La cara de estupor de Nelson Teich cuando le preguntaron si estaba de acuerdo con que volvieran a funcionar gimnasios y peluquerías fue el mejor dato de que Jair Bolsonaro lo había convocado para hacer de segunda voz en su estrategia para la pandemia. Y era claro que esa relación no podía durar mucho. Oncólogo, aunque ligado al negocio de la salud privada, Teich tampoco dio carta blanca a la cloroquina para tratar el Covid-19 sin el aval de la OMS. El portazo de este viernes tiene que ver con ambas cuestiones: su reemplazante, el número 2 del Ministerio de Salud, el general Eduardo Pazuello, interino al cierre de esta nota, comparte criterios con el presidente brasileño.

Se entiende que la urgencia por mantener la actividad económica haya llevado tanto a Donald Trump como a Bolsonaro a abrazarse a cualquier medicamento que prometa la salvación. Y por ahora ese remedio contra la malaria aparece como única opción. Es cierto que se la autorizó para casos desesperantes ante la falta de alternativas, pero de ahí a considerarlo una cura hay un abismo.

Luiz Henrique Mandetta, el anterior ministro de Salud, pretendía mantener una cuarentena estricta para evitar la explosión de contagios que hoy vive Brasil. Tuvo que irse a mediados de abril. Teich, aunque algo más laxo, cayó en la misma lógica que su antecesor. Pero la gota que rebasó el vaso fue la autorización para el medicamento sin escuchar sus razones.

El jefe de gabinete de Bolsonaro, el general Walter Braga Netto, también salió en defensa de la estrategia de dejar que el virus avance para que -brutalmente dicho- caigan los más débiles y se inmunice el resto de la población. Su argumento es que no hay que tener en cuenta la cifra total de muertes en ese país sino la proporción sobre el total de población.

A Braga Netto le pareció razonable destacar que Brasil tiene un total de 58,6 fallecidos por millón de habitantes contra 691 de Bélgica, 242 de España y 422 de Alemania. Cuando a Bolsonaro le comentaron que de este lado de la frontera hay 7 casos por millón, respondió: “Argentina va al socialismo”.


MUERTOS

287

Los registrados hasta la tarde de ayer en un día, en Brasil. Los contagiados ya son 223 mil y los fallecidos pasaron los 4600.