El último balance difundido por la Universidad de Baltimore Johns Hopkins, especializada en enfermedades infecciosas, muestra que la nueva cifra supera por 10.000 casos en el marco de una feroz tercera ola que según los expertos será la peor.

Además, se presentaron otras 2.015 muertes, el mayor índice desde mayo, cuando los decesos superaron los 2.000 en un período de 24 horas.

Las hospitalizaciones también están aumentando significativamente, lo que podría llevar al sistema sanitario al colapso.

Con una población de unos 330 millones de personas, la primera potencia mundial acumuló 11,7 millones de infectados y 252.500 fallecidos desde que comenzó la pandemia en marzo.

Muchos estados están imponiendo nuevas medidas de restricción en un intento de evitar una mayor propagación del virus.

El gobernador de California, Gavin Newsom, anunció hoy un toque de queda durante un mes, lo que llevaría a unos 40 millones de residentes a permanecer en sus viviendas entre las 22 y las 5.

Las autoridades sanitarias pidieron enfáticamente a la población permanecer en casa durante el jueves 26 de este mes, día de Acción de Gracias, una emblemática fiesta nacional que suele convocar grandes reuniones familiares.

La medida afectará a los condados que cuentan con las restricciones más severas, 41 de los 58 del estado que están en el nivel “púrpura” del sistema basado en colores que usa California para decidir cuándo relanza actividades económicas, dijo Newsom.

Esto incluye al 94% de los 40 millones de residentes del estado.

“El virus se está propagando a un ritmo que no hemos visto desde el inicio de la pandemia, y los próximos días y semanas serán críticos para detener el incremento. Estamos dando la voz de alarma”, refirió el gobernador.

El toque de queda se anuncia días después de que el estado impusiera límites en el horario comercial en esos 41 condados, que registran el mayor incremento de los casos. También esta semana, el estado impuso el uso obligatorio de tapabocas en lugares abiertos, con muy pocas excepciones.

La semana pasada, California se convirtió en el segundo estado del país, luego de Texas, en superar el millón de casos de coronavirus.

Deborah Birx, miembro del equipo de la Casa Blanca al frente de la gestión de la pandemia, advirtió que el virus se está expandiendo actualmente “más rápido” y “más lejos” que antes.

En declaraciones a la cadena televisiva CNN, recogidas por la agencia de noticias Europa Press, indicó que con la mayor parte del país en «zona roja», la situación epidemiológica es aún peor que antes.

“Si miramos lo que está sucediendo ahora, la virulencia del virus es dramáticamente diferente!, sentenció.

Asimismo, hizo hincapié en que ahora la enfermedad es “más rápida y más extensible”, algo que dijo preocuparle considerablemente porque puede hacer que la pandemia dure más”.

Birx explicó que el incremento de casos es ahora mayor que nunca. “Estoy haciendo sacrificios personales para no infectar a mis padres y a mi hija, que está embarazada”, completó su dramática alocución.