Este jueves la Legislatura porteña votó una ley que modifica normas de estacionamiento vigentes de la Ciudad de Buenos Aires, prohibiendo dejar vehículos en avenidas, en arterias afectadas al Metrobús y en aquellas calles donde hay ciclovías, pero permitiendo estacionar a la izquierda en calles barriales que tienen estacionamiento medido. Según el oficialismo, buscan “simplificar y generar espacios donde más se los necesita, en las zonas residenciales”. Desde la oposición apuntaron que «quieren convertir a la ciudad en un estacionamiento pago a cielo abierto».

El texto que modifica el Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad de Buenos Aires establece la prohibición general de estacionamiento de vehículos en avenidas junto a ambas aceras los días hábiles entre las 7 y las 21, así como en calles y avenidas afectadas al Sistema Metrobús y en calles y avenidas con ciclovías, todos los días durante las 24 horas. Al mismo tiempo permite estacionar también en la mano izquierda de calles porteñas todos los días a cualquier hora, al tiempo que amplían el estacionamiento medido. Habrá más lugares para estacionar, pero habrá que pagar.

El diputado Matías Barroetaveña (FdT) denunció que con la nueva ley de estacionamiento medido se cobrará el uso en 135 mil espacios que hasta ahora eran gratuitos en toda la ciudad: “el gobierno de la Larreta tiene presupuestado 10 mil millones de pesos de recaudación en multas a los que se sumarán los ingresos por estacionamiento medido, las multas y acarreos que implica el nuevo sistema. Es una suma enorme cantidad de recursos que planea sacarle a los vecinos y vecinas de la ciudad agobiados por las múltiples dificultades económicas y que ahora van a tener que pagar cuando vayan a visitar o cuidar a un familiar, o para trabajar de manera independiente”.

“Una vez más están votando meterle la mano en el bolsillo a los porteños, como ya hicieron con la indexación del ABL y con el impuesto a consumos con tarjeta de crédito, en vez de trabajar para resolver los problemas sociales de la ciudad donde la pobreza llegó al 21% y la indigencia en la Zona Sur es de 7.6%, número similar al del conurbano boanerense”, acotó Barroetaveña.

Matías López, de Juntos por el Cambio, afirmó que la ley «cambia el paradigma en las calles: si no hay ningún cartel que indique lo contrario, se puede estacionar de ambas manos». Y agregó que la iniciativa busca «simplificar las normas de estacionamiento, que sean más claras y generar nuevos espacios de estacionamiento».

El Gobierno de la Ciudad lanzó días atrás la inscripción para el nuevo sistema de estacionamiento medido, que será a través de la app Blinkay (para quienes no tengan teléfonos inteligentes, los comercios podrán venderles “horas de estacionamiento” y a cambio obtendrán comisiones). Aquellas personas que vivan en barrios que están tarifados, como Balvanera, Monserrat, San Nicolás, Retiro, San Telmo y Recoleta, deben anotarse en la web de Ciudad, para poder estacionar gratis en un radio de 300 metros de su domicilio. El resto, incluyendo quienes trabajan en un lugar alejado de su hogar, deberá abonar.

El proyecto también estipula que las motos deberán estacionar de culata entre 45 y 90 grados; y modifica la logística de carga y descarga de mercaderías: la permanencia no podrá superar la media hora. Pasado ese tiempo, se considerará como estacionamiento y será infracción.

El proyecto, que tuvo 31 votos a favor y 24 en contra, logró algo curioso: que libertarios y de la izquierda voten similar.  “¿Por qué el Estado prohíbe que se estacione en las avenidas? Yo vivo sobre una avenida, ¿por qué no puedo estacionar en la puerta de mi casa? ¿Por qué hay que cobrarle a los ciudadanos una tarifa por estacionar en la calle? El Estado no da ninguna contraprestación que indique a mi auto no lo van a robar o no le va a pasar nada”, planteó Rebeca Fleitas (LLA).

Mientras que Gabriel Solano sostuvo que “con este incremento del estacionamiento de la Ciudad lo que se está incrementando es un negocio, en este caso el del estacionamiento medido. Estamos hablando una situación que se va a agravar para la gente que vive y trabaja en la Ciudad”, y agregó que “también tiene un impacto ambiental porque esta medida lo que prioriza es el uso del auto particular, en detrimento del colectivo y el subte”.