido en la alcaldía de Ensenada y luego lo trasladaron a Olmos. Damián cultiva su cannabis y también lo utiliza con fines medicinales, a raíz de un accidente que le provocó la fractura del fémur derecho. Así relató a THC el calvario que está padeciendo: “Tuve un accidente que me produjo una fractura compleja en el fémur derecho. El hueso estalló en varias partes. Para restituirlo me colocaron una prótesis, clavos y alambres. La pierna quedó con cierta discapacidad además de unos centímetros más corta, y tengo muchos dolores musculares. Esos centímetros de diferencia me producen intensos dolores en la espalda y en el cuello. Estos dolores los trato con crema cannábica que preparo agregándole cera de abeja al aceite de cannabis. Es excelente”. Por supuesto que desde que está detenido ya no puede utilizar el aceite y los dolores no paran. “Físicamente estoy bien, pero los dolores ya son una parte más de mi cuerpo”, dice Damián.

El viernes pasado, sus familiares, amigos, organizaciones cannábicas y sociales, y partidos de izquierda, marcharon por las calles de La Plata pidiendo por su liberación y denunciando que detener el tratamiento en su pierna puede dejarle secuelas. Fueron hasta la puerta del juzgado donde se tramita la causa judicial, pero no obtuvieron respuesta de ningún funcionario.