A poco de cumplir dos años como jefe de gobierno porteño, en 2017 Rodríguez Larreta decidió cambiar las reglas de juego para acceder a las becas alimentarias en escuelas públicas. De esta manera, la Ciudad de comenzó a poner trabas para que las familias pudiera obtener este derecho para sus hijos.

Desde entonces, implementó un cambio en el método de tramitación de ese beneficio que puso en alerta a las familias sobre un intento de reducción de la oferta alimentaria. Hasta el 2017, las becas se gestionaban en los propios colegios, en 2018  la solicitud debía realizarse en los Centros de Gestión y Participación mediante un turno, y más tarde, mediante el envío de documentación privada de las familias, como el recibo de sueldo, declaraciones juradas y DNI del niño o la niña. Una vez establecido ese sistema, el ejecutivo porteño reparte ganancias millonarias entre 19 empresas privadas que tienen las concesiones de los comedores escolares. Desde hace años la calidad de las viandas escolares preocupa a miles de familias porteñas.

A raíz de esta situación, la Universidad Popular Barrios de Pie, realizó un relevamiento sobre becas alimentarias en el ámbito escolar durante los meses de abril y mayo de este año. De la encuesta participaron 247 familias de estudiantes que asisten a 65 instituciones educativas de distintos niveles  inicial, primario y secundario, en las Comunas 1, 4, 7, 8, 9 y 15. Este viernes, la legisladora  del Frente de Todos, Laura Velasco, presentará en la Legislatura porteña el informe sobre Becas Alimentarias en el ámbito escolar en la Ciudad de Buenos Aires.

Del relevamiento se desprende que 1 de cada 2 familias recibe beca alimentaria, de las cuales el 15% está en nivel inicial, el 70% en nivel primario y el 15%, en secundario. Respecto a las viandas, el 64% de las familias dijo estar disconforme, mientras el 77% cree que la calidad podría mejorar. Por último, más de la mitad contestó que no recomendaría la alimentación que sus hijos e hijas recibe en el ámbito escolar.

El ejecutivo porteño mantiene el monopolio de la concesión de las becas alimenticias y las viandas escolares. En la Ciudad de Buenos Aires, sólo 4 de las 1783 escuelas de gestión pública autogestionan el servicio de comedor; y reparte ganancias millonarias entre empresas 19 empresas privadas. En abril del año pasado, Tiempo realizó un informe sobre la situación alimentaria y la baja calidad de las viandas (Ver recuadro).

“Las empresas concesionarias siguen prestando el servicio y renovando sus contratos con el Gobierno porteño a pesar de haber sido denunciadas por la pésima calidad de las viandas escolares que han llegado, incluso, en mal estado a las escuelas. Además, los propios estudiantes nos han contado que debe elegir al momento de repartir las viandas a quién darle y a quién no –en muchos establecimientos las y los alumnos de los últimos años son quienes tienen a cargo esta tarea-, ya que la cantidad que reciben las instituciones no es suficiente”, aseguró Velasco, quien preside la Comisión de Promoción Social e  integra la de Educación en la Legislatura.

En febrero, Velasco presentó un relevamiento sobre la salud nutricional de niños, niñas y adolescentes de barrios populares, el cual concluyó que el 51% sufre malnutrición, elevándose esta cifra a 61% entre los 6 y 10 años, plena edad escolar. “No es casual la coincidencia en donde se dan los mayores niveles de malnutrición y el nivel educativo donde más cantidad de becas hay”, advirtió la diputada y argumentó que “este sistema no considera a la alimentación como parte fundamental del derecho a aprender. La universalización permitiría que todos los estudiantes reciban la misma cantidad y calidad de alimentos”.

Negocio entre aportantes de Cambiemos

Algunas de las empresas que manejan la alimentación en escuelas porteñas fueron aportantes de campaña del PRO en 2015. Entre ellas se encuentran Teylem SA, perteneciente al Grupo L; y Friends Food SA. Esta última perteneciente a Rubén Forastiero, que además obtuvo varios contratos distritales, negocios vinculados con el Pami y también adjudicaciones del Ministerio de Salud para la provisión en hospitales durante la presidencia de Mauricio Macri.

En su momento G 25 y Formar, ONG vinculadas a Guillermo Dietrich y Esteban Bullrich, recibieron durante la campaña más de 14 mil dólares en concepto de donaciones por parte de la empresa Friends Food SA. En un informe realizado por este diario en noviembre de 2018, se destaca que esas organizaciones también obtuvieron financiamiento de Teylem SA y de la Cámara de Concesionarios de Servicios de Comedores y Refrigerios, de la cual participan ambas firmas. En ese período aportaron más de 18 mil dólares, según consignó Chequeado, que accedió a los balances presentados ante la Inspección General de Justicia.

Persecución a escuelas que autogestionan sus comedores

El gobierno porteño tampoco quiere que los comedores estén en manos de las cooperadoras escolares. Un ejemplo es la persecución que ejerce durante años contra las familias que integran la cooperadora de la Escuela N° 4 Álvarez Thomas, que estuvo intervenida durante 15 meses y que, al no encontrar un solo hecho de mala administración, en diciembre volvió a manos de las familias.

“Sin dudas, la intervención fue para meter a las empresas privadas en el comedor y para aleccionar a las familias organizadas”, subraya Carla Policella, integrante de la cooperadora. Desde hace varios años administran su propio comedor con productos de calidad, personal de cocina propio; y sin ningún antecedente de intoxicación en toda su historia.

“La cooperadora sigue el menú que impone Larreta, pero comen milanesas de carne y no productos procesados. Cuando les toca medallones de pescado, comen filet de merluza rebozada y, cuando les toca verduras, comen productos orgánicos. Pero también repiten el plato si se quedaron con hambre, cosa que no ocurre con las viandas que proveen las empresas privadas”, agrega Policella.