Los republicanos -que en el 2010 aprovecharon a fondo la ventaja electoral en varios estados clave para reformular los distritos según el censo de ese año y así ganar bancas aunque pierdan en las urnas- lograron un nuevo espaldarazo tras un fallo de la Corte Suprema que permite “limpiar” los padrones para impedir la votación a quienes no hayan sufragado en años anteriores. En la práctica eso limita la posibilidad de elegir a miles de ciudadanos que, como suele ocurrir en un país donde el voto no es obligatorio, se saltearon comicios y quisieran ir ahora para, por ejemplo, castigar al oficialismo.

Por una mayoría mínima de 5 a 4, el máximo tribunal estadounidense autorizó nuevos obstáculos para que los ciudadanos ejerzan sus derechos. Los que protestaron por esta decisión fueron los demócratas, que la perciben como una tentativa por recortar apoyos en circuitos electorales normalmente sostienen a ese partido.

Lo republicanos, en tanto, la justifican en que “son necesarias para combatir el fraude electoral”, según argumentos sin pruebas.

El caso llegó a la Corte por la demanda de un veterano de la Marina de Guerra de Akron, Ohio, que votó en 2004 y 2008 pero no en 2012 porque dijo que ningún candidato le resultaba atractivo. Sin embargo en 2015 sí quiso hacerse presente en una iniciativa para legalizar la marihuana y observó con estupor que no figuraba en el padrón. Desde las oficinas electorales respondieron que le habían mandado avisos a su casa reclamándole que dijera si quería seguir votando y que él no respondió.

El marine la siguió en los estrados y un tribunal de Apelaciones le dio la razón acusando a las autoridades de haber violado una ley electoral de 1993. El caso terminó en la Corte porque Ohio no es de quedarse dormido. Ese estado es uno de los más agresivos en eliminar de la lista a quienes faltaron a una elección.

Desde hace décadas Ohio es considerado un estado clave ya que el que gana la elección allí termina siendo presidente. Es uno de los primeros, entonces, en ser computado sin que importe mucho que aporte apenas 18 votos para el colegio electoral, sino porque marca tendencia.

Pero como a la tendencia conviene ayudarla, en 2010 hubo una modificación sustancial en las fronteras electorales. El método es conocido desde el siglo XIX como “gerrymandering”, por un gobernador de Massachusetts, Elbridge Gerry, que dibujó un distrito favorable para no perder más elecciones que tenía forma de salamandra.

Con unir mayorías opositora en un lado y minorías oficialistas en otro se logra el milagro de tener más representantes de los que corresponderían por la suma de sufragios per se.

Los republicanos se alzaron entonces con triunfos seguidos desde ese año en territorios como Michigan, Wisconsin y Maryland. El cinturón industrial fue determinante en el triunfo de Trump en 2016. Pero ahora en Ohio habrá una reforma a ese diseño endiablado. El Congreso acordó el mes pasado redibujar las “fronteras” electorales pero recién para el 2021, con el censo del 2020 en la mano. Mientras tanto, la limpieza de padrones puede ayudar a que todo quede como está.«

Internet sin control y en manos de los proveedores

La pelea por la neutralidad de la red de Internet entró en una etapa decisiva esta semana al ponerse en vigencia la derogación de las protecciones que venían de la época de Barack Obama. Desde la llegada de Donald Trump al poder, en enero de 2017, el empresario se propuso modificar esa “molesta” regulación para las grandes proveedoras de conexiones y puso en un puesto clave, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), a Ajit Pai, encendido libertario en ese rubro.

La FCC, con mayoría republicana, votó en diciembre por eliminar las normas que ahora, seis meses más tarde, fueron revocadas efectivamente tras la aprobación de la Oficina de Administración y Presupuesto de ese ente.

La medida, sin embargo, es rechazada por académicos, usuarios y las ONG en la medida de que afecta a la libertad de emitir y recibir información, pero también encuentra oposición entre  empresas y elaboradores de contenidos que temen, y con razón, que los proveedores tendrán todo el control sobre lo que circula y a qué velocidad lo hace, un dato no menor en esos menesteres en términos de libre competencia.

Defensores de la neutralidad de la red iniciaron una serie de acciones para visibilizar el problema y dos decenas de estados presentaron demandas para bloquear la derogación. Esto genera debates jurídicos ya que por más que Estados Unidos sea un país federal, no son pocos los que plantean la supuesta ilegalidad de que cada distrito tenga su propia política en cuanto a Internet.

La regulación fue adoptada durante la gestión Obama bajo el criterio de que nadie tiene derecho a censurar, impedir o ralentizar determinados contenidos o cobrar por hacerlos más veloces o visibles.

En mayo el tema llegó al Senado, que por 52 votos a favor y 47 en contra aprobaron un proyecto para proteger la neutralidad de la red, pero la iniciativa todavía tiene que pasar por la Cámara de Representantes. Mientras tanto, los proveedores –AT&T, Comcast y Verizon están en la mira- ya tienen vía libre para abrir una nueva etapa en la vida de la red global.