El juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) Alexandre de Moraes ordenó este miércoles a las autoridades públicas de todos los niveles, en especial a las distintas fuerzas policiales, a adoptar «todas las medidas necesarias» para prevenir cualquier intento de ocupación o bloqueo de vías públicas, en una jornada en la que seguidores bolsonaristas convocaron a realizar nuevas acciones golpistas.

De Moraes prohibió asimismo interrumpir la libertad de circulación de automóviles en todo el territorio nacional, así como el acceso a los edificios públicos, so pena de imponer una multa de 20.000 reales (3.850 dólares) para personas físicas y 100.000 reales (19.200 dólares) para personas jurídicas.

La decisión del magistrado da cumplimiento a un pedido de la Procuraduría General de la Nación, basado en noticias de que grupos bolsonaristas llamaron a realizar nuevas manifestaciones en todas las capitales de los estados del país, en una convocatoria que se difundió especialmente a través de la red de mensajería Telegram.

Ante esta situación, De Moraes le dio a esa plataforma un plazo de dos horas para bloquear canales, perfiles y cuentas grupales con ese tipo de contenido, según informó el portal de noticias brasilero G1.

«Absolutamente nada justifica la existencia de campamentos repletos de terroristas, patrocinados por diversos financistas y con la complacencia de autoridades civiles y militares en total subversión al necesario respeto a la Constitución», manifestó el juez del máximo tribunal.

«Y absolutamente nada justifica la omisión y connivencia de las autoridades locales con delincuentes que, anteriormente, anunciaron que cometerían actos violentos contra los poderes constituidos, como ahora se anuncia en una nueva sucesión de publicaciones en grupos de la aplicación Telegram, con el llamamiento a ‘recuperar el poder'», agregó.

Según detalla la convocatoria, las protestas están previstas para las 18 (hora de Brasil y la Argentina) en todas las capitales de los estados del país, en la Explanada de los Ministerios de Brasilia, donde se iniciaron los actos golpistas del domingo, en la céntrica Avenida Paulista de San Pablo y en el paseo del balneario de Copacabana en Río de Janeiro.

«Va a ser gigante», remata la invitación, que está hecha con los colores verde y amarillo de la bandera brasileña y no está firmada por ninguna agrupación o referente.

Ayer, en redes sociales, el expresidente Jair Bolsonaro compartió un video de un simpatizante que afirmaba que el flamante mandatario Luiz Inácio Lula da Silva no habría sido elegido por el pueblo, sino por el STF, lo cual es mentira. Dos horas más tarde, la publicación fue eliminada.

Este video fue leído puntualmente por el Poder Ejecutivo brasileño como un estímulo a nuevos actos golpistas.

Ante estos llamados a «recuperar el poder», el procurador general brasileño, Jorge Messias, alertó ayer que el país se encuentra nuevamente al borde de una «situación grave», apenas tres días después de los ataques golpistas perpetrados por simpatizantes del expresidente Bolsonaro en Brasilia, que dejaron numerosos destrozos y cerca de 1.500 detenidos.

Ante esto, Messias solicitó al STF la adopción de «medidas inmediatas, preventivas y necesarias» para evitar todo intento de bloqueo de vías urbanas o carreteras, así como la invasión de edificios públicos en el país.

Messias también pidió al máximo tribunal que se instruya a la Policía Federal, a la de Carreteras y a la Militar para que identifiquen los vehículos utilizados en la organización de los actos y detengan «en flagrancia» a quienes ocupen u obstruyan vías y carreteras urbanas o invadan edificios públicos.

En una reunión en el Palacio del Planalto, sede del Gobierno, el gabinete de crisis decidió anoche que se debe reforzar la seguridad en Brasilia y en otras capitales donde hay amenaza de manifestaciones violentas.