La estampida mediática sobre Cuba es un ejemplo de cómo funcionan las redes sociales y de cómo, con muy poco, se puede potenciar un acontecimiento en tiempos de fake news, algoritmos y bots. Y de cómo articulan sectores de la derecha mundial en operaciones concertadas de muy alta efectividad apelando a una dosis extrema de manipulación y mentiras. Un estudio del español Julián Macías Tovar reveló que a partir de miles de cuentas de Twitter recién creadas y un hashtag, #SOSCuba,  se viralizaron pedidos de ayuda humanitaria para la población de la isla que alcanzaron millones de retuits en horas y que hicieron parecer al reclamo como multitudinario al punto de que seguramente influyó en las manifestaciones callejeras de esos días. Otro informe, esta vez de la agencia oficial de noticias de España, EFE, mostró la utilización de imágenes falsas para ilustrar lo que las redes era un estallido popular que la realidad no mostraba con igual intensidad.

Desde la dramatización de una ceremonia religiosa en Puerto Rico de 2015 en que se ve a tres hombres disparar contra un joven -que se mostraban como policías cubanos de civil asesinando a un opositor-, una protesta de 2011 contra Hosni Mubarak en Egipto que resultaba en el Malecón y contra Miguel Díaz-Canel, hasta la más burda: la manifestación del sábado pasado en el obelisco por el triunfo de Argentina en la Copa América -que se viralizó como una masiva manifestación de protesta en La Habana- todo cabe para armar un escenario propicio para la indignación.

Macías Tovar, responsable de redes sociales del partido Podemos, en charla con Tiempo Argentino, contó el revés de esta trama mediática, que estudia desde hace algunos años y con la que en su momento mostró los ataques contra el gobierno de Evo Morales, contra el candidato ecuatoriano Andrés Arauz, contra el kirchnerismo y en su propio país, contra Pablo Iglesias.

“Para mi esta operación es un Plan Cóndor 2.0, porque hay una continuidad histórica entre los modelos de legitimación de las dictaduras y los gobiernos de derecha actuales”, indica. En el caso de Cuba, detrás de esa catarata de tuits aparece el argentino Agustín Antonetti, de la Fundación Libertad. “Fue una cuenta muy activa hace poco en ataques contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México”, recuerda Macías Tovar.

Pero debajo de la superficie está Atlas Network (AN), una suerte de nave nodriza de cientos de fundaciones y ONG que promueven las ideas de Milton Friedman y que tienen nexos “con el mundo Bannon y Cambridge Analytica (CA), que fue el brazo armado en campañas como el Brexit y de Donald Trump”, detalla el experto.

Steve Bannon, ex asesor de Trump, es el gran estratega del neoconservadurismo mundial, muy cercano a Jair Bolsonaro y a los sectores supremacistas europeos, como el húngaro Viktor Orbán. CA es la agencia que desarrolló operaciones similares en varios países y según reconoció su exCEO Alexander Nix ante el parlamento británico, entre sus campañas hubo una contra el kirchnerismo en 2015.

“El método -dice Macías Tovar- se basa en mentiras, odio y cuentas falsas. Y tiene gente y espacio político, comunicativo, influencers, cuentas anónimas, cuentas falsas, medios de comunicación que difunden y gente que participa en todo el mundo”. Entre los que adhieren al método y abrevan en Atlas Network figuran los presidentes Luis Lacalle Pou, Iván Duque, Guillermo Lasso, Sebastián Piñera. Todos ellos participaron el mes pasado del Foro Atlántico organizado por AN en el que Mauricio Macri volvió a denostar al populismo.

La operación, según desmenuza el analista mediático, es relativamente sencilla y por cierto que muy efectiva. “Se hace un uso intensivo de robots, algoritmos y de cuentas recién creadas para la ocasión, con el objetivo de hacer coro a los mensajes emitidos por los referentes de la campaña manipuladora”.

¿Cómo llega a esta conclusión? “Mi trabajo se basa en análisis en twitter, que es la red que te permite descargar toda la información que circula. Con todos los datos puedo descubrir cuando hay ciertos patrones que son artificiales, como la creación masiva de cuentas falsas, la concentración de cuentas, cuentas con el mismo error ortográfico, o que ponen más de cinco tuits en el mismo segundo, la difusión de noticias falsas o imágenes y videos manipulados. Con eso hago una radiografía total y con esto puedo hacer un informe”, señala. «