China respondió duramente a lo que considera una nueva provocación de Estados Unidos, pero al mismo tiempo mostró que el mundo cambió de cuajo en este último año, aunque no todos quieran darse por enterados. Por un lado, movilizó buques de guerra para patrullar las aguas cercanas a Taiwán ante la visita de la presidenta de esa isla, Tsai Ing-wen a Los Ángeles, donde se reunió con el líder de la cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy. Pero casi en simultáneo, el presidente Xi Jinping recibió al primer mandatario francés Emmanuel Macron y a la jefa de la Comisión Europea, Ursula van der Leyen en Beijing, quienes le fueron a pedir que intervenga para convencer a Rusia de poner fin a la guerra en Ucrania. En la capital china coincidieron también los cancilleres de Arabia Saudita e Irán, quienes sellaron el pacto de amistad al que se habían comprometido ambos gobiernos a instancias de Xi para poner fin a décadas de hostilidades y avanzaron hacia una nueva era en el Medio Oriente de “seguridad y estabilidad” signada por la intervención china.

Tsai hizo una escala en Estados Unidos tras su gira por Guatemala y Belice, dos de los últimos países que mantienen relaciones con el gobierno de la isla reclamada por China como parte de su territorio ancestral. Hace una semana la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, estableció relaciones con Beijing, que pone como condición para ese paso que no se reconozca a Taiwán como nación independiente. La dirigencia estadounidense no ceja en su intento de que China dé un mal paso, mientras que para Beijing esta visita -como la de agosto pasado de la anterior “speaker”, la demócrata Nancy Pelosi- son “malas señales de apoyo a los separatistas”.

El plan “maestro” de Washington consiste en convertir a Taiwán en la Ucrania de China. Para lo cual hace años viene coordinando acciones y alianzas con gobiernos la región y erige bases militares para rodear al gigante asiático. Es así que Japón está abandonando su pacifismo para recuperar el rol beligerante perdido en la Segunda Guerra Mundial. Y en 2021 la Casa Blanca firmó una coalición anti-China con Australia y Gran Bretaña, el AUKUS, que se propone hacer de la isla-continente una suerte de portaaviones enfocados hacia China. La última jugada fueron los acuerdos con Filipinas para usar sus bases militares. 

En otro tablero, mientras tanto, Macron y Van del Leyen fueron al pie para pedirle a Xi que intercediera ante Vladimir Putin con el objetivo de sentarlo a negociar con Ucrania, algo que en mayo del año pasado podría haberse logrado si Londres no hubiera presionado a que Volodimir Zelenski rechazara cualquier acuerdo y continuara con la guerra.

El video que difundió Beinijg muestra a Macron en una amplia mesa redonda con tres butacas: las otras dos ocupadas por Van del Leyen y el líder chino. En el medio de lo que parece una rosca de pascua se ve un cantero con vegetación. Dijo algún mal pensado que hacía referencia a la poco feliz frase del canciller de la UE, Josep Borrell cuando dijo que Europa era como una especie de jardín ante un mundo que es una jungla. “Sé que puedo contar con usted para hacer entrar a Rusia en razón y llevar a todo el mundo a la mesa de negociaciones”, le dice Macron a Xi.

Van del Leyen declaró luego que le advirtió al chino que su posición sobre la guerra es un factor determinante en el futuro de las relaciones entre la UE y el país asiático. Fue un tono algo desafiante que Xi no acusó por el momento, aunque se comprometió a hablar con Zelenski para sentarlo a una mesa de negociaciones, cosa que luego el presidente ucraniano desechó olímpicamente. «El colega francés, el Sr. Macron, me informó que durante su visita a Beijing persuadió a Xi Jinping para que me llamara. Desafortunadamente, tengo que molestarlo. El líder chino tuvo una oportunidad, la perdió. Se perdió el tiempo para las negociaciones de paz. De ahora en adelante, Ucrania hablará con China solo desde una posición de fuerza. Extendí la mano de la amistad, pero ahora está cerrada en un puño», alegó, con aire de dignidad. Macron afirma haberle pedido que no envíe armamento a Rusia que pueda ser usado en el marco de la guerra. Inexplicable pedido de naciones que están rascando el fondo de la olla para enviar más armas a Kiev.

En el mismo tono se manifestó el jefe de la Organización Atlántica, Jens Stoltenberg. «Cualquier envío de armamento letal de China a Rusia será un error histórico que tendrá consecuencias. No queremos dar detalles concretos de cuáles serán, pero China sabe de las consecuencias que habría si enviara armas», dijo, misterioso, el secretario general de la OTAN al cabo de una reunión de la que participaron Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, centrada en China pero con la excusa de la incorporación de Finlandia (ver aparte).

Extraña manera de intentar convencer al líder del país que le está pisando los talones a EE UU en un escenario que según describe el canciller Sergei Lavrov (ver aparte) ya no se maneja de la misma manera que a principios del 2022.

Lula, Unasur y después

Con Lula, Brasil volvió a las grandes ligas y esta semana, el presidente brasileño se verá con Xi Jinping para sellar las nuevas relaciones entre los dos miembros del grupo BRICS. Este viernes, en tanto, el Planalto anunció que, siguiendo el anuncio del gobierno argentino, Brasil volverá a integrar la Unasur, aquel organismo regional creado en 2009 a instancias del venezolano Hugo Chávez y torpedeado por Jair Bolsonaro y Mauricio Macri en 2017. El tornero mecánico, como le gusta definirse, organizará en mayo una cumbre de presidentes sudamericanos para el relanzamiento de la entidad.


Lula había deslizado ni bien volvió al Planalto que tenía un plan de mediación para Ucrania que piensa discutir con Xi. Pero ya chocó con la resistencia de Volodimir Zelenski, quien adelantó que rechaza la idea de reconocer la soberanía rusa en Crimea como parte de cualquier acuerdo con Moscú.
Entre los primeros pasos de Lula en su tercer mandato figura también la ocupación plena del país en el grupo destinado a ser la contraparte del G7, de las potencias económicas occidentales. Así, se establecieron acuerdos entre ambas naciones para comerciar en monedas locales, mientras que la expresidenta Dilma Rousseff asume la titularidad del Banco de Desarrollo de los BRICS, una señal también de los nuevos tiempos. Si hay algo que preocupa por sus consecuencias inmediatas a Washington no es tanto un conflicto armado, a esta altura, como la posibilidad de que el dólar pierda su papel de moneda de reserva y de intercambio global, algo que con las sanciones a Rusia desde el 24F de 2022 viene ocurriendo aceleradamente.

Tango en libertad

El documental que Sebastián Salgado filmó en Lugansk en 2022 está disponible en https://www.youtube.com/watch?v=YLzg78pHEVQ. Cuenta con testimonios que narran el drama del Donbass desde 2014.