Bolivia entra en una semana decisiva para la recuperación de sus instituciones democráticas. Este martes, y a raíz de la amenaza de proscripción del partido mayoritario –el MAS-IPSP de Evo Morales– y la modificación del calendario electoral, la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad, un colectivo que agrupa a organizaciones sociales, prometen llenar las calles con una masiva movilización en reclamo de elecciones. Es una pulseada por el futuro del país a ocho meses del golpe de Estado que derrocó al mandatario más votado en los últimos comicios, el 20 de octubre de 2019.

Este jueves el Tribunal Supremo Electoral decidió aplazar por otras seis semanas la elección, que por la pandemia de Covid-19 ya había sufrido dos postergaciones. La fecha del 6 de septiembre, votada por la Asamblea, que tiene mayoría del MAS, se pospuso unilateralmente, como no se cansan de resaltar en el entorno de Morales, para el 18 de octubre. Sucede que la convocatoria del 6-S había sido aprobada mediante una ley y de acuerdo a la Constitución: sólo otra ley podría cambiar ese llamamiento.

Unos días antes, la alianza Creemos, que lidera el neofascista Luis Fernando Camacho, presentó una demanda ante TSE para reclamar la inhabilitación del MAS-IPSP con el argumento de que había difundido una encuesta, algo que según afirmaron, está prohibido por la ley electoral.

Un par de cuestiones a tener en cuenta. La derecha anti-Evo no pudo organizar una coalición de unidad para derrotar en las urnas al partido que gobernó durante 14 años y produjo la transformación más importante en la historia boliviana desde su fundación. Los que encabezaron el golpe del 10 de noviembre pasado, Camacho y la actual presidenta de facto, Jeanine Áñez, entre otros, armaron candidaturas propias.

El periodista Carlos Mesa, que ocupó interinamente la presidencia entre 2003 y 2005, y que tiene su base electoral en una clase media urbana de centro, aparece como el segundo con más intención de voto. Nunca hubo acuerdo para ir juntos, sólo estuvieron unidos en su rechazo a los intereses que representa Evo Morales.

Mientras tanto, las políticas puestas en marcha por Áñez fueron un golpe para los bolivianos, y no sólo en sus bolsillos. De modo que el MAS-ISPS mantuvo su caudal de votos e incluso puede superar ampliamente el 50% con la candidatura de Luis Arce, el hombre del milagro económico de esos 14 años virtuosos. “No les podemos dejar el gobierno nuevamente, para eso no dimos el golpe”, es el mensaje claro de Camacho y los grupos fascistoides que lo acompañan.

...
(Foto: Xinhua)

Así las cosas, el coronavirus desnudó en toda su inhumanidad de qué se tratan los que tomaron el poder. Las cifras son escalofriantes y los medios muestran sin pudor que cada día deben retirar cadáveres de personas que murieron en las calles por falta de atención. Los datos oficiales hablan de cerca de 70 mil contagiados y unos 2500 muertos para un país de 11 millones de habitantes.

La pandemia ya fue excusa para posponer el llamado a elecciones de mayo y ahora también lo es para decir que en septiembre vendrá el pico de contagios. Sin embargo, antes que poner sobre la mesa esa decisión del TSE, el partido de Camacho había demandado a Arce por la supuesta difusión ilegal de encuestas. Algo que de acuerdo a los juristas que asesoran al candidato no corresponde porque hay una ley electoral posterior que no habla de ese tema.

En todo caso, algunos analistas, como el periodista boliviano Jimmy Iturri, varado en Buenos Aires desde principios de año, sostienen que hay una suerte de oferta de negociación: si la Asamblea acepta el cambio de fecha sin protestar, el tribunal cajonea la denuncia de los camachistas.

Para otro conocedor de esos entresijos, como el politólogo Jorge Richter, “al no poder cerrar la Asamblea, la van aislando de todas las decisiones”. La estrategia sería, según explicó al programa Voces del mundo, de AM 770, que “si no pueden frenar el proceso electoral, que la elección se haga entre amigos, es decir, que sólo participen los partidos de la derecha y que se pueda proscribir al MAS”.

Es que hay otro tema no menor. Las listas de candidatos están homologadas para la elección de mayo y no se pueden cambiar sin violar la ley. Podrían bajarse de la candidatura los candidatos con menos intención de voto, pero eso impediría que obtengan alguna banca en el Parlamento. Prorrogar la fecha es ganar tiempo, ante la posibilidad del regreso de los derrocados. El 18 de octubre puede ser un nuevo escalón con el objetivo de ganar tiempo y desgastar al partido de Evo, no una fecha definitiva.

La proscripción sería más conveniente para una «elección entre amigos». La otra opción, que también avizoran en cercanías del ex vicepresidente Álvaro García Linera, es generar las condiciones para barajar y dar de nuevo: modificar las candidaturas oficializadas y, ahí sí, armar una coalición de ultraderecha con posibilidades de ganar y poder gobernar con relativa comodidad.

Así las cosas, desde los sectores que sustentaron la presidencia de Evo Morales, en tanto, se preparan para llenar las calles este martes. La COB y el Pacto de Unidad anunciaron la “Gran marcha nacional” desde Senkata hasta La Paz. “El pueblo exige elecciones porque no se ha atendido las demandas sociales en salud, en educación”, dijo el titular de la central sindical, Juan Carlos Huarach. “Rechazamos este golpe a la democracia, golpe al país, rechazamos la suspensión de las elecciones con chantajes al pueblo, con chantajes a la Asamblea Legislativa”, insistió.

Las cartas están echadas. «

FRASES

«Daremos un golpe a quien queramos, entiende eso…»  (Elon Musk — Dueño de Tesla, el auto que anda con baterías de litio, a uno que lo criticó por apoyar el golpe en Bolivia)

«Pretenden que la elección sea entre amigos, que sólo participen los partidos de derecha» (Jorge Richter — Politólogo) 

LA CRISIS BOLIVIANA PASO A PASO

Domingo 20/10/2019: Bolivia acude a las urnas para elegir a un nuevo presidente. Evo Morales, primer jefe de Estado indígena, luego de 13 años en el poder, busca un cuarto mandato.

Lunes 21/10: el TSE otorga el 46,4% de los votos al MAS y el 38,16% al expresidente (2003-2005) de derecha Carlos Mesa, quien denuncia fraude, con la complicidad de la OEA.

Miércoles 23/10: Morales denuncia por primera vez que está en marcha un golpe de Estado.

Sábado 2/11: el cruceño Luis Fernando Camacho se erige como el opositor más radicalizado. Llama a «ponerse del lado de la gente» a la policía y FF AA.

Viernes 8/11: unidades policiales se amotinan en Cochabamba, Sucre y Santa Cruz.

Domingo 10/11: desde Chimoré, ante la presión de la OEA, Morales anuncia por la mañana que convocará a «nuevas elecciones». Por la noche renuncia.

Martes 12/11: asume Jeanine Áñez Chávez como presidenta.

Jueves 12/12: Evo llega a la Argentina en calidad de refugiado, tras su paso por México.

Viernes 3/1/2020: El TSE llama a elecciones nacionales para el 3 de mayo, pero luego el Ejecutivo las suspende por la pandemia.

Martes 17/3: se fijó la fecha del 6 de septiembre.

Viernes 23/7: Áñez volvió a postergarlas, sin la participación de la Asamblea Legislativa. El TSE fijó como fecha el 18 de octubre.