Si algo está demostrando la pandemia es cuánto había avanzado la globalización en los temas sanitarios y hasta qué punto los países desarrollados dependen de insumos provenientes de otras latitudes. Más allá de las peleas por mercados o por la futura vacuna contra el Covid-19 entre Estados Unidos, Alemania, Francia y China,  la Unión Europea ahora se plantea recuperar su soberanía farmacéutica para depender menos de Asia. Ese fue el mensaje del ministro de Salud germano, Jens Spahn, en una reunión virtual de titulares de esa cartera para establecer los pasos a seguir en torno del coronavirus.

Aprovechando el turno de la presidencia de la UE a Alemania, Spahn señaló a la prensa que esa será tarea principal para el segundo trimestre de 2020. «Es más evidente que nunca que necesitamos un enfoque estratégico para limitar la dependencia de un sólo país o empresa y para establecer medios para producir medicamentos esenciales dentro de la UE», se sumó la comisaria de Sanidad, la chipriota Stella Kyriakides.

Mientras Donald Trump insiste desde Washington en culpabilidad a China por el Covid-19, en el Viejo Continente, sin tanta alharaca, entienden que el riesgo de otra pandemia implica medidas excepcionales para no quedar sometidos a la provisión de medicamentos o insumos necesarios para la salud de la población de otros mercados. Los destinatarios del mensaje son China y la India, por lejos los principales proveedores a nivel mundial de la industria farmacéutica.

Reunidos en videoconferencia en Zagreb, los ministros dejaron el claro un objetivo que no se venía escuchando desde hace décadas: la población de los países miembro necesita disponer de medicamentos a precios accesibles. Y la forma de garantizar esto es a través de gestión estatal.

“Necesitamos una nueva estrategia farmacéutica para garantizar la asequibilidad, la sostenibilidad y la seguridad del suministro”, señaló Kyriakides. Eso implica que también la producción debe asentarse en la región, según se desprende del informe final del encuentro.

El objetivo se inscribe dentro del plan de desarrollo industrial que la UE viene elaborando desde hace un par de años. La Estrategia Farmacéutica Europea, en tal sentido, es entendida como un grano de arena para esa reconstrucción. “Nuestras empresas, grandes y pequeñas, nos proporcionan empleos, prosperidad y autonomía estratégica”, detalló en marzo el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.

Ahora, hijo de la necesitad, se intensifica el plan para recuperar la producción de medicamentos, “exiliada” en Asia por los menores costos de la mano de obra e insumos. Por lo pronto, la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (Efpia por sus siglas en inglés) adelantó un documento en el que expresa las necesidades que tiene para una relocalización.

Lo que sería el comienzo de la desglobalización que se registra en los principales países del mundo, y no solo por las medidas que implementa desde la Casa Blanca el presidente Trump.