El Gobierno argentino expresó hoy su condena al ataque sufrido ayer por una patrulla de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) de Paraguay, que dejó ocho militares muertos. “El gobierno argentino expresa su condena a los hechos de violencia sucedidos el 27 de agosto en Arroyito, norte del Paraguay, que dejaron el saldo de ocho militares muertos”, dice un breve comunicado difundido esta tarde por la Cancillería. “La República Argentina hace llegar sus condolencias y solidaridad al gobierno y al pueblo paraguayos, así como a los familiares de las víctimas”, agrega la nota.

Una patrulla de la FTC fue atacada en la mañana de ayer a balazos y mediante la detonación de un explosivo, en un camino vecinal del departamento norteño Concepción, y provocó la muerte de ocho efectivos. La FTC, que reúne efectivos de las Fuerzas Armadas, la Policía y la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), fue creada en 2013 para combatir a la organización guerrillera Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), organización que mantiene secuestradas a tres personas y que es señalada por las autoridades como responsable de asesinatos, secuestros y numerosos ataques a comisarías y estancias ocurridos en más de una década en la zona norte del país.

A raíz de esto, disidentes del oficialismo y opositores reclamaron hoy la renuncia del presidente y el ministro del Interior de Paraguay, Horacio Cartes y Francisco de Vargas. Además, el Senado convocó para mañana a una sesión extraordinaria con motivo de los asesinatos. “Se debe decidir a cumplir sus funciones o dejar el cargo para que otro lo haga”, afirmó la senadora Desirée Masi, del Partido Democrático Progresista (PDP) opositor.

El mandatario visitó la base de operaciones de los uniformados en Horqueta -a unos 50 kilómetros del lugar del ataque- junto con el ministro del Interior, Francisco de Vargas, y jefes policiales y militares y se asumió “responsable del derramamiento de sangre”. A la vez, prometió “resultados contundentes” para “esta guerra” contra el EPP. “Las reacciones violentas y cobardes del EPP son el precio que pagamos por nuestra intención de acabarlos. Tarde o temprano esta historia tiene un solo final: los vamos a encontrar y hacerles pagar por todo el dolor”, contó Cartes. Y agregó: «Mi trabajo es procurar que no le falte absolutamente nada a los más valientes, a quiénes nos honran y ponen la vida. Cuenten con el presidente. «Si hay algo que mejorar, mejoraremos. Pero esta es la hora, este dolor hay que transformarlo en éxito”.

En tanto el Ministro del Interior Francisco de Vargas afirmó que su cargo está a “disposición del presidente de la república”, que será él quien va a decidir, pero que es “inoportuno” presentar la renuncia en medio de una crisis. Paralelamente, el Senado convocó para mañana a una sesión extraordinaria y organizaciones políticas, sociales, empresariales y la Conferencia Episcopal condenaron el hecho y reclamaron medidas urgentes para esclarecerlo.