El Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, invita a visitar el espacio y participar de la muestra Arqueologías Vivas del Exilio. La misma es parte del informe final de la Comisión de la Verdad de Colombia. El evento empezó este viernes y se extenderá hasta el veintiocho de este mes en el predio de la ex Esma ubicado en Avenida del Libertador 8151, en el barrio porteño de Núñez.

“Comenzamos este viernes a las diecisiete horas con la inauguración de la muestra Arqueologías Vivas del Exilio, la cual es parte de del informe final de la Comisión de la Verdad de Colombia (Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición)”, contó Lola Berthet, directora nacional de Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, en diálogo con Tiempo. “Es una muestra impulsada por el trabajo de la Comisión”, agregó.

Además, detalló que cuenta con “imágenes y audios del proceso de las visitas, registros fotográficos y entrevistas pesadas colectivamente”. Siguió subrayando que el trabajo es desarrollado por “les entrevistadores Jennifer Galindo, Esteban Truquillo y el fotógrafo Jerónimo Rivero”. Lola continuó ahondando en que “esta muestra busca resaltar las particularidades de partes específicas de Argentina, como país receptor de exilio de colombianos víctimas del conflicto”.

“Este sábado seis inauguramos un ensayo fotográfico que se llama Familiarizarte, es de Oriana Elicabe, que busca reflexionar sobre la evolución familiar social, la fragilidad y los lazos afectivos en la sociedad contemporánea” describió la directora. Lo hace “visibilizando la cotidianidad de las rupturas desde un punto de vista no hegemónico, que contempla las teorías queer en el entramado social y familiar” explicó Lola.

La otra muestra que también “inauguramos este sábado es La Opacidad de lo Evidente, de Martin Di Girolamo”, contó la directora a este diario. Finalizó remarcando que “este artista aborda cuerpos expuestos, cuerpos que se ubican entre el límite de la vida y la muerte, cuerpos mediatizados, sobre-exhibidos, estereotipados y violentados” cerró.

Arqueologías Vivas del Exilio

Comenzó este viernes a las diecisiete horas. Es un trabajo situado en el presente pero con un pie en el pasado y otro en el futuro, Arqueologías Vivas del Exilio propone una lectura en perspectiva de los tiempos actuales en Colombia. El título del ensayo sugiere una investigación poética que responde a una voluntad de observar, recordar y al mismo tiempo proyectar los sueños.

Su propuesta visual nace de la voluntad de aprovechar este nuevo tiempo, regalo que se hizo el pueblo colombiano después de una eternidad de desencuentros, para hacer de esta pausa un momento decisivo de reflexión. Las fotos de Jerónimo Rivero y el trabajo de todo el equipo en este proyecto no sólo hacen un registro minucioso de los objetos traídos del exilio; cada objeto es una historia y cada historia es parte de ese relato coral que se hace universal en el conjunto. Gracias a los recursos técnicos empleados, no fue necesaria la función original de las cosas y cada elemento transforma su esencia y dispara preguntas y deseos de responder.

“Hay futuro si hay verdad”, dice una de las frases que la Comisión de la Verdad de Colombia toma como consigna para contar este presente de esperanza. Ese futuro que se construye también con la carga de quienes se tuvieron que ir.

La Opacidad de lo Evidente

Estará desde este sábado seis de agosto hasta el dos de octubre del corriente año. Trata de las situaciones y personas que Martín Di Girolamo recrea en sus esculturas resultan confusamente cercanas: “podemos no saber bien de quiénes se trata pero creemos haberlas visto antes. Y porque quizás alguna vez las vimos -en forma de foto, como parte de una noticia, en una imagen viralizada- suponemos que podemos entender de qué hablan” explican desde el organismo.

En La opacidad de lo evidente, Di Girolamo selecciona escenas en las que parece restituir al menos una parte de todo lo que han perdido, es reparador y amoroso. Su talento de escultor reconstruye los cuerpos en esos momentos justos, en el grito, en el forcejeo, en los efectos de diversas catástrofes sobre rostros o torsos. Ahora no es posible no mirarlos, parece decir. Ofrecidos a los tiempos largos de la mirada sobre el volumen, dispuestos para el recorrido circular e incluso, “abiertos a nuestras posibles ganas de tocarlos”. Un conjunto de historias tristes “que propician nuestra empatía; una pequeña victoria”.