La charla telefónica que el 25 de julio Donald Trump tuvo con el presidente electo ucranio Volodímir Zelenski hizo lugar a una investigación legislativa que este jueves avanzó un paso hacia un posible impeachment contra el mandatario de Estados Unidos. En aquella conversación Trump le pidió a Zelenski que investigara a Joe Biden y su hijo por sus negocios en ese país. El exvicepresidente de Barack Obama es uno de los nombres fuertes para convertirse en candidato demócrata en las elecciones de 2020.

Este jueves, la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes aprobó luego de cinco semanas de debate las reglas por las cuales se llevará a cabo la investigación que puede culminar con la destitución de Trump, es decir, no decidió sobre el fondo del tema sino sobre las formas. “Lo que está en juego en todo esto no es nada menos que nuestra democracia”, señaló la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi antes de la votación, que terminó 232 a 196.

La resolución autoriza a la Comisión de Inteligencia a hacer públicas sus audiencias y a elaborar un informe para que la Comisión Judicial decida si redacta artículos para un juicio político contra Trump, que se desarrollaría en el Senado, donde los republicanos poseen la mayoría de las bancas.

El republicano Kevin McCarthy acusó a la oposición de impulsar el juicio político contra Trump “porque están asustados y no pueden derrotarlo en las urnas”. Más allá de si Trump amenazó con suspender ayuda financiera autorizada por el Congreso para Ucrania para forzar al gobierno de ese país a que investigue a Biden, muchos analistas coinciden en que la ventilación pública del caso Ucrania puede favorecer a Trump en su campaña por la reelección en 2020.

La demócrata Pelosi aseguró que las reglas no difieren mucho de los procesos de juicio político que el Congreso impulsó en los noventa contra el demócrata Bill Clinton y en los setenta contra el republicano Richard Nixon.

Donald Trump ya comenzó a victimizarse, argumentando que se trata de “una caza de brujas”. Sin embargo, varios relatos coinciden en que las relaciones con Ucrania pasaron a ser parte de una “diplomacia paralela” en la que tenía un rol importante el abogado de Trump y exalcalde  de Nueva York Rudolph Giuliani.