El Vaticano acaba de aportar un giro inesperado al conflicto político entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición en Venezuela, al confirmar que propondrá una mesa redonda internacional donde estén representadas varias instituciones y ambos sectores en disputa. La pieza clave en el armado de esta propuesta fue el sacerdote jesuita venezolano Numa Molina, quien dio la primera información sobre la intención vaticana y en diálogo telefónico con Tiempo confirmó en exclusiva que se trataría de la instancia de «mayor importancia» que se haya convocado hasta ahora para el diálogo en Venezuela, mientras continúan en forma discreta y reservada las conversaciones promovidas en Oslo por el reino de Noruega. La idea fue llevada por Molina en su visita al Vaticano, aprovechando un viaje de diez días, invitado por de la Universidad La Sapienza de Roma. Regresó este miércoles.

Molina, muy cercano a Hugo Chávez y a Maduro, visitó la Santa Sede con la doble intención de llevarle al papa Francisco, con quien tiene relación de hace años, un documento sobre los daños que produce en su país el bloqueo impuesto por los EE UU, y por otro lado, presentar al secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, la propuesta de la mesa de diálogo. «Fue un planteamiento que le hice a Parolin y le gustó mucho, están dispuestos a montar el diálogo. Por supuesto que el Papa, eso ni dudarlo, siempre está interesado en que se desarrolle el diálogo. Ahora estamos esperando qué se decide en Venezuela. Una de las cosas que pide Parolin es que haya un representante del gobierno y uno de la oposición. Todavía no se podría decir que esto es una realidad, pero por parte del Vaticano está abierta la posibilidad, por parte del gobierno también. Estamos muy optimistas con el hecho de que la oposición se sume, ya que se haya sentado a dialogar en Oslo es buena señal», declaró Molina.

En mayo pasado, el reino de Noruega se ofreció como facilitador, instancia en la que acumula sobrada experiencia, en el diálogo entre el gobierno bolivariano y la oposición radicalizada que encabeza el legislador y autoproclamado «presidente encargado», Juan Guaidó. Hasta ahora hubo dos reuniones sin que se conocieran mayores resultados. Un líder chavista con conocimiento en relaciones internacionales afirmó a Tiempo que aún se atraviesa una instancia «confidencial» y cuando se corra ese velo comenzará a saberse si se logró una agenda de trabajo. La fuente asegura que está en marcha una nueva reunión.

 De prosperar la mesa que propone el Vaticano, se instalaría como «una especie de prolongación de Oslo, en Roma», señaló el cura Molina. «Es la propuesta del cardenal Parolin, sobre todo para poner en funcionamiento los mecanismos para conseguir apoyo humanitario», dice el jesuita. Es que en la mesa redonda auspiciada por la Santa Sede integraría a la organización católica Cáritas, la Unicef y la Cruz Roja Internacional. «A mí no me gusta definición ‘ayuda humanitaria’ sobre todo porque es parte de la argucia miserable de los Estados Unidos: primero bloquear a los pueblos y hacerles pasar hambre y luego decir que les ofrece ayuda humanitaria, después que ellos mismos generaron el caos. Sin embargo, el cardenal Parolin propone eso, que sea una prolongación de Oslo, exclusivamente para la ayuda en cuanto a tratamientos médicos, alimentos, también de diálogo pero dirigido a las necesidades del país. Claro que contribuiría al conflicto político», agrega Molina.

El sacerdote tuvo su reunión con Parolin antes de ver a Francisco, en audiencia pública. Molina esperaba encontrarlo en privado pero no fue posible por cuestiones de agenda. En ese brevísimo encuentro, le entregó un documento que hablaba «del diálogo, la ayuda humanitaria y el bloqueo. Le dije aquí estoy luchando por el diálogo y por la paz y contra el bloqueo criminal que nos tiene los Estados Unidos y el Papa asintió», contó Molina.

Por el momento, en sus declaraciones públicas, Guaidó desmereció la mesa de Oslo, a pesar de haber participado. Su posición choca con algunos sectores de oposición que incluso pretenden llevar el diálogo directamente a Venezuela, y con otros más extremos que piden abandonar directamente la convocatoria de Noruega. Guaidó, estos días, continuó con su arenga a «tomar las calles» para «poner fin a la usurpación», como llama al gobierno de Maduro. Y volvió a llamar a las fuerzas armadas a sublevarse. «Maduro está de salida. La soberbia del régimen hundió al país. La pregunta no es a él, un dictador disociado que no gobierna. Es a la FAN y entorno: ¿será por las buenas o por las malas? El país necesita una solución YA y los venezolanos tenemos la capacidad de lograrla como sea», tuiteó el miércoles. «

La visita oficial de Bachelet

La alta comisionada de la ONU para los DD HH, Michelle Bachelet, visitará oficialmente Venezuela el próximo miércoles, en una misión de tres días. Se reunirá con autoridades y dirigentes, entre ellos el presidente Maduro y el opositor Guaidó. La visita fue confirmada en un comunicado, que afirma que Bachelet se encontrará además «con el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, con el fiscal general y el defensor del Pueblo» y «mantendrá reuniones con víctimas de abusos y violaciones a los Derechos Humanos, y con sus familiares», entre otros. El gobierno de Maduro por su parte afirmó que «durante la visita, la alta comisionada podrá constatar los amplios e históricos esfuerzos del gobierno bolivariano para promover y garantizar los Derechos Humanos del pueblo venezolano, así como las repercusiones negativas generadas por las medidas coercitivas unilaterales impuestas al país, en clara violación del derecho internacional y de los instrumentos de Derechos Humanos».