Con el voto de confianza al gabinete por parte del Congreso, la derecha peruana perdió una batalla importantísima en el escenario político del Perú. A la vez, el gobierno de Pedro Castillo acaba de ganar su primera gran pulseada, frente a una oposición extrema que buscó desde el primer momento esmerilar, condicionar y, hasta exigir la vacancia de la presidencia a solo 30 días de asumir. “Se podría decir que hoy empieza verdaderamente el gobierno del presidente Pedro Castillo”, evaluó uno de los principales asesores del mandatario peruano, Carlos Jaico, ante la consulta de Tiempo.

El impacto político tiene mayor envergadura si se analiza que para obtener el voto de confianza, un sector de la oposición consideró que no debía boicotear la gestión del partido Perú Libre. Para el asesor Jaico, se trata de “una oposición congresal responsable la cual debe acompañar las labores de gobierno, generando consensos para las principales tareas que se ha impuesto el Presidente Castillo, las cuales son la vacunación de la población, la reactivación económica, el retorno a clases en total seguridad para los alumnos y el inicio de los mega proyectos de infraestructura para el Perú”.

El respaldo se logró con los votos de las bancadas del de Perú Libre y sus aliados, Juntos por Perú y Acción Popular, a las que se sumaron Alianza para el Progreso y algún respaldo extra de la Alianza SP-PM. Los rechazos estuvieron encabezados por el fujimorista Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País.

El tenso y extenso debate comenzó el jueves y concluyó el viernes por la tarde, cuarto intermedio mediante. En una sesión que reunió a 124 de 130 parlamentarios, el gabinete encabezado por Guido Bellido consiguió 74 votos a favor y 50 en contra, sin abstenciones. Diez votos más de los 63 que necesitaba para superar la prueba impuesta en la Constitución.  “El haber logrado el voto de confianza es una derrota de esta derecha que ha sido apoyada por la mayoría de los grandes medios y sectores golpistas de las fuerzas armadas”, aseguró a Tiempo. Álvaro Campana, secretario General de Nuevo Perú, integrante de la coalición Juntos por Perú.

Castillo por su parte, agradeció en Twitter al Congreso y afirmó que «la búsqueda de consensos nos permitirá gobernar junto con el pueblo y por el desarrollo de políticas públicas con carácter social».

Más allá de la derrota, la derecha ya amenazó con convertirse en un “muro de contención” contra cualquier “afán totalitario que pueda venir desde el gobierno”, es decir, cualquier política que puedan considerar “populista” o “comunista” o cualquier reforma de fondo que se busque implementar, como la convocatoria a una Asamblea Constituyente, uno de los ejes de campaña de Castillo.

“Reconocemos los votos que ha obtenido (el gabinete) y como lo dijimos en el hemiciclo van a encontrar en Fuerza Popular un muro de contención ante los impulsos totalitarios que tengan, ante su búsqueda de eliminar nuestra Constitución y ante su improvisación y falta de visión en un país que cumple el Bicentenario de su Independencia”, señaló Nano Guerra García, vocero del partido de la derrotada Keiko Fujimori. Guerra García dijo que con este resultado se avaló “quizás al gabinete más mediocre que hemos tenido en la historia republicana”. Agregó que darán una “lucha política” en diversos frentes: “plazas y calles, organizaciones civiles, en el plano nacional e internacional”. Y se dirigió a los partidos que votaron a favor, para reclamarles que en el futuro no digan “que no lo sabían y que no estuvieron advertidos”, sobre el supuesto rumbo totalitario del gobierno.

El fujimorismo repitió en el recinto el discurso, también usado en la campaña, que afirma que los miembros del gabinete están vinculados a la exguerrilla Sendero Luminoso y a sus grupos de superficie. La acusación recobró fuerza contra Bellido a partir de su nombramiento y también contra el Canciller Héctor Béjar, quien renunció apenas diez días después de asumir.

Bellido señaló en su intervención que los «objetivos inmediatos son derrotar la pandemia producida por la covid-19 y reactivar nuestra economía». El país enfrenta una crisis sanitaria por el Covid y una delicada situación económica, incrementada por la incertidumbre sobre el gabinete, con subas del dólar y caída de la bolsa.

“El voto de confianza le da un aire al gobierno asediado por la ultraderecha en el país y que busca dar un golpe parlamentario”, opinó Campana. “Sin duda urge que el presidente afiance su liderazgo, consolide las alianzas y realice algunos cambios que le den más fuerza al gobierno y permitan enfrentar eficazmente la crisis sanitaria social y económica producto del Covid 19 pero también abrir el proceso constituyente que debe dar cuenta de una crisis aún más profunda”, remarcó.