Alemania rindió homenaje este sábado a las víctimas del nazismo en el 72º aniversario de la liberación del campo de Auschwitz por el ejército soviético, mientras crecen las críticas al cada vez más popular partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), excluido de varios actos por cuestionar el recuerdo del Holocausto.

El genocidio nazi no afectó solo a los judíos. En un emotivo homenaje en el Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán, su presidente, Norbert Lammert, llamó a rescatar del olvido a las 300.000 víctimas de los crímenes practicados por el régimen nazi (1933-1945) contra personas enfermas y discapacitadas.

En su discurso ante el Bundestag, en el que estuvieron presentes también la canciller alemana, Angela Merkel, y el jefe del Estado, Joachim Gauck, Lammert recordó que la muerte de estos enfermos y discapacitados en cámaras de gas sirvió como «ensayo» y «modelo» para los posteriores asesinatos masivos en los campos de exterminio.

En tanto, en otra cámara, la regional de Turingia, el líder de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en ese estado federado, Björn Höcke, se veía excluido del acto de homenaje a las víctimas del Holocausto, así como en la posterior ofrenda floral en el campo de concentración nazi de Buchenwald.

El presidente de esta cámara regional, Christian Carius, vetó la presencia de Höcke en respuesta a un controvertido discurso de la semana pasada en el que el líder ultraderechista abogó por un «giro de 180 grados en la política del recuerdo» y repudió el monumento berlinés a las víctimas del Holocausto.

La Fundación que administra el antiguo campo de concentración le prohibió ingresar hoy al recinto por el mismo motivo. Al inicio del acto en el Landtag (cámara baja regional), Carius explicó que había comunicado a Höcke «que su presencia era percibida como una provocación», informaron medios reproducidos por la agencia EFE.

El grupo parlamentario de AfD condenó «enérgicamente» la decisión del presidente del Landtag y acusó a Carius de coaccionar a Höcke para que abandonara el pleno con la amenaza que de lo contrario no comenzaría el acto, al cual habían sido invitados supervivientes de Buchenwald.

El discurso de Höcke, en el que criticó además que Alemania sea el único país que tiene «un monumento de la vergüenza» en el centro de su capital, en referencia al monumento a las víctimas del Holocausto de Berlín, levantó una gran polvareda política en el país y dejó en evidencia las divisiones en el seno de AfD.

De momento, y a pesar de las peticiones de destacados dirigentes, la AfD ha rechazado expulsarle del partido, aunque su líder, Frauke Petry, ha hecho llegar vía correo electrónico a los miembros de la formación una versión comentada del discurso, del que dice que «tiene potencial para destruir la unidad del partido».

El partido ultraderechista vio muy incrementada su fuerza en las últimas elecciones regionales en la izquierdista Berlín, celebradas en septiembre y a la sombra de la crisis de los refugiados en la Unión Europea.

Su dirigencia aseguró que en las elecciones federales de 2017 serían «como mínimo» la tercera fuerza política del país. AfD, hasta entonces una formación marginal concentrada en el Este del país, superó el 14% de los votos en ese comicio, mientras que los cristianodemócratas (CDU) y socialdemócratas (SPD) cayeron.

Muy diferente fue el marco de la conmemoración en Polonia, donde se localizaba el campo de la muerte de Auschwitz-Birkenau, liberado el el 27 de enero de 1945 fue liberado por soldados del Ejército rojo después de cuatro años de funcionamiento.

Los actos fueron presididos por la primera ministra, Beata Szydlo, acompañada de 60 supervivientes de Auschwitz y delegados de varios países, entre ellos Israel y Rusia.

El director del museo de Auschwitz, Piotr Cywinski, pidió que el paso del tiempo no impida que «las generaciones posteriores conozcan los peligros del populismo, la xenofobia, el antisemitismo y los diversos nacionalismos radicales».

Se estima que más de un millón de personas, en su mayoría judíos, perecieron en Auschwitz y en el campo anexo, Birkenau (Oswiecim y Brzezinka en polaco), debido a las palizas, las cámaras de gas Zyjklon B, el hambre, el agotamiento y las enfermedades.