Desde Bélgica, donde vive desde que terminó su mandato presidencial en 2017, el ex presidente Rafael Correa denunció hoy que en Ecuador existe «una dictadura perfecta», pidió una reacción a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y adelantó que aún puede ser candidato para la Asamblea Nacional.

En una entrevista exclusiva con Télam, Correa acusó a la Justicia ecuatoriana de estar ya avanzando en la sentencia firme de su condena para dejarlo afuera definitivamente de las elecciones de febrero próximo y aseguró que él y sus aliados están «indefensos ante una dictadura».

Los siguientes son los tramos salientes de la entrevista:

-Fuerza Compromiso Social, su partido, tiene tres días para responder a la suspensión del Consejo Electoral Electoral. ¿Lo va a hacer?

-Estamos preparando la defensa, pero la decisión ya está tomada. Nunca debió ocurrir una barbaridad así a siete meses de las elecciones. El resto es puro show para decir que hubo debido proceso. Las elecciones pasadas sacamos millones de votos, ganamos las locales de 2019 con millones de votos y ahora nos quieren eliminar por 16.000 firmas que faltan. Es impresentable, no hay Estado de derecho en Ecuador, hay una dictadura. Todo es para eliminarnos porque saben que los derrotaríamos en las urnas

-¿Están buscando otras alternativas, como que sus dirigentes se presenten por otros partidos, quizás dentro de su coalición UNES?

-Es que dentro de UNES solo hay otro partido y obviamente esto nos condiciona a las decisiones de los dirigentes de ese partido, ellos son los que inscriben las candidaturas.

-A menos de dos semanas del inicio de las elecciones primarias deben estar pensando una manera de participar…

-Por supuesto. Las condiciones son extremas, desfavorables. La prensa mundial debería estar escandalizada por lo que está pasando. ¿En qué democracia del mundo usted puede aceptar que siete meses antes de las elecciones se elimine a la mayor fuerza política con medidas impresentables? Y no es el único intento para proscribirnos. Cambiaron el reglamento de inscripción y ahora la aceptación de la candidatura es personalísima, en otras palabras, tengo que volver al país con dos órdenes de prisión. Yo volvería si me dejan inscribir, pero primero me van a meter preso como hicieron con Lula.

-Usted dice que la prensa internacional debería estar indignada, ¿cuál es el nivel de indignación dentro de Ecuador?

-La indignación es inmensa, pero están aprovechando la pandemia. Aún estamos en semáforo rojo en muchísimas ciudades y están aprovechando para hacer todas estas trampas, además de imponernos el acuerdo que firmaron en marzo de 2019 con el Fondo Monetario. Lo que está salvando a este gobierno es la pandemia, porque la gente tiene miedo. Otro punto importante es que (Lenin) Moreno -y esto es lo mismo en Brasil, Argentina o Bolivia- no hubiera podido hacer ni la décima parte de lo que ha hecho sin la prensa hegemónica.

-Si no recusan la decisión del Consejo Nacional Electoral y no se suman a otra fuerza política. ¿Cuál es el próximo paso?

-No podemos hacer milagros. Me presionan para dar respuestas a todo y yo estoy del otro lado del mundo con 31 causas penales, una condena a ocho años de prisión por ‘influjo psíquico’, vinculándome con sobornos que no han existido como tales. Es hora de que los pueblos de América Latina asuman su propia responsabilidad. No somos ingenuos. Buscaremos participar en las elecciones porque entendemos que si no le sacamos el poder a esta gente terminarán de saquear el país. Pero esto es responsabilidad de todos. La primera pregunta debería ser: ¿cómo es posible que toleremos esto en el siglo XXI en América Latina? ¿Dónde está el sistema interamericano? ¿Dónde está la consciencia latinoamericana?

-Se habló de llevar las denuncias de proscripción a instancias internacionales. ¿Ya lo hicieron?

-Sí, pero lastimosamente para acceder a instancias internacionales primero hay que agotar las instancias nacionales. No nos engañemos, el sistema interamericano no existe. Descansa y no muy en paz. Existe para desestabilizar, como el caso de la OEA con Bolivia. Algo se puede rescatar del sistema de derechos humanos. Por ejemplo, la Comisión decidió no dar medidas cautelares, excepto que esté en peligro la vida o la libertad, ¿y los derechos políticos? Si el pueblo ecuatoriano no recupera el poder político, nos entierran a todos. Ojalá que, con lo que está pasando en América Latina, los lleve a revisar esa decisión porque gran parte de la solución está en manos del sistema interamericano. A nivel nacional todo está cooptado.

-¿Va a apelar el fallo judicial que pesa sobre usted para agotar las instancias internas y elevar el reclamo a nivel internacional?

-Por supuesto, porque no tenemos ninguna expectativa. No esperamos absolutamente nada del sistema de justicia de Ecuador y estamos seguros que lo vamos a ganar a nivel internacional. Pero eso toma de seis a ocho años, cuando el daño ya está hecho. Por eso, la única solución es vencerlo en las urnas, sino al país lo van a terminar de destrozar.

-¿Usted hoy no puede presentarse de ninguna forma como candidato?

-Quedaría una alternativa. Si no hay una sentencia definitiva, yo podría inscribirme acá como un representante de los migrantes. Tenemos representación de tres zonas: Europa-Asia, Norteamérica y América Latina. Podría inscribirme acá, por eso quieren sacar la sentencia definitiva para que ni siquiera pueda participar de esa manera.

-¿Cree que la Justicia ya está trabajando en la sentencia definitiva, a solo semanas de la confirmación en segunda instancia?

-Sí. El 6 de abril, un día antes de la audiencia (de primera instancia) se filtró cómo el presidente del tribunal intercambiaba mensajes, ideas de la sentencia con la fiscal. Esto es un fraude procesal y está demostrado. Los medios escondieron todo. Estamos indefensos ante una dictadura.