Cientos de rivales políticos del influyente líder chiita Muqtada al Sadr, cuyos partidarios ocupan el Parlamento iraquí, se manifestaron este lunes en Bagdad, mientras los principales partidos pro-iraníes de Irak reiteraron sus llamados al diálogo en un contexto de profunda crisis institucional.

Casi diez meses después de las elecciones de octubre, Irak sigue sin un nuevo Gobierno pese a las intensas negociaciones entre las formaciones.

Las tensiones aumentaron después de que Sadr y los sadristas rechazaran al candidato al cargo de primer ministro presentado por sus opositores, las influyentes facciones chiitas pro-iraníes que forman el Marco de Coordinación.

Sadr, un clérigo que llegó a dirigir una milicia contra las fuerzas gubernamentales iraquíes y el ejército de Estados Unidos, está utilizando las protestas callejeras para señalar que sus puntos de vista deben tenerse en cuenta en la formación del nuevo Gobierno, según los analistas.

Desde el sábado, centenares de sus adherentes ocupan el Parlamento del país, situado en la llamada Zona Verde, el área más protegida de Bagdad, donde se hallan las instituciones y las embajadas.

Este lunes, sin embargo, cientos de manifestantes -adversarios del clérigo- se juntaron en una de las avenidas de esa zona con pancartas que clamaban «el pueblo no autorizará un golpe de Estado», además de decenas banderas iraquíes.

La policía utilizó camiones hidrantes para disolver la protesta, señalaron testigos.

«No queremos un golpe de Estado en contra de la Constitución», explicó Ahmed Ali, un manifestante de 25 años. «Es el Parlamento del pueblo, de todos los iraquíes, no el de un solo grupo», lamentó.

El Marco de Coordinación agrupa el Hashd Al Shaabi, exparamilitares que son parte de las fuerzas regulares y la formación del ex primer ministro Nuri Al Maliki, enemigo histórico del líder chiita Sadr.

Los dirigentes del Marco de Coordinación multiplicaron los llamados al diálogo para resolver la crisis.

«Reitero mi sincero llamamiento a los hermanos del movimiento sadrista (…) apelando a la razón, la sabiduría, la contención, la deliberación y los intereses del país y el pueblo a través de un diálogo serio y constructivo para lograr soluciones», señaló el líder de la proiraní Alianza Al Fatah, Hadi al Amiri, según la agencia de noticias iraquí INA.

Al Amiri advirtió asimismo que «en una atmósfera de escalada (..) podría perderse el control y derivar en violencia».

Un portavoz sadrista, Salah al Obeidi, denunció que el proyecto de Gobierno independiente se hundió tras la designación como candidato a primer ministro del chiíta proiraní Mohamed al Sudani.

«Los llamamientos al diálogo no son más que un nuevo intento de defraudar» a la población, según Al Obeidi, que reprochó a los partidos pro-iraníes su «falta de patriotismo».

El pasado miércoles los simpatizantes de Sadr habían entrado al Parlamento para protestar contra Al Sudani, pero finalmente se marcharon a petición del líder chiita.

La coalición Sayirún, que lidera Sadr, fue la más votada en las elecciones del pasado mes de octubre, donde participan desde nacionalistas iraquíes a comunistas y logró 73 de los 329 escaños en juego.

Sin embargo, los diputados de Sayirún se retiraron del Parlamento en junio en protesta por la falta de soluciones a la crisis política.