“La modernidad de 1970 en Chile era otra, era el remplazo del sistema político, del capitalismo al socialismo: ahora exigimos respuestas que hagan del capitalismo algo más justo, más igualitario, que los frutos se repartan por igual”. El que habla es Alfredo Sepúlveda, escritor y periodista graduado en las universidades de Chile y Columbia en referencia al 50º aniversario del triunfo de Salvador Allende en el país transandino con una coalición de partidos de izquierda.

Entrevistado por el programa Voces del Mundo, que conduce Telma Luzzani por AM770, y publicado por medio de el autor de La Unidad Popular señaló que desde las movilizaciones estudiantiles de 2011 se ve un reclamo en la sociedad chilena que “coincide en la fuerza con los de 1970, pero con objetivos distintos”. En tal sentido apunta a que en la gran marcha del 25 de octubre pasado “había poco retrato de Allende”. Y agregó: “Tengo 50 años y recuerdo las marchas contra (el dictador Augusto) Pinochet”. Considera: “Estamos como en septiembre de 1970 en un momento pivotal de la historia de Chile: es la primera oportunidad de otorgar a la política un piso de legitimidad, más allá del sistema representativo”.

Y detalla: “Allende fue ratificado por dos elecciones, una en septiembre, la otra fue en octubre, por el Parlamento (que homologó su triunfo). Ahora veo una oportunidad de legitimar una convivencia civil, democrática, que incorpore a la ciudadanía”. 

Lo que vino luego de ese procedimiento constitucional fue el asesinato del general René Schneider, quien como jefe del Ejército había garantizado que se iba a respetar el resultado de las urnas, en un clima de fuerte rechazo de medios y dirigentes políticos opositores. “La CIA colaboró pasando dinero, haciendo alianzas con gente poco inteligente y fue un fracaso completo. Lo iban a secuestrar y lo terminan matando”, afirmó Sepúlveda.

El magnicidio, con todo, permitió un inicio de gobierno favorable para la alianza de izquierda, que se proponía avanzar hacia el socialismo por la vía de la democracia institucional. “En el ’71 la oposición está en retaguardia, no hay grandes olas, es un año exitoso en lo económico, hay mayor capacidad de consumo, está todo bastante bien para el gobierno”. Hasta que Fidel Castro hace una gira por Chile.

“Eso reenergiza a la derecha. Fidel se queda tres semanas, es una visita eterna. Hasta la UP tiene problemas para tolerar una visita tan extensa”, destaca el ex director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado. 

Luego el acoso de la derecha es cada vez más fuerte. “Los objetivos finales de la UP son conseguidos con un costo muy grande, porque muchas veces se hace en contra de la voluntad de Allende. Él quería llegar al socialismo a través de la reforma de las leyes, pero tuvo una izquierda que casi era una oposición”

Como ejemplo, Sepúlveda habla de la reforma agraria, “que se obtuvo por mecanismos que generaron una oposición muy dura, y se decía que estaba yendo hacia un modelo cubano”. Y puntualiza que fue así “perdiendo la Democracia Cristiana, que se definía también como socialista en esos años”. Aclara el también docente en las universidades Católica y Diego Portales: «Perón hablaba de los apresurados, ¿verdad?».

La polarización terminó beneficiando a los partidarios del golpe, con un bombardeo al palacio de Gobierno y una dictadura feroz. “Hoy Chile está bastante polarizado, pero hay esperanza que habrá mecanismos democráticos. En este año tendremos plebiscito, elecciones de alcaldes, como nueve elecciones. Es un escenario complicado, pero no se avizora un final catastrófico y aberrante como el que tuvo la UP”.

Para Sepúlveda es clave de estos nuevos tiempos que si bien los militares salieron a las calles, “asumieron una actitud mucho menos fuerte, en términos generales, actuaron de manera muy prudente”. No fue el caso de los Carabineros, aclaró: “La lección, con todo el problema que tiene hoy día el sistema político, está aprendida”.  
LIBRO

La Unidad Popular, los mil días de Salvador Allende y la vía chilena al socialismo. Sepúlveda desmenuza esa experiencia que comenzó con el triunfo electoral del 4/9/1970 y acabó tres años y siete días más tarde, con una dictadura genocida.