Este miércoles era “el gran día”. Tras más de cuatro años de lucha, enfermeros y enfermeras de la Ciudad de Buenos Aires, habían logrado que la justicia porteña se involucre de lleno en su reclamo y determine (o no) si el ejecutivo, al mando de Rodríguez Larreta, debería reconocerlos como profesionales de la salud, una definición que, a simple vista, no resiste el más mínimo análisis. Para esta jornada, la jueza del juzgado N° 6, Patricia López Vergara, había dictaminado una audiencia judicial para escuchar a las partes y tomar una resolución al respecto. Todo transcurría con normalidad hasta que en las primeras horas del día la magistrada suspendió la audiencia. ¿El motivo? “otro arreglo a espaldas de los trabajadores y trabajadoras, entre el jefe de gobierno porteño y el gremio mayoritario Sutecba”, afirmaron los enfermeros a este medio. El enojo por la dilación de tiempo y la firma de un convenio ilegítimo, logró que los trabajadores y trabajadoras de la salud se movilicen hacia Suipacha 150, donde iba a realizarse la audiencia judicial.

“Después de mucho andar y de presentar un reclamo colectivo mediante el gremio ATE y el resto de los sindicatos, y de reunir todas las pruebas que argumentaban por qué tenemos que estar incluidos en la carrera profesional, llegamos a esta audiencia y hoy nos encontramos con esto”, cuenta a Tiempo Claudia Ferreyra, licenciada en enfermería del Hospital Rivadavia y delgada de ATE. A fines de 2018, la aprobación de la Ley 6035, impulsada por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta para modificar la estructura del escalafón de los hospitales porteños, dejó afuera de la carrera profesional a las y los enfermeros de todo el distrito. Desde entonces, reclaman contra una medida que representan una baja salaria superior al 50%, que no tiene en cuenta su formación y su importancia en el sistema sanitario.

“Trajimos todo lo que pedía la justicia para demostrar que nosotros y nosotras tenemos incumbencia de profesionales. Lamentablemente entre gallos y medianoche hubo una reunión del gobierno con Sutecba, que es el gremio que nos estaría representando por el escalafón general, y pactaron crear otra carrera para nosotros, impidiendo nuevamente que nos reconozcan como profesionales de la salud”, agrega Ferreyra.

A puertas cerradas y a espaldas a la masa de trabajadores y trabajadoras de la salud, sellaron este acuerdo que mantiene precarizados los salarios del sector. “Si un enfermero fuera reconocido como profesional de la salud hoy estaría ganando alrededor de 222.000 pesos en mano, pero la negativa de Larreta a reconocernos como profesionales hace que nuestro salario sea entre de 70 mil y 130 mil pesos en bruto, ya que al bolsillo va muchísimo menos”, explica el Licenciado Cristian Acosta, titular del SITRE, Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de Enfermería y delegado del Hospital Ramos Mejía.

La Ley 6.035, regula las «relaciones de empleo público de los profesionales de la salud de la Ciudad» y la última modificación aprobada en 2018, reconoce apenas 24 profesiones de la salud, entre las que se encuentran: odontólogos, fisioterapeutas, fonoaudiólogos y nutricionistas, entre otros. Pero deja afuera a las y los licenciados en enfermería, que quedaron como parte del personal administrativo.

En la Ciudad de Buenos Aires hay entre 12 mil y 14 mil enfermeros y enfermeras, de los cuales alrededor de 4000 son licenciados en enfermería y el resto se dividen en enfermeros con estudios terciarios y auxiliares. “Por Ley correspondería que los y las licenciadas en enfermería somos los que tenemos que estar incluidos en la carrera profesional. Nosotros lo que reclamamos es que, una vez que ingresemos, el gobierno porteño equipare para arriba a todos los salarios del resto de los colegas”, agrega Acosta.

Pero la falta de reconocimiento como profesionales de la salud no solo esconde un ajuste encubierto que se refleja en los salarios de los trabajadores, además, pierden varios beneficios al no estar incluidos en la carrera profesional: El reconocimiento a las especialidades, el reconocimiento al área crítica, a insalubridad, y una proyección en la carrera mucho más productiva y beneficiosa. Los profesionales de la salud que trabajan en áreas críticas (terapia intensiva, servicios de urgencia, quirófano central, de guardia, neonatología, etc.) reciben un plus salarial; y la insalubridad está centralizada en quienes trabajan en unidades de cuidados críticos, neonatales, pacientes psiquiátricos y con radiaciones ionizantes, etc.  

Durante la tarde, Acosta logró reunirse con la secretaria privada de la jueza Patricia López Vergara, quien le “confió” que la magistrada “exigió al poder ejecutivo que dentro de los próximos 15 días hábiles presente la nueva paritaria, y a nosotros que presentemos nuevas pruebas de ‘por qué rechazaríamos esta carrera paralela’ firmada a último momento por Larreta”, explica el titular de SITREN y agrega: “Va a ser un tema difícil porque todavía no conocemos la letra del pacto firmado”.