Yuri Lutsenko descolló en lo que se conoció como la Revolución Naranja, aquella revuelta de fines de 2004, antecedente del Euromaidán, que diez años después terminó por convertir a Ucrania en un polvorín. El actual procurador general de esa Nación fue, junto con Yulia Timoshenko, uno de los líderes de las luchas contra la dirigencia ligada la época soviética. Ahora desde Kiev le tiende una mano a Donald Trump en la causa por injerencia extranjera en las elecciones de 2016, mediante una investigación que sin embargo complica a la Embajada de Estados Unidos en una maniobra de ocultamiento de pruebas. Todo esto cuando falta una semana para unas elecciones presidenciales atravesadas por un conflicto irresuelto con Rusia en las regiones de Donbass y Lugansk y el reclamo por la soberanía sobre Crimea.

Lutsenko, de 54 años, enfrentó al pro ruso Viktor Yanukovich, el presidente depuesto en 2014, y pasó tres años preso entre 2010 y 2013 en una causa por malversación de fondos públicos y abuso de poder cuando fue ministro del Interior, en 2005. Timoshenko también estuvo entre rejas por ese entonces en lo que se catalogó como una persecución política.

Desde mayo de 2016, bajo la presidencia de Petró Poroshenko, Lutsenko es fiscal general de Ucrania. Por esa época,  el estadounidense Paul Manafort participaba en el equipo de campaña de Trump. Pero el consultor y experto en marketing político tuvo que renunciar cuando salió a la luz que había sido lobbista de Yanukovich en los países occidentales. Si bien había estado contratado por algunos personajes poco recomendables como el filipino Ferdinando Marcos o el congolés Mobutu Sesé Seko, el caso del ucraniano pegaba de lleno en el entorno de Trump, porque Hillary Clinton elevó las sospechas sobre presuntos espías rusos en el hackeo de los servidores donde tenían mails e información privada.

Ni bien asumió su cargo, Trump debió enfrentar una investigación del FBI por esa cuestión y todavía está contra las cuerdas. Manafort, en tanto, fue acusado por el FBI de conspiración contra EEUU, fraude fiscal y lavado de dinero. Hizo un arreglo con el fiscal y se declaró culpable de dos cargos criminales y purga una condena de siete años.

En explosivas declaraciones a The Hill, un medio muy influyente en Washington que dirige el periodista Bob Cusack, Lutsenko reveló que investiga filtraciones de los agentes ucranianos a la Embajada de EE UU de la gestión de Barack Obama sobre registros financieros de Manafort. Fueron claves para la renuncia del especialista y también para esta temporada en las sombras.

Esta pesquisa habla de injerencia exterior en las elecciones estadounidenses de 2016, pero en favor de Hillary.

Todo se inició a partir de una grabación de un parlamentario ucraniano,,, donde quedaría claro que la filtración fue parte de una suerte de «acto de campaña» para favorecer los intereses de la candidata demócrata. Conviene aclarar que en realidad Hillary Rodham Clinton obtuvo casi 3 millones de votos más que Trump en las urnas pero perdió en el colegio electoral.

Lo que causó más escándalo es que según Lutsenko, la embajadora designada por Trump, Marie Yovanovitch, le entregó una lista de personas que no deberá investigar.  «