Cuatro médicos cubanos que habían sido detenidos por orden del gobierno de facto de Bolivia fueron liberados y llegaron sanos y salvos a La Habana. Se suman a otros 207 integrantes de las brigadas médicas que estaban cumpliendo tareas sanitarias mediante convenios con las autoridades depuestas el 10 de noviembre y desde entonces fueron hostigados y amenazados por los nuevos ocupantes del Palacio Quemado. Muchas de esas plazas podrían ser ocupadas por profesionales ecuatorianos, según dijo la ministra de salud del gobierno de Lenin Moreno, Catalina Andramuño.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, celebró el regreso de este nuevo continente desde un tuit.

En Bolivia había unos 700 profesionales cubanos, de los cuales más de 450 ya pudieron irse. El clima neofascista contra Cuba y Venezuela incentivado por la presidenta autodesignada Jeanine Añez, hizo temer por la vida de diplomáticos venezolanos, que debieron dejar el país, y por la de médicos que desde hace 13 años cubrían el sistema sanitario boliviano en regiones donde no hay profesionales de su propia nación. Algo similar ocurrió ni bien Jair Bolsonaro llegó al poder, que expulsó sin la menor justificación a una cantidad similar de médicos que estaban en ese país tras acuerdos firmados con el gobierno de Dilma Rousseff.

El canciller cubano, Bruno Rodríguez, había confirmado en la mañana del lunes que “los colaboradores de la salud Amparo García, Idalberto Delgado, Ramón Álvarez y Alexander Torres que habían sido injustamente detenidos en Bolivia”, estaban de regreso a La Habana.

Habían sido detenidos en El Alto, Bolivia luego de haber extraído dinero de un banco destinado a pagar los servicios básicos y los alquileres de 107 miembros del contingente en esa región. No hubo una acusación certera que justificara la detención.

Eugenio Martínez, director general para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, argumentó que hubo una “calumniosa presunción de que el dinero se dedicaba a financiar protestas”. Pero que tuvieron que dejarlos libres al comprobar que los documentos, nóminas y datos bancarios presentados demostraban que la cifra extraída coincidía exactamente con los retiros de cada mes.

A raíz de estas situaciones y de la represión ordenada por Añez, Díaz-Canel ordenó el regreso inmediato de todo el plantel médico destacado en Bolivia.

Para la ministra de Salud ecuatoriana, esa situación podría ser una ventana de oportunidad para médicos ecuatorianos.

Otro gesto de la administración de Lenin Moreno para posicionarse entre los gobiernos de la derecha regional, por si quedaban dudas.