El Ministerio de Salud de la Nación resolvió atender un reclamo que en los últimos días se había generalizado y que la dinámica de la pandemia había impedido hasta aquí tratar adecuadamente. Ya con protocolos en algunos distritos, existe desde hoy una serie de recomendaciones a nivel nacional para el acompañamiento de los pacientes de Covid-19 que transitan sus últimos días de vida o en las situaciones especiales que la cartera sanitaria describe en un extenso comunicado.

Redactadas en articulación con sociedades científicas, universidades, organizaciones de la sociedad civil y de salvaguarda de los derechos de los pacientes y sus familias, las recomendaciones presentan un enfoque multidisciplinario, que contempla la compleja y cambiante situación epidemiológica que vive el país, y la evidencia científica disponible respecto al SARS-CoV-2, con la que no se contaba al inicio de la pandemia. 

Hasta aquí, el protocolo para las personas infectadas con Covid-19 prescribía que, una vez hospitalizadas, debían permanecer aisladas en una habitación. Al ser transferidas a unidades de cuidados intermedios o intensivos, perdían por completo la conexión con sus familiares y amigos.

Ahora, “dentro de las circunstancias que obligan a la adopción de medidas muy estrictas para prevenir la transmisión de una infección con alta contagiosidad y letalidad poblaciones de personas mayores de 60 años y/o con comorbilidades, se ha trabajado para implementar estrategias que habiliten entornos más empáticos ante determinadas situaciones”, advierte el comunicado de la cartera sanitaria nacional.

“El propósito principal –sigue– es garantizar aspectos que permitan a los pacientes afrontar el proceso final de su vida con dignidad y permitir a familiares/allegados la posibilidad de despedida presencial de sus seres queridos”.

Los casos de fallecimientos en los que los familiares no logran despedirse de sus seres queridos, que fueron una constante desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio y una medida sanitaria obligada desde la aparición del Covid-19, adquirieron mayor resonancia en los últimos días, y motivaron que al grupo de epidemiólogos que asesoran al presidente se sumaran especialistas de otros ámbitos de la salud mental y la bioética.

De hecho, especialistas del Conicet venían reclamando un protocolo de tratamiento humanizado que regulara los modos de que los familiares pudieran acompañar a los pacientes en estado crítico.

Se acordó entonces la implementación de medidas de excepción para acompañar a las personas internadas en situaciones especiales, aquellas a las que la falta de acompañamiento puede ocasionar un gran daño, por ejemplo niños, niñas y adolescentes o personas con discapacidad.

Las recomendaciones

Se recomienda a todos los establecimientos y servicios de salud, públicos y privados, dentro de sus posibilidades, armar un equipo especifico para estas situaciones, que debería incluir médicos/as, enfermeros/as, profesional de la salud mental, profesional social (trabajador/a social por ejemplo) entre otros/as.

Las recomendaciones son a sabiendas de que, a pesar de los esfuerzos realizados, muchos servicios de salud atraviesan falta y sobrecarga de personal y no cuentan con infraestructura o insumos adecuados para poder llevarlas a cabo.

El protocolo establece una estrategia de comunicación que debe considerar quien será el interlocutor de cada equipo de salud que se contactará con las familias, e indicará cómo se llevará adelante el acompañamiento presencial.

Establece asimismo que los acompañantes deben reunir determinadas condiciones, como tener preferentemente entre 18 y 60 años de edad, gozar de buena salud en general, y no tener factores de riesgo. Deberá considerarse cada situación en particular para definir los pasos a seguir, ya que si se implementan los cuidados apropiados, el riesgo de contagio disminuye.

Define la necesidad de elaborar un consentimiento que aclare el riesgo potencial y explique los procedimientos permitidos y desaconsejados.

Recomienda que la persona designada reciba apoyo y contención de especialistas en salud mental en el manejo de la situación de final de vida y el duelo. 

Establece que, siempre que la condición del paciente lo permita, se debería brindar al familiar/allegado la posibilidad de contactarse a través de dispositivos digitales con comunicaciones o videollamadas. 

Destaca, por fin, la importancia de que cada institución hospitalaria ofrezca supervisión y contención al equipo de salud involucrado, generando espacios para escucha activa y contención individual.