El primer ministro de Rumania, Sorin Grindeanu, cayó tras apenas seis meses en el cargo al perder una moción de censura presentada por su propio partido, el socialdemócrata PSD, junto a su socio de coalición, el liberal ALDE.

En la sesión, celebrada en conjunto por la Cámara Baja y el Senado, votaron 241 diputados a favor, cuando el mínimo requerido es de 233, informó el Parlamento.

«Queremos detener a un Gobierno que no ha respetado el programa y las promesas de la campaña», declaró antes de la votación Liviu Dragnea, líder partidario y artífice de la victoria del PSD en las legislativas de diciembre. «Dejar que las cosas sigan de la misma forma nos habría llevado al fracaso», añadió.

La disputa interna en el oficialista PSD se debe al enfrentamiento entre Grindeanu y Dragnea,  el presidente del partido,  quien no puede ser primer ministro por haber sido condenado por corrupción.

El líder socialdemócrata insistió en una reforma a la ley anticorrupción, una iniciativa rechazada por el ahora destituido primer ministro. Dragnea tuvo que renunciar en diciembre a ocupar el cargo de primer ministro, debido a una condena a dos años de cárcel en suspenso por fraude electoral. Pero nunca ocultó su voluntad de seguir dirigiendo el país detrás de escena.

A principios de año, un intento de modificar el código penal para despenalizar diversos delitos de corrupción provocó unas manifestaciones sin precedentes en Rumanía desde la caída del régimen comunista, y el PSD tuvo que renunciar a su proyecto.

En eso basa su defensa grindeanu, quien consideró «incomprensible» la presentación de una moción de censura contra un Gobierno que «ha trabajado bien». «Existe el riesgo de una vuelta al pasado, a la época de antes de 1989»,  el año de la caída del régimen comunista de Nicolae Ceausescu.

El presidente rumano, el liberal Klaus Iohannis, deberá ahora designar al nuevo primer ministro a propuesta del PSD y ALDE. Para ello, convocó a los partidos políticos del país balcánico a una ronda de consultas.

La persona elegida dispondrá de 10 días para obtener el voto de confianza en el Parlamento donde presentará a los nuevos ministros y su programa de gobierno.

El martes, el jefe de Estado declaró, durante una visita a Berlín, que «no se prevé un largo bloqueo político» y que nombraría a un primer ministro «íntegro».