La doctora en psicología y sobrina del presidente, Mary L. Trump, describe en su libro “Siempre demasiado y nunca suficiente: cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo» (Indicios, Ed. Urano) a un seno familiar disfuncional que fue el caldo de cultivo para crear a un personaje lleno de egoísmo, mentiras y artimañas con las cuáles se montó sobre el imperio inmobiliario forjado por su padre para construir el propio. La autora define al padre de Trump, Fred, como un “sociópata” y a la madre, Mary, como una enferma física y mental. En ese contexto y gozando de un trato privilegiado del padre en detrimento de sus hermanos, principalmente el mayor, Freddy, padre de la autora, Donald se valió de un permanente flujo financiero, contactos en la prensa y la política para darse el lujo de fracasar repetidamente en los negocios, según el texto. “Sus verdaderas habilidades (auto engrandecimiento, mentira y prestidigitación) fueron interpretadas como fortalezas únicas de su marca de éxito”, dice la escritora que señala esas características familiares como una de las razones por las que su padre cayó en el alcoholismo, la depresión y finalmente el deterioro que le causó la muerte a los 42 años.

Mary Trump describe a un personaje cuya responsabilidad excede a sus capacidades.

“Desde que asumió la presidencia, la cantidad de estrés al que está sometido ha cambiado drásticamente. No es el estrés del trabajo, porque él no hace el trabajo, a menos que ver la televisión y twitear insultos cuenten. Es el esfuerzo por mantener al resto de nosotros distraídos del hecho de que no sabe nada –sobre política, civismo o simple decencia humana-, y eso requiere una enorme cantidad de trabajo”.

El relato de la historia familiar empieza en Brooklin, donde Fred Trump inicia un emprendimiento inmobiliario junto a su madre, viuda, contando con una pequeña fortuna, hasta llegar a Manhatan, allí donde se erige la Trump Tower en la mítica Quinta avenida del principal distrito de la ciudad de Nueva York. En el recorrido hay aprietes, negociados, estafas al fisco y hasta incluso el intento del propio Donald Trump de forzar a su padre con Alzheimer incipiente de firmar una modificación en el testamento que lo beneficiaba, algo que finalmente no ocurrió. “Los hermanos Trump vendieron el imperio legado por Fred en más de 700 millones de dólares”, dice Mary, advirtiendo que a la muerte del padre, en 1999, había declarado poseer 1,9 millones.

Trump cuenta como su tío logró salir indemne de las sucesivas bancarrotas en distintos negocios que emprendió, como el de los casinos, y cómo supo vender una imagen de exitoso bussinesman que se forjó a sí mismo. También cuenta cómo sus tíos intentaron dejarla sin la herencia familiar, lo que se resolvió firmando un acuerdo a la baja.

Como experta en el área, Mary L. Trump hace un perfil psicológico lapidario de su tío, a quien considera nada idóneo para ocupar el sillón del Salón Oval: “Donald hoy es como era a los tres años: incapaz de crecer, aprender o evolucionar, incapaz de regular sus emociones, moderar sus respuestas, o captar y sintetizar información”. Su libro, disponible en Argentina desde agosto pasado, vendió en su país más de un millón de copias sólo en la primera semana.