En reiteradas ocasiones este medio puso en agenda la situación de los diferentes barrios históricos de la Ciudad. Del Sur al Norte porteño, todos atravesados por la misma lógica inmobiliaria que lleva adelante el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta. Sumado al incremento de la pavimentación en detrimento de los espacios verdes, produjo un efecto dominó que robusteció la organización de vecinas y vecinos de diferentes comunas, con el objetivo de frenar el avance del cemento en todo el distrito.

El pintoresco barrio de Núñez es un claro ejemplo del hastío generado entre sus habitantes. Ante la falta de respuestas del gobierno porteño, las y los vecinos se empezaron a organizar. Si bien hace muchos años la fisonomía del barrio comenzó a cambiar abruptamente con la creciente demanda de edificios y torres de lujo sobre Avenida del Libertador, en los últimos meses el ejecutivo porteño avanzó con la demolición de casonas de comienzo del siglo pasado, en pleno corazón del barrio conocido como “Las Lomitas de Núñez”, lugar contenido entre las calles 3 de Febrero y Besares hasta Gral. Paz y Obligado con la imponente Plaza Lima en el centro.

“Nos conformamos como colectivo vecinal hace poco menos de dos meses cuando vimos como avanzaban las obras en lo profundo del barrio. En Las lomitas de Núñez hay tres o cuatro generaciones de familias que viven allí que vieron afectadas sus vidas, pero no solamente por la dinámica de las construcciones, sino que ven afectado al barrio desde lo patrimonial, su identidad”, cuenta a Tiempo Marina Tallarico, integrante del colectivo “Vecinos Unidos de Núñez” y de la Red de Organizaciones Barriales.

La casona Qui Si Sana,ubicada en O’higgins 4560, es una residencia que data de 1908, poseía características estéticas únicas que las destacaban del resto: patios inmensos a ambos costados y un mirador que era parte de la atracción del vecindario. En ese lugar, entre 1970 y 1975, vivió el reconocido artista plástico Giancarlo Puppo junto a su esposa, la arquitecta Ethel Etcheverry y sus hijos. Desde principios de este año, más de 1.800 vecinos de Núñez se organizaron para juntar firmas mediante la plataforma Change.Org. En ese petitorio exigían que el Gobierno porteño frene la demolición de la histórica casona. No hubo caso, hace pocas semanas es sólo escombros.

“Éste definitivamente no es el barrio donde elegimos vivir, en una manzana proliferan edificios por todos lados. Donde había 32 familias viviendo, luego de la construcción de dos edificios entre las calles Pizzurno, Grecia, Correa y Ramallo; ya se igualó la densidad poblacional de toda la manzana. Por eso nosotros estamos rechazando lo que permite esta nueva ‘política urbana’ que emplaza el gobierno de la Ciudad, que es el nuevo Código de Urbanización y la proliferación de los convenios urbanos que son verdaderas excepciones que habilitan la construcción de torres de altura”, agrega Tallarico. Otro mega proyecto inmobiliario que habilitó el gobierno porteño se realizará sobre la calle Arcos al 4200: “En ese lugar había una casa antigua donde vivían dos personas mayores, ahora van a construir un edificio con 30 unidades, 15 piletas privadas y 2 subsuelos, increíble”.

Sobre este tema, antes de la demolición de Qui Si Sana, el diputado porteño del Frente de Todos, Matías Barroetaveña, presentó en la Legislatura un pedido de informes en el que le solicitaba al Ejecutivo porteño varios puntos, y donde resaltaba que: «El patrimonio arquitectónico es parte de la identidad de nuestra ciudad y es un recurso no renovable. La demolición de edificios de alto valor arquitectónico e histórico constituye un daño irreparable a nuestra memoria colectiva y cultural, y afecta la planificación y al desarrollo sustentable del entorno urbano». Pedido de informes que el gobierno local nunca contestó.

“Las torres de altura quitan el sol, la luz, la biodiversidad, el arbolado a todo lo que está dentro del barrio. Hemos planteado varios amparos en materia judicial pero aún no tuvimos respuesta. Estamos trabajando de manera mancomunada con otros colectivos vecinales mientras que, como organización local, vamos a presentar un amparo a nivel barrial para detener el resto de las obras”, termina Tallarico.

Red de Organizaciones Barriales

El conjunto de vecinos de los diferentes barrios porteños, advirtió que las demandas individuales y segmentadas por zona no es suficiente, es por eso que entre todas las agrupaciones y colectivos crearon la Red de Organizaciones Barriales integradas por: Colegiales, Caballito, Villa Pueyrredón, Ortuzar, Villa Urquiza; el barrio de Agronomía, Parque chas, Isla La paternal, Liniers; junto a la Red de Tierras Verdes Ferroviarias, y la organización no gubernamental Basta de Mutilar, entre varias decenas de agrupaciones más.
Este sábado 30 de octubre a las 16, la Red se concentrará frente a la Legislatura Porteña, para reclamar control vecinal sobre los organismos que deciden sobre el patrimonio porteño y la planificación de la ciudad, como lo establece el artículo 1 de la Constitución de CABA y la Ley de Comunas.