Rechazos unánimes despertó el ataque de la policía israelí en el funeral de la periodista palestina Shireen Abu Akleh. La cronista del canal Al Jazeera había sido asesinada durante la cobertura de otro ataque en una aldea de los territorios ocupados. Para la Fundación Desmond Tutu, las imágenes, que pronto se viralizaron, «provocan escalofríos, recuerdan la brutalidad infligida a las personas en luto durante funerales de militantes antiapartheid», dijo Mamphela Ramphele, presidenta de la entidad.

«Todos hemos visto estas imágenes, son profundamente perturbadoras», señaló la todavía portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki. «Deploramos la intrusión en lo que debería haber sido una procesión pacífica», agregó. La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, también se mostró conmocionada por la violencia policial en la ceremonia fúnebre de la periodista, de 51 años y una de las estrellas de la cadena noticiosa.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fue más allá y «condenó enérgicamente el asesinato el 11 de mayo de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, y las heridas de otro periodista en la ciudad cisjordana de Jenin», en una declaración unánime adoptada el viernes.

Tanto Al Jazeera, perteneciente al gobierno de la monarquía qatarí, como el presidente palestino, Mahmud Abbas, acusaron a las fuerzas de seguridad israelíes de haber asesinado a Abu Akleh de manera deliberada. El gobierno israelí se comprometió a investigar esas denuncias y el ataque en el funeral.  «